La Térmica de Andorra echa el cierre en junio: “El ánimo es de abatimiento total”
La Central Térmica de Andorra echa el cierre este mismo mes de junio y deja en jaque a un territorio que ha dependido durante cuatro décadas del sector de la minería. Los trabajadores denuncian falta de información y aseguran que la Transición Justa ha sido un “fracaso”, que ha dejado por el camino a muchos compañeros que han sido despedidos o recolocados en otras plantas lejos de la localidad.
Explica el presidente del comité de empresa, Hilario Mombiela, que el ánimo en la localidad es de “abatimiento total” y lamenta que todavía no les hayan comunicado “nada” de cómo será el desmantelamiento ni quienes serán las personas que se encargarán de su ejecución. Es la alternativa que les ofrecía Endesa para mantener algunos puestos de trabajo, además de recolocaciones y prejubilaciones, pero la crisis de la COVID-19 ha retrasado los cursos de formación que deberían de haber comenzado después de Semana Santa.
El Gobierno de Aragón anunció la semana pasada que el Consejo de Gobierno había dado luz verde al convenio con el Ayuntamiento de Andorra y Endesa para desarrollar tres programas de formación profesional para el empleo en los que podrán participar 950 personas. El INAEM será el encargado de la selección de los alumnos, dando prioridad a los trabajadores que hayan mantenido una relación laboral con las empresas subcontratadas por la Térmica y a parados de larga duración de la localidad.
Sin embargo, Mombiela señala que el proceso del cierre de la Central Térmica está siendo “muy traumático” para las familias que dependen del sector y critica que las soluciones que se han ido anunciando todavía no han llegado y que, cuando lleguen, “será demasiado tarde”. Recuerda además que están a la espera de que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) finalice los trámites administrativos que permitan el cierre y desmantelamiento del centro y la construcción del parque solar que Endesa tiene pensado instalar.
Empresas auxiliares
El cierre de la Central Térmica de Andorra se lleva por delante a las empresas auxiliares que prestaban servicio en las instalaciones y que ya han comenzado con el despido de muchos de sus empleados. Es el caso de Maessa, que ya ha iniciado un procedimiento de despido colectivo, o Nervión, que está en fase de negociaciones ante la previsible salida de todos sus trabajadores este mismo mes.
El secretario general de la Unión Comarcal de CCOO en Andorra, Antonio Jiménez, reprocha el “fracaso” que ha supuesto la Transición Justa en la localidad y asegura que directamente “no ha existido”. “Estamos a menos de un mes para que cierre la térmica y las noticias que no llegan no tienen ningún sentido, las administraciones tendrían que admitir que han fracasado”, dice. Y añade: “Aquí solo hay un ganador y es Endesa, que va a llenar la provincia de molinos y placas solares”.
Jimenez recuerda que en las empresas auxiliares había unas 300 personas en 2018 y ahora hay unas 150, cuando el compromiso era “emplear a todos los trabajadores” y lamenta que se hable de números, cuando son “familias enteras” que dependen del sector minero. “Quizá directamente hay unas 300 familias asociadas al sector e indirectamente sobre 3.000 o 4.000”, añade.
Es por este motivo, que desde la plataforma de subcontratas, UGT Teruel y Unión Comarcal de CCOO Andorra han solicitado una reunión con el vicepresidente del Gobierno de Aragón y consejero de Industria, Arturo Aliaga, y con la directora del Instituto para la Transición Justa, Laura Martín, para que les expliquen los plazos y forma del desmontaje de la Central Térmica y la puesta en marcha de los mecanismos de contratación, con cláusulas que garanticen el acceso a la contratación de la totalidad de las plantillas.
Desarrollo industrial sanitario
La provincia de Teruel y en especial las comarcas mineras podrían ser zonas preferentes para el desarrollo industrial en la fabricación y almacenamiento de material médico y asistencial. Así lo cree al menos el alcalde de Andorra, Antonio Amador, quien ha enviado una carta a la vicepresidenta del Gobierno de España y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, para que considerase esta opción.
También le ha pedido instalar en el municipio la Oficina para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, dependiente del Instituto para la Transición Justa, para captar, gestionar, tramitar y administrar las inversiones propuestas para revitalizar las zonas afectadas por el fin del sector minero-eléctrico. De esta manera, indica, se evitaría que el territorio quedara afectado “de manera irremediable” después de la transición energética.
“Como andorrano no termino de hacerme a la idea que la Central Térmica vaya a cerrar, pensábamos que esas torres estarían siempre ahí y es un varapalo importante, pero como alcalde no puedo perder tiempo en lamentaciones porque la situación es complicada y se trata de buscar soluciones”, argumenta Amador. De esta manera, señala que hay que generar empleo “de manera inmediata” para absorber los despidos que pueda haber y asegura que están trabajando en un plan “de medio plazo” para buscar la “suficiente actividad económica e industria”, que sea diversificada.
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