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Casería de Ossio: vistas de la Bahía, olor a mar y sabor a pescaíto frito

Casería de Ossio.

Mª Ángeles Robles

Puede que la playa de la Casería de Ossio en San FernandoSan Fernando no sea la mejor de Cádiz, pero sí es, sin duda, uno de los rincones con más encanto de toda la Bahía gaditana y uno de los mejores lugares para probar pescado fresco con unas inmejorables vistas. Marinera por excelencia, esta pequeña cala poco arenosa, que queda totalmente cubierta por la marea alta, se ha convertido en uno de los puntos calientes de la gastronomía de un municipio que puede presumir de tener muchos establecimientos donde se come muy bien, en un ambiente singular.

La playa de la Casería está enclavada en un entorno privilegiado. Su situación en el saco interno de la bahía de Cádiz, dentro del Parque Natural y cercana al Arsenal de La Carraca, le confiere una estupenda perspectiva para disfrutar de un paisaje inesperado que participa de la naturaleza, pero que también nos remite a la tradición industrial de la bahía gaditana porque desde aquí se goza de una hermosa panorámica de los astilleros de Puerto Real.

Hasta hace un par de décadas la playa de la Casería era únicamente disfrutada por los vecinos del barrio de pescadores del mismo nombre y por algún que otro curioso que se acercaba a la zona atraído por las excelencias culinarias de los dos únicos bares que comparten apretados la primerísima línea de costa. Ahora, las antiguas casas de una sola planta de la barriada marinera conviven con los adosados y tres altas torres de viviendas. El valor paisajístico y las excelencias culinarias de la zona son un secreto a voces.

Poco frecuentada por bañistas foráneos porque el fondo marino es fangoso, la playa de La Casería es sin embargo un enclave singular que merece la pena ser visitado. Al pie de la arena, se pueden ver todavía las coloridas casetas construidas artesanalmente con madera y chapa en las que muchos pescadores guardan aún las artes de pesca, aunque otras se han convertido en improvisadas casetas de baño en las que algunas familias del barrio cercano pasan el día de playa.

La Casería de Ossio en el cine

Los tiempos han cambiado también para este pintoresco rinconcito que saltó a la gran pantalla gracias a Isaki Lacuesta, que rodó en esta zona parte de su multipremiada Entre dos aguas, protagonizada por Israel Gómez Romero, un vecino del barrio que es hoy día un valorado actor.

Mucho antes que Lacuesta lo habían descubierto los amantes de la buena gastronomía y ahora resulta complicado comer en La Casería en verano si no se cuenta con reserva previa, sobre todo los fines de semana. Nada ha podido, sin embargo, con el encanto inigualable de este lugar. Lo mejor es acercarse a comer no muy tarde y evitar sábados y domingos.

Casería de Ossio: El Bartolo y el Muriel

Hay dos únicas opciones para comer en la playa: La Cantina del Titi, que es conocida como “El Bartolo”, y el Merendero La Conchuela o “el Muriel”. Cualquiera de las dos promete al visitante una oferta gastronómica sencilla basada en las bondades de los productos del mar que muchas veces van directamente de las barcas de los pescadores a la mesa, tras pasar por la cocina. Pescado frito o asado y mariscos de la bahía, algunos tan poco conocidos fuera de estos contornos como los camarones del porreo, centran las cartas de estos dos locales.

La Cantina del Titi suele ser la más demandada porque a su buena cocina se une su colorida decoración y la posibilidad de comer literalmente sobre el mar cuando sube la marea y las olas llegan hasta sus terrazas. El olor del mar se confunde con el de las ortiguillas fritas, que en este local también ponen por tapas, lo que es poco frecuente. A ellas se unen las deliciosas tortillitas de camarones, las almejas, el cazón, el choco frito o a la plancha o las puntillitas.

En el cercano Merendero La Corchuela, Muriel ofrece las mismas suculentas especialidades, que completa con atún de almadraba, quisquillas, coquinas y algunos guisos, como el “menudo”. La oferta culinaria de la zona se completa con el restaurante del cercano Club Náutico, que ofrece en la pizarra de la entrada manjares como el choco de potera con “pajaritos”, que es como le llaman a los pimientos fritos.

La amplia terraza del club también es una buena opción para un café o una copa a media tarde. Las vistas de Puerto Real y los astilleros desde el mirador de este establecimiento son únicas y las puestas de sol, de las más bonitas de la Bahía de Cádiz.

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