“Empoderamos a los desempleados para los nuevos retos laborales, a la vez que los motivamos para que no decaigan”

Son las caras que se enfrentan con la realidad de los desempleados y a los sueños de los emprendedores. Ruth Falcón y Carmen Escamilla son dos de las técnicas de sendas unidades de Andalucía Orienta de la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas de Trabajo (Faecta), un programa apoyado por la Junta de Andalucía y dirigido a la búsqueda de empleo. Hablamos con ellas para conocer cómo es el día a día desde que el pasado mes de enero arrancó una nueva edición de este programa.

Empezando por Ruth Falcón, quien atiende en la unidad de Andalucía Orienta de Faecta en Sevilla. Lleva una década en el programa, por lo que tiene mucha experiencia en este terreno y responde con agilidad a las preguntas de eldiario.es/andalucia.

¿Ha cambiado mucho en este tiempo el perfil de las personas que buscan empleo a través de estos programas?

Muchísimo. Gente que llevaba toda la vida en la misma empresa ha tenido que reciclarse y reformular su currículo tras estallar la crisis porque venían de puestos de trabajo sin mucha empleabilidad a día de hoy. La gente valora mucho la formación y el reciclaje y en ese sentido ha cambiado también la mentalidad. Todo el mundo entiende que es imposible pensar como antes en un empleo para toda la vida y es consciente de que hay que estar continuamente formándose y en proceso de reciclaje.

¿Es cierto que hay más usuarias que usuarios?

Habitualmente estos servicios son utilizados más por mujeres que por hombres, aunque las cifras se acercan mucho. Pero es verdad que encontramos ese predominio de mujeres, tanto de las que quieren reincorporarse al mercado laboral tras haber cuidado a sus hijos como las que deciden hacerlo por primera vez. En la mayoría de los casos tienen que trabajar los dos adultos de la familia puesto que con un sueldo en casa ya no es suficiente.

¿Y en cuanto a las edades?

En cuanto a la edad, encontramos a gente muy joven recién titulada que busca su primer trabajo y también a mayores de 45 que necesitan apoyo en la búsqueda de empleo.

¿Cuántos usuarios pueden atenderse en este servicio?

A esta unidad del centro de Sevilla acude una media de 400 personas en los dos años de duración del programa. Es un flujo contante, porque dejamos de atender a aquellas personas que encuentran un empleo y empezamos itinerarios personalizados con nuevos usuarios derivados tanto del Servicio Andaluz de Empleo como de otros dispositivos y recursos del territorio. Por nuestras oficinas, pasan en torno a diez personas diarias porque hay que tener en cuenta que le ofrecemos atención personalizada e individualizada. Tenemos que atender en función de la demanda del usuario, es decir, la atención que prestamos va desde una orientación general en la búsqueda de empleo a acciones puntuales como insertar el currículum en una web de empleo.

¿Es importante la motivación?

Nuestra formación de base es la psicología. Dentro del proceso de búsqueda de empleo hay que trabajar mucho la autoestima porque se trata de personas que necesitan reinventarse y además el proceso de búsqueda de empleo es largo. Hay situaciones muy duras, que provocan que lleguen ciudadanos en un estado de mucha apatía tras un año o dos sin ni siquiera ir a una entrevista de selección, por lo que esta labor de apoyo es fundamental para para reformular pensamientos negativos.

¿Cómo son las sesiones grupales?

Los usuarios que acuden a las sesiones grupales reciben talleres en los que se les prepara para que adquieran seguridad en las entrevistas de trabajo y puedan superar procesos de selección. Del mismo modo se imparten otra serie de talleres relacionados con el uso de herramientas digitales para la búsqueda de empleo como pueden ser portales o redes profesionales.

¿Hay situaciones especialmente gratificantes?

Independientemente de que lidiamos con situaciones muy difíciles, es enormemente gratificante cuando te llama alguien agradecidoporque ha encontrado trabajo. Eso te reconforta en lo profesional pero también en lo personal porque son itinerarios en los que llevas un tiempo trabajando y conoces la realidad de esas personas.

Entretanto, en Málaga hablamos con su homóloga, Carmen Escamilla, también con larga experiencia en orientación sociolaboral, y este es, de hecho, su segundo año con el Andalucía Orienta de Faecta, pero previamente ha trabajado para diversas instituciones en la materia y para distintos colectivos.

¿Qué está encontrando como principal diferencia con respecto a la pasada edición con respecto al perfil de los demandantes del servicio? ¿O tiene la sensación de que la situación es muy parecida?

Es muy parecido. Trabajamos con desempleados y dentro éstos los colectivos que más padecen este problema son jóvenes, especialmente recién titulado, y mayores de 45, además de gente en riesgo de exclusión social, como por ejemplo personas que han salido recientemente de prisión, por lo que es muy parecido a la etapa anterior.

¿Podría hacer un perfil del usuario más común en estos meses del servicio? ¿más hombres o mujeres? ¿edad media? ¿Y apuesta empresarial dentro de qué ámbitos mayoritariamente?

Hay muchas más mujeres que hombres. Ellas han supuesto hasta el momento un 77% de los usuarios. Y sobre todo, lo que hay son mayores de 45, que suponen más del 60% de nuestros usuarios. Los menores de 30 años están en torno a un 13% de las personas que atendemos.

¿Cómo llegan a Andalucía Orienta?

Vienen muy perdidos. Muchos no conocen las nuevas tecnologías y hoy día que se solicitan los currículos por internet, tenemos que echarles una mano hasta en lo básico, empezando por abrirles un correo electrónico.

Los más jóvenes supongo que sí, ¿no?

Sí, ellos sí. Pero pueden saber bastante del uso de las nuevas tecnologías pero están muy perdidos en el resto, sin ni siquiera la ESO. En general tenemos que hacer un importante trabajo para definir sus perfiles, porque muchos se tienen que reciclar en sectores diferentes. Nos encontramos también con que la mayoría de los usuarios desconoce las técnicas y herramientas de búsqueda de empleo. Hay que trabajar mucho con ellos.

¿Hay alguna parte de frustración en esta tarea?

Pues sí bastante. Llegan muchas familias que cobran la ayuda mínima por hijos a su cargo y las ofertas de empleo que les podemos poner por delante son demasiado precarias, para un fin de semana por ejemplo en la hostelería, y no les compensa renunciar a esa prestación para luego volver al papeleo de tener que solicitarla de nuevo. Sin perspectivas de futuro ni siquiera a medio plazo es muy difícil convencer de que puede ser una manera de ir metiendo cabeza en el mercado laboral.

¿Cómo es la parte dedicada a la formación?

La formación que le impartimos está dirigida a la redefinición profesional porque hay gente que llega con ocupaciones anteriores que ya están obsoletas en el mercado laboral. Es importante este reciclaje.

¿Cree que este programa es necesario?

Necesario, no; muy necesario.  Nosotros miramos de frente a los desempleados… a los ojos.  Los escuchamos y los empoderamos para que se enfrenten a los nuevos retos laborales, a la vez que los motivamos para que no decaigan en sus objetivos. Porque hay gente que llega muy mal. Como cada persona es un mundo con sus problemas, frustraciones e intereses, por lo que hacemos un itinerario personalizado de inserción, un IPI que le llamamos.

¿Qué primeros consejos daría a una persona que está pensando por primera vez en emprender un proyecto empresarial?

Lo primero es que tenga una idea clara de plan de negocio y de financiación y a partir de ahí, la desviamos a Faecta para que le informen sobre el modelo cooperativo, o bien a otros organismos públicos que se dedican al emprendimiento. Aquí pueden tener más asesoramiento gratuito, tanto jurídico como laboral y también se les informa de las ayudas o incentivos que estén disponibles.