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150 años del museo oscense que antes fue palacio real y universidad

Sala 8 del Museo de Huesca, donde se expone el plano original del autor del proyecto del edificio

Miguel Barluenga

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Fue palacio real y universidad antes de convertirse en el Museo de Huesca, que en este 2023 celebra el 150 aniversario de su fundación. Un edificio en el que tuvo lugar el legendario episodio de la Campana de Huesca y que acoge entre sus muros buena parte de la obra del polifacético Ramón Acín, el pintor, escultor y profesor fusilado en los albores de la Guerra Civil. Sobre este oscense ilustre gira la programación de los próximos meses para conmemorar este siglo y medio de preservación y divulgación las señas de identidad, el arte y la cultura de la provincia desde la prehistoria hasta nuestros días.

La fecha exacta de esta efeméride será el 29 de junio y se van a organizar diferentes actos para darle realce, con Ramón Acín en el centro. Se ha previsto una rotación trimestral de sus fondos, que se exhibirán en uno de los paneles de la sala 8 del museo, dedicada a su figura, bajo el nombre ‘El valor de un legado. Ramón Acín en el Museo de Huesca’.

La primera de ellas, con la que se inaugura este ciclo, se titula ‘Ramón Acín y las vanguardias. El Zodiaco’, y actualmente se puede visitar en el museo. En ella se presenta un conjunto de 12 dibujos a lápiz que representan los signos del Zodiaco realizados en torno a 1930 y que demuestran el conocimiento de las vanguardias europeas del artista.

El año se completará con tres exposiciones temporales más, que ahondan en diversas facetas artísticas de la vida de Acín. Bajo los títulos ‘Ramón Acín y la publicidad’; ‘Ramón Acín y Huesca. Carteles de San Lorenzo’ y ‘Ramón Acín y el humor gráfico’, se pretende reinvindicar la importancia de la trayectoria artística de este artista único e irrepetible, adelantado a su tiempo y precursor de las vanguardias europeas de entreguerras, siempre vinculado a su Huesca natal.

La sala 8 es el espacio reservado a la antigua Universidad Sertoriana. El Museo de Huesca alberga entre sus fondos la estampa realizada por el arquitecto Francisco Artiga, autor del proyecto del edificio que lo acoge en la actualidad, y que también fue matemático, pintor, literato, entre otras variadas facetas. Esta estampa, fechada alrededor de 1690, está realizada en aguafuerte sobre papel e ilustra cómo en el siglo XVII, además de tratados de arquitectura, también se realizaron este tipo de imágenes con fines editoriales que mostraban edificios. Se acompaña ahora de un pequeño texto explicativo, así como de la propia estampa original, como parte de los trabajos de actualización de este espacio.

En ella se encuentra la colección egipcia, muestra que reúne el mayor conjunto de arte procedente del valle del Nilo conservado en los museos de Aragón, gracias al esfuerzo de dos importantes figuras del coleccionismo: Gabriel Llabrés, arqueólogo mallorquín con el que se comenzó la actual colección que se puede contemplar; y, sobre todo, la figura de Joaquín Lizana y sus importantes donaciones llevadas a cabo entre los años 1975 y 2020.

El Museo de Huesca, de titularidad estatal y gestionado por el Gobierno de Aragón, tiene su origen en la desamortización de Mendizábal, con unos primeros fondos que procedían de conventos de la provincia de Huesca y otras colecciones particulares. El primer espacio en que se recogieron estas obras fue el edificio de la Compañía de Jesús y en 1845 se trasladó al Colegio Mayor de Santiago, un edificio adosado al Ayuntamiento de Huesca, donde se llevó a cambo su fundación formal en 1873.

Su alma páter fue Valentín Carderera (1796-1880), un hombre inquieto de su tiempo: coleccionista, arqueólogo, pintor y escritor que asumió personalmente la puesta en marcha del museo y donó gran parte de su colección particular. En el Colegio Mayor de Santiago permaneció casi un siglo, hasta que en 1967 se trasladó a su sede definitiva, la antigua Universidad Sertoriana de Huesca.

Esta fue fundada por el rey Pedro IV de Aragón en 1354 y recibió el nombre de Sertoriana en memoria del político y militar Quinto Sertorio, que había fundado en la Osca bajo dominación romana una academia y en esta ciudad fue asesinado durante un banquete en su honor en el año 72 antes de Cristo. Se levantó junto a las dependencias del palacio real que se había erigido en el siglo XII como residencia de los reyes tras la conquista cristiana de la ciudad. En la actualidad solo permanecen en pie una torre de planta rectangular y algunas dependencias llenas de historia.

Así, se conservan tres salas conocidas popularmente como Sala de la Campana, Sala de Doña Petronila y Salón del Trono. Según la tradición, la primera fue el escenario en el que se produjo la legendaria matanza y decapitación de caballeros insumisos por parte de Ramiro II el Monje; en la segunda se habría celebrado la boda entre Doña Petronila y el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona.

En estos 150 años, los fondos se han ido incrementando por los diferentes canales establecidos legalmente: compras, donaciones, depósitos, excavaciones y prospecciones arqueológicas. Con la llegada de Vicente Baldellou a la dirección del Museo en 1974 se inició una etapa de sucesivas campañas arqueológicas en la provincia de Huesca que incrementaron notablemente la colección. En 1997 se compró por parte del Gobierno de Aragón gran parte del legado de Ramón Acín: documentos, pinturas, caricaturas, diseños tipográficos, carteles, tarjetas, postales, manifiestos y esculturas. El edificio fue declarado Bien de Interés Cultural en 2003.

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