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“No nos horrorizamos con las imágenes de violencia contra las mujeres de los museos”

Lola Roldán es profesora de Historia del Arte

Ana Sánchez Borroy

Zaragoza —

Lola Roldán (Nerin, Navarra, 1951), profesora de Historia del Arte, ha ofrecido estas últimas semanas en Zaragoza varias conferencias sobre la visión androcéntrica, sexista y de violencia contra la mujer que se aprecia en diferentes obras del arte griego y latino. Roldán ha impartido varios cursos en los últimos años en la Casa de la Mujer de Donostia-San Sebastián. Forma parte del colectivo Plazandreok.

¿Qué es lo que más le ha llamado la atención cuando ha estudiado la 'Violencia contra la mujer en el arte clásico'?

Lo más llamativo es darse cuenta de la gran carga de violencia que tienen las imágenes clásicas que estamos acostumbradas a ver, con la mujer reproducida en diferentes mitos. Es decir, lo que llama la atención es que muchas veces estamos acostumbrados a ver esas imágenes, pero si no lo hacemos desde otra perspectiva, no nos damos cuenta de la carga de violencia.

¿Tenemos, entonces, la violencia en el arte clásico muy normalizada?

Efectivamente, como también ocurre en el mundo actual. En el arte clásico, digamos que hay que volver a mirar esas imágenes desde una perspectiva diferente, la del feminismo y entonces es cuando te das cuenta de la violencia que aparece.

¿De qué tipo de violencia estamos hablando?

Suelo dividir las violencias en tres tipos, siguiendo el criterio de la profesora catalana Dolors Molas, que ha trabajado mucho sobre la Antigüedad; realmente, es la misma clasificación que existe en la actualidad: la primera sería la violencia simbólica o violencia invisible, inconsciente; la segunda violencia es la sexual y la tercera sería la violencia física.

¿Qué ejemplos podríamos poner de cada uno de estos tipos de violencia en el arte clásico?

La violencia simbólica sería aquella en la que el dominador consigue que las dominadas, las mujeres, acepten una serie de valores simbólicos de manera que ellas se sientan inferiores. Lo que se consigue con la violencia simbólica es que las mujeres dominadas sean cómplices de su propia dominación. Me baso en un filósofo francés, Pierre Bourdieu, que es el primero que habla de violencia simbólica, y utilizo tres mitos para hablar de esta violencia simbólica en el arte clásico. El primero sería el mito de la creación de los hombres por Prometeo, que refleja cómo sólo los hombres son el género humano. El segundo sería el mito de la creación de Pandora, que habla de otra raza, la raza maldita que llega a los hombres como un castigo y, por tanto, reconoce a la mujer como un ser inferior, sometida, malvada... El tercer mito es el de los tres nacimientos de los dioses Afrodita, Atenea y Dionisos, que no nacen de mujer. Es decir, incluso en la procreación, que es imposible sin nosotras, los mitos griegos llegan a eliminar a la mujer en estas tres creaciones de estos dioses. Ahí se ve clarísimamente la superioridad de la potencia viril, que es capaz por sí misma de engendrar a otros seres.

¿Cuáles serían los ejemplos de la violencia sexual?

En la violencia sexual he utilizado el mito de la mujer como objeto sexual intercambiable. Se ve clarísimamente en los mitos de Briseida y de Criseida, por cómo Agamenón y Aquiles se las intercambian. Briseida y Criseida pasan a ser esclavas sexuales de Aquiles y de Agamenón y, por tanto, son violadas. Son esclavas, concubinas; no tienen nada que decir. Pero el ejemplo más claro de violencia sexual como violación es el de Casandra, violada una vez que entran los griegos en Troya, en La Ilíada. Verlo continuamente en imágenes lo normaliza.

Nos faltarían los ejemplos de violencia física contra las mujeres en el arte clásico...

En la violencia física pongo como ejemplos dos asesinatos, mal llamados sacrificios. La primera es Ifigenia, que es asesinada en un rito por su padre, Agamenón, y no pasa nada. La segunda es Políxena, otra de las hijas de los reyes de Troya, que también es asesinada en una especie de ritual de venganza por el hijo de Aquiles, que recibe de su padre la orden de matarla. Hay una cantidad enorme de imágenes de estos asesinatos, llamados rituales, que llegan hasta la actualidad. Son imágenes que se van recreando a lo largo de los siglos y esas recreaciones visuales normalizan la posibilidad de que la mujer sea violentada; hacen que nos acostumbremos a ver esas imágenes.

¿No aparece violencia física por parte de las parejas?

En estos casos que utilizo como ejemplos, la violencia física no es por parte de la pareja. Pero hay otros. Por ejemplo, el primer texto de violencia machista en la pareja aparece en La Ilíada, que además se establece como modelo de cómo son las relaciones entre hombres y mujeres: es cuando Zeus le dice a Hera que nadie le va a salvar cuando le ponga sus manos sobre ella, que le va colgar unos yunques. “Te colgaré unas cadenas y de tus pies, unos yunques”... Son amenazas y recuerdos de violencia física en la pareja, de Zeus a su mujer, a la diosa Hera.

¿Los tipos de violencia a los que se refiere son los mismos que siguen vigentes hoy en día?

Sí, totalmente. En cualquier charla sobre las violencias actuales que sufrimos las mujeres aparecen violencias idénticas: por ejemplo, la violencia simbólica sigue existiendo en la actualidad, a veces, a través incluso de los propios mitos griegos. Una compañera me hizo ver que, por ejemplo, en los dibujos animados de los Pitufos se reproduce con una exactitud total el mito de la creación de Pandora: los Pitufos son solamente hombres, viven todos juntos, son felices, pero el malo, que es Gargamel, les manda un castigo, que es Pitufina. Es decir, estos mitos no sólo ejercieron de herramienta para crear el patriarcado y mantenerlo en su momento, sino que se siguen manteniendo. En la actualidad, hay otros mitos que ha añadido el cristianismo, pero tienen como base la estructura patriarcal griega. No siempre somos muy conscientes, pero ahí están.

Entonces, en esto, ¿la historia no nos ha servido para no volver a repetir esos relatos?

Sí nos ha servido, porque por lo menos ahora somos conscientes. Lo importante es darle la vuelta, ir desmontando los mitos. Todo el sistema patriarcal que se crea ya en Grecia, que pasa a Roma y va pasando a todo el mundo Occidental, ya desde el siglo XIX va a ser combatido por las luchas de las sufragistas. Se van consiguiendo derechos, no estamos igual ni mucho menos. Pero lo que sí es cierto es que las imágenes siguen funcionando, que se nos meten dentro y no nos damos cuenta de que normalizan violencias, un rapto, una violación… No nos horrorizamos cada vez que vemos una en un museo.

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