Ecologistas y Cobre las Cruces discrepan sobre los posibles daños ambientales del derrumbe

La corta de la mina, con la zona del derrumbe a la derecha.

Fermín Cabanillas

  • Ecologistas en Acción sostiene que hay daños en suelos ocupados por residuos y taludes de la corta minera, con una longitud de desplazamiento de 1.300 metros

El derrumbe que afectó el pasado miércoles a la corta de la mina de Cobre las Cruces, en Gerena, afectó a 675.000 metros cuadrados de terreno. Es la medición que ha realizado Ecologistas en Acción, que sostiene que se trata de suelos ocupados por residuos contaminantes y taludes de la corta minera, con una longitud de desplazamiento de 1.300 metros, desde la instalación de estériles de minas hasta el fondo de la corta minera“.

La empresa minera, por su parte, señala que, “por prudencia y mientras se realizan los trabajos” no se habla de una extensión concreta afectada. Admiten que ha sido “importante” pero niega que, hasta el momento, haya evidencias de afectación medioambiental a la zona.

La formación conservacionista sostiene que “las consecuencias del derrumbe han sido mucho más importantes que lo informado, y analizadas las imágenes aéreas del derrumbe se puede observar que un 50 % de la Instalación de Estériles de Mina (IEM) -la zona a donde se llevan los residuos- se ha desplomado arrastrando una balsa de aguas de contacto y desplazando varios millones de metros cúbicos” de residuos.

También, añade, “se ha hundido el talud norte de la corta  y se ha sepultado la boca de entrada de la galería subterránea que terminaron de construir hace un año”.

A vista de pájaro

Ecologistas en Acción ha realizado un vuelo con un dron por la zona, que, según sostienen, indica que “otra balsa de aguas de contacto de forma triangular ha quedado al borde del derrumbe”, lo que podría llevar residuos a ríos de la zona.

“No es descartable que la Instalación de Estériles de Tratamiento (IET) haya sufrido daños estructurales de consideración y pueda igualmente derrumbarse en breve, teniendo en cuenta que ya sufrió un importante corrimiento de tierras en junio de 2008, cuando todavía en construcción y vacía”.

“Un colapso de la IET podría verter residuos muy contaminantes y peligrosos al arroyo Garnacha, que discurre entre la IET y la Planta Hidrometalúrgica y que es afluente final del Guadalquivir”, señala, asegurando que “resulta muy poco creíble que un derrumbe de tal magnitud no haya sido detectado con antelación por parte de los servicios técnicos de la mina, ya que no se ha producido ningún fenómeno natural de relevancia que lo haya podido provocar. No ha habido ni lluvias torrenciales ni ningún movimiento sísmico, y se supone que el complejo minero cuenta con un sistema de auscultación geotécnica que incluye una amplia de red de inclinómetros que debieran detectar con antelación cualquier movimiento del terreno”.

De esta forma, si ha habido un pequeño derrumbe antes, el grande se podría haber evitado, según Ecologistas.

La formación ecologista entiende, además, que “cada vez parece más evidente que las causas de este derrumbe están en la negligente gestión de las aguas subterráneas del acuífero Gerena-Posadas, que ha podido producir un hundimiento del terreno donde se asienta el complejo minero”.

De hecho, la dirección del derrumbe y deslizamiento, noroeste-sureste, “coincide con la dirección y sentido del desplazamiento de aguas subterráneas dentro del acuífero, desde su afloramiento cerca de Gerena hasta la confluencia de los arroyos Molino y Garnacha”. 

El comunicado concluye con que “Cobre las Cruces es responsable directo de todas las consecuencias medioambientales que se vayan a producir tras el derrumbe, porque el acuífero tras el derrumbe ha quedado totalmente desprotegido, y se puede producir la inundación y ruina completa de la corta minera si no se toman medidas cautelares urgentes de sellado del acuífero, tal como se tomaron en 2008”.

“No hay indicios de afectación ambiental”

La versión de Cobre las Cruces pasa, por ahora, por la prudencia. Fuentes de la mina han asegurado que la primera información emitida el pasado viernes por la empresa minera “ya hablaba de que no existían indicios de afección medioambiental, y seguimos en la misma posición, aunque la evaluación va a ser larga, necesita muchos más datos, pero lo que tenemos provisionalmente parece dejarlo claro, a expensas de completarlo”.

Sobre el dato de la cantidad de terreno afectada, entienden que “ahora mismo, siendo como es visible un volumen importante de material movido por el deslizamento, no podemos aventurar una cifra, pero esta claro que hay una cantidad de terreno importante”.

Ha indicado que este lunes ha tenido lugar una reunión entre la dirección de la mina y los alcaldes de los cuatro términos municipales que ocupa su subsuelo (Gerena, Guillena, Salteras y La Algaba), en los que se les ha informado de la situación de suspensión de la planta de producción, “además de decirles que se trabaja para reactivar la actividad cuanto antes”, sin tener aún un plazo concreto para ello.

Actualmente, 280 empleados dependen de la mina directamente. Estos, en principio, no corren peligro, y se mantienen en distintas actividades en la propia mina, en la parte que funciona con normalidad.

Con respecto a las subcontratas de la empresa minera, se les irá informando, aunque algunas, en concreto, como las de transportes, están sin trabajo de momento, al haberse parado completamente la actividad extractiva.

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