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Premio Carlos Cano para los manifestantes condenados a prisión en Granada por la huelga del 22M

Los premiados, con familiares de Carlos Cano y miembros de Granada Abierta

Miguel A. Ortega Lucas

El Premio Carlos Cano, otorgado anualmente por la Plataforma Granada Abierta a personajes destacados en el “compromiso con la defensa de los derechos de los trabajadores” ha recaído este año en los dos activistas granadinos condenados en su día a tres años de cárcel –más multa– por los hechos derivados de su participación en un piquete el día de la huelga general del 22 de marzo de 2012: Carmen Bajo y Carlos Cano Navarro (que no, no es pariente del cantante aunque compartan nombre y primer apellido).

La entrega del galardón, realizada en la sede de la Fundación Euroárabe, estuvo a cargo de varias familiares del artista (fallecido el 19 de diciembre de 2000): Alicia, Paloma y Amaranta. “Os damos este premio porque sabemos que lo habéis pasado mal, para apoyaros”, explicó ante el auditorio un portavoz de la Asociación. “Mientras ellos os condenan a cárcel, nosotros os premiamos”. Granada Abierta ha querido reconocer así a quienes han padecido procesos penales relacionados con la “persecución sindical” que a su juicio está llevando a cabo el Gobierno, ya que Carmen y Carlos no son los únicos en esta tesitura en todo el país –aunque su caso consiguiera una mayor repercusión mediática.

Para el Movimiento 15M Granada, este premio recuerda “la necesidad de proporcionalidad de las penas, de igualdad ante la ley de todos los españoles, así como el destierro de normas que están posibilitando condenas desproporcionadas, frente a la impunidad efectiva de quienes, actuando de manera torticera, han venido defraudando reiteradamente la confianza de los ciudadanos”.

Carmen y Carlos se encuentran en este momento en libertad provisional, a la espera de que el Consejo de Ministros resuelva concederles indultos totales, y no parciales. Pedro Cano, hermano de Carlos, ha explicado a eldiarioandalucia que la inquietud actual de su familia es precisamente que se juzguen todos los casos similares “bajo la misma perspectiva”, y que el Gobierno no quiera “dar el brazo a torcer de cara a no sentar precedente” en los procesos relacionados con manifestantes. El de su hermano en particular, opina, “es de una injusticia obscena”.

“La unión nos hace felices”

Respecto a cómo han pasado estos meses tras la salida de prisión de su hermano (que ingresó de manera voluntaria), Pedro Cano responde que “en casa nos hemos podido relajar un poco y volver a sentir que teníamos vida propia, y no que nuestra familia dependía de lo que dijera un juez”. Carlos, asegura, “ha estado bien. Ya has visto el carácter que tiene”.

El galardonado con el premio que, irónicamente, lleva su nombre (aunque él, dijo, “no cree en las casualidades”: ya escuchaba al cantautor de niño, en el coche de sus padres), había dicho horas antes que este reconocimiento otorga “esperanza” a su familia en su “esfuerzo por el indulto total”.

Ya en el acto de entrega en la Fundación Euroárabe, franqueado por representantes de Granada Abierta y la propia Carmen Bajo, Carlos Cano Navarro quiso dar las gracias a todos aquellos que le han estado apoyando este tiempo (familiares, amigos, 15M Granada, sus paisanos de Castro del Río, en Córdoba…). “Podría lamentarme de un montón de cosas, porque no ha sido fácil, pero no lo voy a hacer”, declaró. “He olvidado ya la mayor parte de los malos tragos y recuerdo con nitidez todos los sentimientos de afecto, cariño y apoyo, toda la solidaridad de todos los puntos del país e incluso de fuera; indescriptible e inabarcable”.

“Para mí”, reflexionó, tales afectos son “muy importantes” porque, a su juicio, “si se produce un cambio social va a ser en las relaciones humanas; ese afecto ya es el cambio. Si luego hay un cambio en las instituciones, que sea un reflejo de nuestro día a día”. “Mi conclusión es que la unión hace la fuerza, pero también nos hace felices”, terminó diciendo. Lo sabe bien quien acabó recibiendo incluso el apoyo de los dueños del local en que se originó todo el problema, aquel día de huelga general de hace ya casi tres años.

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