Elegí el 8 de marzo para iniciar mi segunda huelga de hambre reivindicando el cumplimiento del derecho a la renta básica, recogido en nuestro Estatuto de Autonomía, para denunciar la creciente feminización de la pobreza.
Fue el día 8 de marzo de 2017 cuando comencé, lo que terminarían siendo 29 días de ayuno total, que suspendí ante la promesa de la Junta de Andalucía de iniciar conversaciones para desarrollar el “derecho a una renta básica que garantice unas condiciones de vida digna”.
La feminización de la pobreza, significa que una mujer tiene que aceptar trabajos de mierda, con sueldos de mierda. En términos “políticamente correctos” se denomina brecha salarial.
Significa que sufre violencia de género y tiene que seguir soportando al canalla maltratador, porque no tiene una renta básica que le permita tener unos recursos con los que poder liberarse del tirano. Luego, en más de un caso, el resultado es otro asesinato machista e hijas y/o hijos huérfanos porque su padre ha asesinado a su madre. No pasa nada, guardamos un minuto de silencio, expresamos “nuestra más enérgica repulsa” y la vida sigue.
La feminización de la pobreza significa que una mujer tiene que ejercer la prostitución. Vender su cuerpo a un baboso tras otro, mientras piensa en sus menores, a los que tiene que mantener, para que ese pensamiento le dé fuerzas.
Mientras, nuestro Estatuto de Autonomía, con nada menos que doscientos cincuenta artículos, recoge, entre los objetivos básicos: “La consecución del pleno empleo estable y de calidad; la especial garantía de puestos de trabajo para las mujeres; la justa redistribución de la riqueza; la igualdad de oportunidades de hombres y mujeres en todos los ámbitos; la protección integral contra la violencia de género; la promoción pública de la vivienda”, etc…
Todo esto es papel mojado. Hace más de diez años que el Estatuto fue aprobado y, año tras año, Andalucía es una de las regiones de toda Europa con el mayor índice de paro y de pobreza infantil y sigue creciendo la feminización de la pobreza.
Han sido tres huelgas de hambre, en un año, totalizando 94 días de ayuno. Habíamos iniciado conversaciones con la Junta, pero se paralizaron unilateralmente. No tiraremos la toalla. Desde el pasado mes de enero, cada semana, retomando el espíritu del 15-M, hacemos los lunes al sol, consistente en una concentración a las puertas de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga, Alameda Principal, 18 (junto a Antigua Casa de Guardia)
Lo que es seguro, es que no pararemos hasta que el derecho a la renta básica, deje de ser papel mojado.
Por cierto, señora presidenta de la Junta, la llamada renta mínima de inserción que usted y su Gobierno venden como lo más de lo más, es tan solo administrar la pobreza y ejercer la caridad institucional que, además, apenas llegará al veinte por ciento de quienes sufren pobreza en nuestra tierra, especialmente las mujeres.
Sobre este blog
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