“Se están riendo de nosotros”: el malestar de los opositores tras quedar cientos de plazas docentes sin cubrir en Aragón
Las oposiciones de Educación Secundaria en Aragón han dejado 340 plazas sin cubrir debido a al bajo número de aprobados. La escasa tasa de éxito en esta primera fase eliminatoria ha dejado especialidades como Lengua y Literatura, Matemáticas o Física y Química muy por debajo de las expectativas. En Mantenimiento de Vehículos, por ejemplo, solo uno de los 71 aspirantes ha logrado superar la primera fase para las 11 plazas ofertadas. En Francés, cinco personas han pasado a la siguiente fase para 15 vacantes. La situación se repite en otras especialidades donde el número de aprobados apenas cubre un tercio de los puestos: 48 aprobados en Lengua y Literatura para 89 plazas o 31 aprobados en Matemáticas para 80 plazas.
En total, son 340 las plazas que quedan sin cubrir, según los datos del sindicato CGT, en 16 de las 24 especializades. De las 5.371 personas que se presentaron a los exámenes para optar a una de las 1.080 plazas, solo aprobaron 740. Uno de los opositores de Mantenimiento de Vehículos, que prefiere mantenerse en el anonimato, lamenta las condiciones físicas del examen y su complejidad. “Estábamos entre 37 y 40 grados, se te pegaba la mano al papel. No podías ni escribir”, recuerda. Asegura que dedica a esta preparación un gran esfuerzo: “Me levanto a las 4:30 para estudiar, trabajo, vuelvo y sigo con la oposición. Llevo tres años así. No me levanto por gusto, están jugando con el tiempo y la comida de mis hijos”, lamenta.
Este opositor también cuestiona la adecuación del examen práctico a su perfil: “Pusieron el módulo más difícil que se da en mantenimiento de vehículos, es más para los de secundaria. Nosotros somos profesores técnicos, de grado superior, y este examen era más para ellos”.
Otro opositor, interino de Geografía e Historia desde 2017, cree que el problema va más allá de la dificultad de los exámenes y apunta a una falta de voluntad política: “La administración no tiene interés en estabilizar, quieren privatizar los servicios públicos y favorecer un modelo de contratación afín”, denuncia. Añade que los prácticos, tal y como están planteados, se han convertido en una traba desde la crisis de 2008: “Son demasiado amplios y aleatorios, pueden ponerte cualquier cosa de historia, geografía o arte”.
Desde su experiencia en el aula, también advierte de la desconexión entre la administración y los centros: “Trabajo en un instituto con situaciones muy complicadas. Y en lugar de reforzar, recortan fondos. Prohíben hablar con los chavales de sus problemas, te ponen un velo de silencio. ¿Cómo se puede llegar al alumnado así?”, plantea. A pesar de todo, se muestra optimista: “Yo he llegado hasta aquí gracias a las becas, al sistema público. Si lo destruyen sin una alternativa justa, se pierde todo. Pero aún estamos a tiempo de hacerlo bien, si hay voluntad”.
También se dan casos como el de Carlos (nombre ficticio), un profesor de Matemáticas interino que lleva 19 cursos ejerciendo en Zaragoza. Este año, decidió no presentarse a las oposiciones al considerar “imposible” sacar la parte práctica del examen: “Nos exigen unos conocimientos matemáticos muy superiores a lo que luego tenemos que enseñar en el aula. Yo ya soy licenciado en matemáticas, deberían mirar más temas de dar clases o cómo enfrentarnos a los alumnos”. Expone que, tras pasar por 15 institutos de la capital aragonesa, sabe que “trabajo no me va a faltar por la gran necesidad de profesores de matemáticas que hay”, pero que se ve “incapaz de sacarme las oposiciones con la exigencia que tiene el examen práctico”.
Sí que se presentó en la anterior convocatoria, que no incluía esa prueba práctica. Considera que este proceso selectivo debería dividirse en dos, por una parte, para los docentes que ya han ejercido y, por otra, para los recién graduados que se presentan por primera vez y no han tenido oportunidad de trabajar: “Ahora hay gente que saca un 10 y si una persona con mi experiencia saca un 6 automáticamente yo me quedó por encima. Creo que es injusto para todos, para nosotros porque nos exigen unos contenidos que no podemos abordar trabajando a la vez y para ellos porque es muy difícil ese primer acceso”.
En Física o Química se ofertaban 45 plazas y solo se han cubierto 30; en Biología 53 y 11 de ellas quedan sin cubrir; en Dibujo 45 plazas ofertadas y solo han aprobado la primera fase 27; en Inglés, de las 162 plazas hay 64 sin docente; en Orientación eran 80 las plazas que se ofertaban y han pasado a la segunda fase 62 aspirantes; 18 plazas libres han quedado también en Tecnología; en Administración de Empresas solo han aprobado siete personas para las 31 plazas que había; en FOL 14 de las 23 plazas han quedado sin cubrir; en Informática 19 de las 26; en Sistemas Eléctricos solo ha pasado una persona para las seis plazas que se ofertaban; y el PGA quedan 22 vacantes de las 39 plazas.
Falta de criterios claros: “Las reglas del juego no son correctas”
Uno de los puntos más repetidos entre los opositores y sindicatos es la ausencia de criterios objetivos y rúbricas claras que orienten la preparación y la corrección de las pruebas. “Durante dos horas el máximo de palabras que una persona puede escribir es de 2.000 a 3.000, no pueden pedir más de lo que te da tiempo a escribir”, denuncia un opositor de la especialidad de Mantenimiento de Vehículos. Lamenta que los títulos de los temas, que son la única información previa que reciben, resultan insuficientes: “Empiezan a pedir lo que no está escrito. Si quieren algo justo, que saquen el índice de todos los temas y que nos dé tiempo a prepararlo”.
En su caso, escribió 13 páginas sobre contenidos técnicos, pero recibió una nota de apenas un 1,2. “Llevo 25 años trabajando en talleres. Es una falta de respeto”, denuncia. Se ha presentado en dos ocasiones al examen y en las dos ha detectado esta diferencia en cuanto a los criterios, recuerda que su preparador se presentó al examen de Asturias y “con los mismos contenidos que redacté yo, le pusieron un 8 y a mí un 4”. Concluye que “las reglas del juego no son claras. No sabes si lo que estás escribiendo está bien o está mal”.
Coincide con esta crítica el opositor de Geografía e Historia. Explica que la administración solo facilita el título del tema, sin rúbrica detallada: “Eso no lo haríamos con nuestros alumnos. Muchos se han sentido humillados al ver sus notas muy por debajo de lo esperado”. En su opinión, este malestar creciente puede acabar “deslegitimando la idea de igualdad de oportunidades en el acceso al empleo público”.
Desde los sindicatos, la crítica es compartida. CCOO afirma que “la falta de criterios objetivos no solo genera incertidumbre, sino también desigualdad entre aspirantes”. En la misma línea, CGT denuncia que las pruebas se basan en temarios “obsoletos y no desarrollados” y que “las rúbricas de calificación no están adaptadas a las características de los ejercicios”. CSIF, por su parte, propone que se publiquen previamente rúbricas completas y detalladas y exige la actualización de los temarios. “Defendemos un sistema transparente, que dé seguridad jurídica a los opositores y a los miembros de tribunales”, apunta su responsable de Educación en Aragón, Gema Tomás.
Este jueves 9 de julio, la Federación de Enseñanza de CCOO de Aragón ha registrado una solicitud formal dirigida a la consejera de Educación, al secretario general Técnico y a los directores provinciales del Departamento de Educación, Ciencia y Universidades del Gobierno de Aragón, en la que pide la publicación de las rúbricas de corrección específicas de cada especialidad, así como las soluciones de las partes prácticas correspondientes a la primera prueba del actual proceso selectivo docente. Declaran que “creemos que la transparencia es una garantía de equidad y seguridad jurídica para todas las personas aspirantes. Por ello, consideramos esencial que se publiquen de forma completa y accesible los criterios concretos que han guiado las correcciones en cada especialidad. Así se refuerza la confianza en el sistema público de acceso a la función docente y se ofrece a todas las personas participantes la posibilidad de comprender en detalle cómo se ha valorado su trabajo”.
Tras el análisis de los criterios de calificación publicados y los enunciados de la primera prueba, desde la Federación de Enseñanza CCOO Aragón declaran que han podido constatar que en algunas especialidades “no se han hecho públicas ni las soluciones ni las rúbricas específicas utilizadas por los tribunales, sino únicamente rúbricas genéricas”. Además, en algunos casos añaden que se han detectado discrepancias entre dichas rúbricas y las pruebas de la parte A, así como diferencias en los criterios aplicados en la parte B según el tema elegido, dentro de una misma especialidad. Desde CCOO concluyen: “Estas situaciones pueden generar dudas e incertidumbre en los aspirantes, y dificultan su derecho a una evaluación comprensible, objetiva y revisable”.
Desde la Consejería de Educación, el director general de Personal, José María Cabello, alegó que, “una vez constituidos los tribunales, que se rigen bajo los principios de igualdad, mérito y capacidad”, estos “funcionan de forma autónoma”. “Tanto en el caso de las pruebas prácticas como de las rúbricas o los ejercicios de evaluación corresponde a los tribunales su organización y aplicación”.
“Fracaso” del modelo actual
Desde CSIF exigen una “modificación profunda” del modelo, señalando que “los resultados de esta convocatoria y la del año pasado ponen de manifiesto el fracaso palpable del sistema actual de oposiciones”. Además, critican las condiciones físicas de los exámenes, “con temperaturas muy altas, por encima de los 27 grados que marca la normativa de seguridad laboral”.
CGT Enseñanza califica el sistema como “caduco y con evidentes muestras de agotamiento”. Denuncian “ejercicios poco relacionados con la práctica docente” y una situación que “condena a la escuela pública a más precariedad”. También piden que se garantice la climatización de los espacios, tras casos como el de una docente de tribunal en Teruel que tuvo que ser atendida por un golpe de calor. Además, recuerdan que los tribunales sufren una carga de trabajo “precaria e ilegal”, con jornadas extendidas, traslados forzosos y retribuciones mínimas.
El sindicato independiente ANPE Aragón considera que esta situación evidencia el agotamiento de un sistema de acceso anacrónico, amortizado y desmotivador, tanto para los aspirantes como para el conjunto del sistema educativo público. La presidenta de ANPE Aragón, Teresa Hernández, ha sido tajante al señalar que “la responsabilidad de esta situación no recae tanto en los opositores ni en los tribunales como en un sistema de ingreso docente obsoleto, con temarios y pruebas sin revisar desde los años 90 del pasado siglo y que, a la postre, no favorece la conciliación de quienes preparan durante años estas oposiciones mientras trabajan como interinos”.
CCOO, por su parte, subraya que el modelo de acceso “no solo no resuelve el problema estructural de estabilidad del profesorado, sino que lo agrava”. Consideran incomprensible que, “ante la alta necesidad de personal docente, la administración convoque cerca de mil plazas sin garantizar su adjudicación real”. Critican también “la falta de planificación y la alta exigencia del proceso, que reflejan la falta de sensibilidad y previsión hacia quienes participan”.
Esta necesidad de personal docente se ha visto reflejada durante el curso 2024-2025, cuando el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón ha tenido que recurrir a profesores que aún no tenían acabado el Máster de Profesorado para ejercer, tras quedar vacantes las plazas ofertadas en los llamamientos.
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