El Centro de Ciencias de Benasque: un lugar donde científicos internacionales comparten sus avances

Entre montañas y paredes llenas de pizarras. Así son los congresos que se celebran en el Centro de Ciencias de Benasque Pedro Pascual, situado en este pueblo pirenaico. Cada año, cientos de científicos y científicas se desplazan hasta este lugar para compartir sus avances y disfrutar del entorno durante unas semanas.

Este año ha sido el que más asistentes se han reunido en esta institución desde 1994, cuando abrió sus puertas. 1.730 investigadores han compartido sus avances en 24 congresos, y todavía quedan citas hasta que termine el año. En 2022 se desplazaron hasta Benasque 1.200 personas con este propósito y, antes de la pandemia, esta cifra se situaba en torno a las 1.000 personas. “Teníamos miedo después de la pandemia que todos nos acostumbramos a las videollamadas, pero hemos visto que el contacto sigue siendo muy necesario y la gente prefiere venir, verse y discutir en persona sus temas”, explica una de las trabajadoras del centro. 

Según los datos de la propia página web, hasta 2022 han asistido a las 265 conferencias organizadas en el CCBPP 15.723 científicos de 79 países diferentes. Muchos de estos han sido premiados con importantes premios internacionales. Ocho premios Nobel, tres galardonados con un Príncipe de Asturias o catorce con un Premio Dirac, entre otros, han formado parte de la historia de este lugar. 

Desde el mismo centro cuentan que este año ha sido “el que hemos hecho más conferencias” ya que, a partir del 11 de abril “hemos estado sin parar, excepto una semana de agosto, aunque ahora por ejemplo tenemos dos grupos a la vez”. Uno de ellos es el congreso “Tipping points in the Earth System (Tipes)”, al que han asistido 50 expertos de 18 instituciones europeas para analizar los efectos del cambio climático y que termina hoy viernes 8 de septiembre. 

El objetivo de este centro es que los organizadores de cada congreso solo tengan que ocuparse de la parte científica del mismo. La contabilidad y la organización recae en las manos del centro, “entendemos que está en un sitio muy remoto y lo que intentamos es que sea muy fácil para ellos todo lo que no es la parte científica y lo agradecen. Nuestra misión es que vengan grupos, que compartan, que discutan en el buen sentido, que estén aquí muchos días y que no se preocupen de una factura o algo similar”. 

La física es su principal campo de investigación y trabajo debido a que Pedro Pascual, fundador del centro que ahora lleva su nombre, era físico teórico. “Estamos abiertos a todo tipo de ramas de la ciencia, ya sean matemáticas ya sean humanidades, se discute sobre lo que nos propongan pero sí que es verdad que la física tiene mucho peso en nuestro contenido por tradición”. 

Uno de los distintivos de este centro son sus paredes, todas ellas de pizarra, al igual que las contraventanas “para cuando hace buen tiempo y trabajan en el exterior” ya que “la física, las matemáticas o la biología son disciplinas que conllevan mucha fórmula y se gasta mucha tiza escribiendo en las paredes”. Tanto es así que, a modo de anécdota, las paredes de pizarra llegan hasta los baños o a la sala de juegos“. 

Origen del Centro

Es el único centro de este tipo de España y la idea surgió cuando sus fundadores fueron al Centro de Ciencias de Aspen, situado en las Montañas Rocosas de Colorado, y quisieron implantar este modelo en España. “La idea es compartir en un entorno muy natural, para que tengan más tiempo para interaccionar social y científicamente”. 

Fue creado en 1994 como resultado del esfuerzo conjunto realizado por el físico español Pedro Pascual (Univ. Barcelona, Director), Manuel Asorey (Univ. De Zaragoza, coordinador) y José Ignacio Latorre (Univ. Barcelona, coordinador) y el alcalde de Benasque José Marión, con el objetivo de crear un instituto de de verano de alto nivel donde los investigadores pudiesen exportar su trabajo en un bonito lugar en el corazón del Pirineo Aragonés.

Al contrario de otras grandes conferencias y workshops, está organizado como lugar de trabajo, con ordenadores y lugares donde investigar. Se programan un máximo de dos charlas por día, dejando tiempo para discusiones y trabajo individual. El Centro está situado físicamente en las antiguas escuelas del pueblo de Benasque. Antiguamente, las clases ofrecían puestos de trabajo individuales, el gimnasio se convertía en el aula de informática y las charlas se realizaban en el comedor de la escuela. La secretaría y las conferencias de mayor duración se realizaban en la Casa de la Cultura, cerca de las escuelas.