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“Lo más peligroso no es el discurso revisionista de la extrema derecha, sino la actitud de la derecha democrática”

Juan Manuel Calvo Gascón

Diego Saz

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Juan Manuel Calvo, natural de la localidad turolense de Ejulve, es el nuevo presidente de la asociación Amical de Mauthausen y otros campos y de todas las víctimas del nazismo en España. Fue elegido en la última asamblea de socios, el 19 de junio, y llega con un aire continuista y con ganas de impulsar las delegaciones territoriales. Vive en Barcelona desde los años 70, aunque su arraigo a la tierra en la que nació le ha llevado a investigar sobre los aragoneses deportados a campos de concentración. Sin pelos en la lengua, cuestiona que la derecha democrática del país blanquee el decurso de la extrema derecha y advierte del revisionismo de lo que significó la dictadura y de lo que significó el Golpe de Estado.

¿Cuándo comienza su vinculación con la Amical de Mauthausen y otros campos y de todas las víctimas del nazismo en España?

En 2003, estudiando historia local de Ejulve, descubrí que había un ejulvino que había sido deportado a los campos nazis. Concretamente, José Brumós Tello, que falleció en Gusén. El hecho de descubrir que había habido hasta cinco deportados de mi localidad natal me llevó a interesarme por el tema. Yo ya vivía en Barcelona, por lo que me puse en contacto con la asociación Amical de Mauthausen para seguir la investigación y para saber qué tipo de información tenían de estos deportados. De esta manera, pude conocer a varios supervivientes y a la historiadora Rosa Toran, pionera en los estudios de la deportación de los republicanos españoles. Poco a poco fui haciendo investigaciones sobre los deportados aragoneses. Es una historia que te engancha, porque es muy empática. Descubres el sufrimiento de las víctimas del nazismo en una coyuntura histórica tan bestial como fue la Segunda Guerra Mundial y la deportación a los campos nazis. Desde ese momento me vinculé a la asociación. Primero colaboraba como voluntario, pero en 2005 entré a formar parte de la Junta y en 2007 empecé a llevar la Tesorería y a participar o coordinar diferentes proyectos.

Ahora llegas a la presidencia. 

Sí. Anualmente hay una asamblea de socios, donde se renueva o se prorroga la Junta. Entonces este año estaba la posibilidad de renovación y un grupo de compañeros me propusieron presentarme a la presidencia. La asamblea nos dio el apoyo, por lo que aquí estamos intentando tirar hacia adelante los proyectos de memoria histórica que tenemos comprometidos desde hace tiempo.

¿Cuáles son esos proyectos?

Uno de los aspectos que nos hemos propuesto en la nueva Junta es la potenciación de las delegaciones territoriales, por dos motivos. Primero, por hacerlas más visibles. Y, segundo, por adecuar el trabajo a la realidad diferente que puede haber en cada una de las Comunidades. En Aragón existe una delegación desde el año 2008, con el delegado Josep San Martín, de Fraga, que ha gestionado los contactos con institutos, las conferencias, la organización de viajes de estudiantes a los campos de concentración o los diferentes homenajes.

¿Suelen realizar actividades en centros educativos o con estudiantes?

Sí, este fue uno de los principales objetivos que se marcaron los fundadores de la Amical en 1962. Aparte de reivindicar los derechos y las indemnizaciones que pudieran tener de Alemania, querían mantener la memoria histórica viva. Entonces, y cuando fueron legalizados a finales de los años 70, empezaron a trabajar con centros educativos y con profesores de Enseñanza Secundaria, conscientes de la falta de conocimiento de la Guerra Civil, del exilio y de las deportaciones. Esta ha sido una constante de la Amical de Mauthausen hasta el día de hoy. En 2003 se hizo el primer viaje con estudiantes al campo de concentración de Ravensbrück, donde fueron deportadas unas 200 republicanas españolas. Y, a partir de ese año, se han organizado viajes con estudiantes de una forma más sistemática. Hemos ido al campo de Mauthausen, para participar en los actos de liberación que se celebra en la primera semana de mayo, y a otros campos como el de Buchenwald. Es importante para nosotros el trabajo con el mundo estudiantil para que puedan conocer lo que sucedió.

Precisamente la nueva ley de Memoria Democrática contempla actualizar los contenidos sobre la Guerra Civil y el franquismo, ¿Qué le parece?

Nosotros hemos participado en las distintas consultas que hicieron desde el Gobierno y hemos colaborado con diferentes entidades. La valoración que hacemos en estos momentos es positiva porque es un paso adelante con respecto a la ley vigente anterior. Posiblemente llega un poco tarde, pero es un avance porque hay un reconocimiento explícito a las víctimas y permite actualizar el currículum escolar en materia de memoria histórica. Hay otros aspectos que evidentemente se han quedado cortos y habrá que analizar cómo queda esta ley en la tramitación parlamentaria, con las enmiendas que se puedan presentar. Pero es un paso adelante. En estas leyes es importante que pedir su correcta implementación y la dotación de recursos materiales y humanos. 

Desde la Amical de Mauthausen han colaborado con el Gobierno de Aragón

Sí, con el Gobierno de Aragón hemos colaborado con el programa Amarga Memoria. Esto ha permitido que varios estudiantes aragoneses hayan venido a los viajes que hemos organizado al campo de Mauthausen y he podido publicar la información sobre los deportados aragoneses que tenía. En 2011 publiqué el libro “Itinerarios de identidades. Republicamos aragoneses deportados a los campos nazis”, que recoge un listado de 1.011 nombres de aragoneses que fueron deportados a los campos nazis. Después, en el 2018, como el trabajo había seguido desarrollándose, también con el Gobierno de Aragón y la Amical de Mauthausen, coordine una página web dedicada a los deportados aragoneses. Ahí se aportan los datos de las deportaciones de los aragoneses, se añadieron algunos nombres más que habían aparecido a partir de 2011 y se hizo un apartado de biografías. A medida que la investigación dio pie a conocer las identidades de las víctimas, fuimos publicando biografías en la página web. Con el Gobierno de Aragón ha habido una colaboración constante. En 2019 publiqué un segundo libro que se llama “Dentro de poco os podré abrazar”, que recoge unas 11 biografías de supervivientes. Actualmente, se conoce que unos 1.020 aragoneses fueron deportados a campos de concentración nazis.

¿Cómo ha sido el proceso de investigación para conseguir esa información?

El proceso de investigación ha sido con fuentes de publicaciones de listados de deportados que ya tenía la asociación. También de publicaciones que se han hecho en Francia y en España y las que publican los propios memoriales de los campos. En Internet se ha publicado mucha información. Además, está relacionado con un proyecto que llevó a cabo la Amical de Mauthausen, con la Generalitat de Cataluña y la participación de la Universidad Popeu Fabra, a partir de 2005, de elaborar una base de datos de los deportados republicanos españoles. Han sido fuentes diversas. Para recuperar las historias personales ha sido fundamental la información acumulada en el archivo de la Amical y las entrevistas y los contactos con los familiares. Aquí ha habido una gran aportación y estoy muy agradecido a las familias que han participado explicando la historia de su familia. Es importante recuperar estas historias para que no queden en el olvido.

¿Cómo se llevaron a cabo las deportaciones a campos de concentración desde España?

La primera fase de la deportación de los republicanos se inicia en agosto de 1940, con aproximadamente 7.000 republicanos españoles exiliados en Francia, que entre 1940 y 1941 son deportados a los campos nazis. La procedencia es la vía del exilio al final de la guerra de España, con la retirada a principios de 1939. En abril de 1939, los campos estaban llenos de personas que no tenían una salida y no sabían qué hacer. El gobierno francés creó unas compañías de trabajadores extranjeros y allí se alistaron. Algunos de forma voluntaria y otros a la fuerza, miles de republicanos españoles fueron destinados a trabajar a unidades militares en las zonas defensivas que estaban creando con la frontera de Alemania. Eran trabajadores de pico y pala y tenían un sueldo simbólico que les permitía escribir alguna carta de vez en cuando y poco más. En mayo de 1940, los alemanes invaden Francia y el Estado Mayor francés, incapaz de presentar batalla, se rinde en pocas semanas. Los alemanes toman París y llegan hasta la frontera con España.

¿Qué pasa tras la derrota francesa?

Miles de españoles que formaban parte de estas compañías de trabajadores fueron detenidos y trasladados a campos de prisioneros de guerra. Allí fueron identificados como luchadores antifranquistas, por tanto, luchadores en contra de un aliado de Hitler, y deportados al campo de Mauthausen. Este campo se denominaba de categoría 3, porque la finalidad era la explotación por el trabajo esclavo en una cantera hasta la muerte. En el campo de Mauthausen fueron identificados con un triángulo azul que los señalaba como apátridas, ya que eran refugiados de un país, pero ningún Estado los había reclamado. España no tenía ningún interés en reclamar a estos españoles que habían detenido los nazis. En septiembre de 1940 es cuando se produce la visita a Berlín de Ramón Serrano Suñer, ministro de Asuntos Exteriores y a partir de esa visita, se intensifica la deportación de los republicanos.

La Amical de Mauthausen se crea en plena dictadura, en 1962.

La Amical de Mauthausen fue creada por supervivientes en el año 1962, en plena dictadura. Desde Barcelona, un grupo de supervivientes se pusieron en contacto con otros supervivientes y familiares de víctimas de todo el Estado. Fueron creando el primer núcleo de lo que fue la Amical de Mauthausen y otros campos, que acogió a deportados supervivientes tanto de Mauthausen como de los otros campos nazis. No se legalizó hasta el año 1978. 

Con la irrupción de Vox en la política española, ¿se está rompiendo el consenso que había sobre la Guerra Civil y el franquismo?

Últimamente la derecha está llevando a cabo un revisionismo total sobre aspectos del franquismo. Incluso han llegado a blanquear lo que fue un Golpe de Estado contra un régimen democrático como fue el de la Segunda República. Pero, lo peor, lo más peligroso, no es el discurso de la extrema derecha, sino la actitud de la derecha democrática. Aquí, a diferencia de lo que está sucediendo en el resto de Europa, la derecha democrática está comprando el discurso y lo está blanqueando. Desde las propias instituciones hay un revisionismo de lo que significó la dictadura y de lo que significó el Golpe de Estado. La gravedad está en el blanqueamiento del discurso de la extrema derecha por parte de la derecha democrática.

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