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Las emisiones de gases de efecto invernadero crecen por debajo del PIB en Andalucía

El receptor solar de la planta se puede ver a 50 kilómetros de distancia

Olga Granado

Un modelo de crecimiento económico sostenible exige avanzar en la ecoeficiencia, de manera que se logren mayores niveles de producción pero con un menor impacto negativo sobre el medioambiente. Uno de los parámetros para medirlo es la emisión de gases de efecto invernadero y en este sentido Andalucía ha mejorado en las dos últimas décadas, si se comparan los niveles registrados en CO2 con el PIB (producto interior bruto).

De este modo, en 2011, últimos datos disponibles, las emisiones de gases de efecto invernadero en Andalucía se cifraron en 53.762 millones de kilogramos CO2, lo que supone 0,37 kilogramos por euro generado de PIB. Este índice es similar al que se registra por término medio en la UE (0,36) y en Irlanda, Finlandia y Alemania. De hecho, es inferior a la cifra de 15 países de la UE. Pero sobre todo supone una reducción con respecto a la última década. De hecho, en 1991 se emitían 0,84 kilogramos de CO2 por euro de PIB en Andalucía, según un informe elaborado por la Dirección General de Economía cuyo datos se recogen en el siguiente gráfico.

Esto permite definir una economía como más ecoeficiente si logra obtener los mismos resultados, consumiendo menos recursos (agua, energía, materias primas...) y generando menos contaminantes (residuos, vertidos, emisiones) o impactos medioambientales. De manera general se suelen comparar las emisiones de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, hidrofluorcarburos, perfluorcarburos y hexafluoruro de azufre) con el PIB y cuanto mayor sea la relación, el crecimiento económico es menos eficiente y más insostenible.

Cabe recordar que la Estrategia Europa 2020 persigue la promoción de una economía que haga un uso más eficaz de los recursos pero sin dejar de ser competitiva. Para ello, hay que avanzar en la reducción de las emisiones de carbono, en paralelo a la protección del medioambiente y la potenciación de las energías renovables.

Un real decreto polémico

La consejera de Medioambiente y Ordenación del Territorio, María Jesús Serrano, trasladaba recientemente a la Asociación Nacional del Productores e Inversores de Energía Fotovoltaica (Anpier) la apuesta del Gobierno de Andalucía por fomentar el uso de las energías renovables y fortalecer de esta manera el desarrollo socioeconómico y la generación de empleo. Criticaba también el real decreto aprobado por el Gobierno de la Nación para la producción de electricidad a partir de las energías renovables, cogeneración y residuos, mostrando la “inseguridad jurídica” y “perplejidad generalizada” que supone. Calcula en unos 350 millones de euros las pérdidas que supondrá para Andalucía cada año.

No en vano, es la comunidad autónoma más importante de España en instalaciones solares térmicas, además de ser la de mayor potencia eléctrica instalada con aprovechamiento de la biomasa y la primera en capacidad de producción de biocarburantes. Es más, Andalucía es la región número 1 en Europa en proyectos comerciales de centrales termosolares para la producción de electricidad y ha superado ya el objetivo marcado para el 2013 de alcanzar los 400 megawatios de energía solar fotovoltaica.

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