Música por litros de leche para otros

Juan Manuel Velázquez, un pianista de la localidad sevillana de Alcalá de Río, cambia su música por litros de leche paa otros, una iniciativa dirigida a que la gente de su pueblo que no tiene para cubrir la necesidad básica de la alimentación tenga, al menos, garantizada esa parte sin problemas.

Su idea es así de sencilla: cuando alguien le encarga un trabajo musical, la entrega de la partitura está condicionada a la entrega de 200 litros de leche, y todo ello mediante un mensaje que ha lanzado a través de las redes sociales, y que va dirigido, entre otros estamentos, a las hermandades de Semana Santa que ya preparan en estos días sus estrenos para el año que viene, incluidos los musicales.

Juan Manuel recibe a eldiario.es/andalucia en su casa del pueblo en el que nació y sigue viviendo a sus 38 años de edad, donde ejerce, además, como profesor de trompeta y lenguaje musical en el aula de Música, su trabajo, al fin y al cabo. Porque la creación musical, aunque también es una labor de su día a día, ha decidido ejercerla de forma altruista, para que a la sede de Cáritas de su pueblo no le falte leche que repartir a sus decenas de usuarios.

“Cuando se me ocurrió la idea decidí publicarla en mi perfil de Facebook, y desde entonces he tenido mucha respuesta, con alguna propuesta de alguna hermandad, como la de la Vera Cruz de Hinojos (Huelva), que me ha pedido una marcha de Semana Santa”. Esta producción, en forma de partitura, la tiene colocada en el piano de la habitación de su casa en la que crea todo lo que sale de su cabeza.

No obstante, como no sólo de la música cofrade vive el hombre, afirma que puede realizar composiciones de todo tipo, y lo hace recordando que ha compuesto “casi de todo, aunque sobre todo marchas, pero he hecho pasodobles, pasacalles, sevillanas e incluso canciones”.

Compone a cualquier hora, cuando llega la inspiración

Con todo, Juan Manuel es un compositor al uso, de los que no pueden controlar cuando le va a llegar la inspiración para realizar sus obras, de modo que “si algo se me ocurre de madrugada, me levanto de la cama, me pongo los auriculares y es el momento de empezar a componer”; algo a lo que, en su casa, ya se han acostumbrado, visto que su pasión por la música va más allá de un día a día cualquiera.

Una buena partitura se puede tardar de realizar en torno a un mes, teniendo en cuenta que su labor la alterna con su trabajo diario; “a veces, la idea se enquista y se dan muchas vueltas y otras veces menos”, pero finalmente las notas musicales terminan engarzando, lo que explica junto a un pequeño piano rosa, que toca hija, que ha heredado su pasión.

Eso sí, llama la atención que su proceso creativo no pasa sólo por escribir y tocar, porque “primero intento hacer una labor de investigación sobre la hermandad a la que va dirigida, para que la composición vaya acorde con lo que es la institución, y después intento conocer la hermandad, la imagen, su idiosincrasia, y sobre eso genero la imagen que intento plasmar en la partitura final del trabajo”.

Con todo ello, tras un mes con la idea en marcha, la primera previsión es recoger una tonelada de leche, que irá directamente al centenar de familias a las que Cáritas atiende en la localidad sevillana, con el compromiso de hermandades de Paterna del Campo e Hinojos (Huelva) y Sanlúcar la mayor y La Campana (Sevilla) para sacar adelante composiciones mediante esta aportación solidaria.

En ese punto de la conversación, el compositor muestra la partitura que está terminando de elaborar para la hermandad de Hinojos, en un pequeño cuaderno de pentagramas colocado sobre el piano, a la vez que se felicita de la respuesta que ha tenido su idea, “que cuando se lo dije a la gente de Cáritas se mostraron entusiasmados, porque una iniciativa así, hay que reconocer que no les llega todos los días”.