Una editorial solidaria con raíz en la generosidad rural
Cuenta Carlos Pellicero que decidió escribir el libro No abras el paraguas aunque llueva cuando encontró a una mujer que había perdido un hijo por leucemia: “Me dijo que prefería tener a su hijo como yo tenía al mío, que muerto”.
Entonces su hijo, el pequeño Jesús Pellicero, afectado de parálisis cerebral, luchaba por sobrevivir y el libro, escrito como una carta al niño, le sirvió como terapia. “No necesitaban dinero para el tratamiento de Jesús porque habían tenido mucho apoyo” de Albalate del Arzobispo y de Utrillas, en Teruel, sus pueblos de origen, para ayudar al pequeño explica Sonia Casimiro, amiga de la familia.
Periodista de profesión, esta historia le reconcilió con el medio rural después de años viviendo y trabajando en la gran ciudad. Solidaridad pegada al terreno, a los pequeños pueblos que, destaca Sonia, da aquí como en otras cosas ejemplo de generosidad y entrega con sus vecinos. Sonia habla emocionada de un proyecto que para ella “es como un hijo, porque en él he puesto el alma y todo mi tiempo”. Eso es lo que le ofreció a su amigo Carlos, operario de una planta química: su tiempo para ayudarle a dar forma de libro a esa carta, y buscar todos los recursos para publicarlo.
Cuando esa misiva personal en la que “purgaba la frustración que sintió en los primeros años de la enfermedad de su hijo” se convirtió en libro comenzaron las presentaciones en sus pueblos, “pensando que venderíamos a los familiares y vecinos cercanos” pero la gran acogida de la publicación sorprendió a todos, cuenta Sonia.
Han vendido 2.400 libros desde este pequeño rincón de Teruel, y preparan una segunda edición. El proyecto ha crecido, al calor sobre todo recibido en Facebook, y gracias “a la suma de muchos, de los que nos preparan las presentaciones, de los que hacen fotos y vídeos, de los que comparten la información que colgamos” destaca Sonia, que preside la Asociación 'Por una sonrisa. Jesús Pellicero Durán' con la que dan cobertura legal a todo esto.
“A Carlos le ofrecí ayuda con el texto y la edición y sobre todo lo que él no tenía, tiempo para tramitar todo lo de la asociación, porque él lo necesitaba para estar con su hijo”, recuerda Sonia. Y no es fácil, denuncia, porque “no somos gestores, y las asociaciones benéficas no lo tienen fácil en España, no es fácil donar dinero y hacerlo bien”. Y es que el apoyo popular ha sido espectacular, pero no el de las administraciones, sobre todo para todas las cuestiones administrativas.
Fondos para la investigación de enfermedades
El dinero recaudado con la venta de los libros, 12.000 euros, ha sido donado a la Asociación Española Contra el Cáncer para la investigación. Y esa es la condición que pone esta editorial solidaria para ayudar a quien quiera publicar un libro, contando su experiencia en torno a una enfermedad, que los fondos se destinen a investigación de enfermedades. No se trata de recoger fondos para ayudar a costear un tratamiento concreto, destacan, sino de aportar para ayudar a muchos.
Así que el dinero recaudado en el segundo libro de la colección que ya ha escrito Carlos también tendrá este destino. Será de nuevo en forma de carta pero no solo de Carlos, también de su mujer Marta, y de tíos y primos del pequeño Jesús, que el pasado mes de enero falleció, casi cuando mejor estaba, por una complicación derivada de su enfermedad.
“Son cartas de despedida pero no es una epopeya que al final acaba en drama, tiene momentos tristes claro, pero hay cartas que precisamente buscan todo lo contrario” precisa Sonia.
Todavía no tiene título que le diferencie del primero pero lo que sí tienen claro es que conservará lo de “No abras el paraguas aunque esté lloviendo”, como título de una colección. Una frase que una vecina de Utrillas, amiga de la familia, le dijo a Carlos cuando su hijo recién nacido luchaba por su vida en la habitación de un hospital para que entendiera que “aunque las cosas vayan muy mal aún no se han acabado”.