Ayuda en Acción es una Organización No Gubernamental de Desarrollo independiente, aconfesional y apartidista que trabaja en América, África y Asia con programas de desarrollo integral a largo plazo en diferentes ámbitos para mejorar las condiciones de vida de los niños y niñas, así como el de las familias y comunidades a través de proyectos autosostenibles y actividades de sensibilización.
La emergencia olvidada: casi 800.000 personas afectadas por lluvias e inundaciones en Malawi y Mozambique
- Tras el reparto de alimentos básicos, mantas, kits de higiene y tratamientos potabilizadores de agua a la población afectada, urge que puedan restablecer cuanto antes sus medios de vida de forma digna y garantizar la reconstrucción
Ha pasado un mes desde que los primeros chuzos de punta empezaron a descargar en países como Mozambique y Malawi, llegándose a registrar en un solo día las precipitaciones equivalentes a treinta. Faltaron pocas semanas para que las incesantes lluvias provocaran graves inundaciones en ambos países, dejando atrás un saldo de muertes, personas afectadas y desplazadas que hoy vierte cifras preocupantes, a pesar de no estar recibiendo la debida atención humanitaria o mediática. Son ya casi 800.000 las personas damnificadas –medio millón más que la semana pasada– y miles las infraestructuras dañadas, cifra que aumenta a medida que se evalúa la dimensión de la emergencia y de los daños que las inundaciones han causado. La temporada de lluvias en estos países, que se extiende hasta marzo, incrementa el temor de que la situación afecte a más comunidades y a las ya debilitadas infraestructuras que no han quedado aún destruidas.
Según la OCHA ( Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios), el número de personas afectadas en Malawi es de 638.000 y en Mozambique es de aproximadamente 157.000; la población desplazada se estima en 174.000 en el primer caso y más de 51.000 en el segundo. Se han contabilizado 79 muertes en Malawi –hay 153 desaparecidos– y 120 en Mozambique. Miles de personas necesitan alimentos, agua potable y acceso a servicios mínimos de salud o electricidad. Las inundaciones, las grandes crecidas de los ríos y el fuerte viento han dejado a miles de personas sin hogar. Las intensas lluvias han arrasado también un gran número de infraestructuras, como carreteras, puentes, escuelas, centros de salud o torres de tendido eléctrico.
Para ambos países, sigue siendo muy preocupante el daño causado en los cultivos y el ganado, las dos fuentes principales de ingresos para la población junto con la pesca, actividad que aún no se ha normalizado. Miles de familias han perdido su modo de vida y las inundaciones van a tener consecuencias durante años, siendo vital que estos pequeños agricultores y ganaderos reciban ayuda tan pronto como sea posible para garantizar sus condiciones de vida durante y después de la emergencia. La dimensión de este desastre tiene su origen en el hecho de que muchas personas tienen sus cultivos muy cerca de los ríos; a la debilidad de la estructura de las edificaciones, principalmente de paredes de adobe y techos de paja y especialmente vulnerables a los efectos del agua y del viento; así como a la deforestación con fines agrícolas y la tala incontrolada de madera para ser utilizada como leña que ha dejado terrenos completamente desnudos antes de las lluvias, favoreciendo las inundaciones.
La situación en los campamentos que acogen a la población desplazada también es crítica debido a las deficientes condiciones de salud e higiene, en buena medida porque los pozos de agua potable han quedado contaminados por las inundaciones. Ante el hacinamiento, la falta de aseos y salubridad, empiezan a contabilizarse los primeros casos de malaria y diarrea. A pesar de que las autoridades y las organizaciones internacionales están distribuyendo alimentos y productos de primera necesidad, algunos campamentos no reciben suministros durante varios días seguidos. El reparto de kits de cereales contra la desnutrición para los niños menores de 5 años también es insuficiente, y las personas con enfermedades crónicas, y especialmente los enfermos de SIDA, no están recibiendo la atención médica adecuada.
De la primera necesidad a la reconstrucción
Trabajamos en Mozambique desde 1998 y en Malawi desde 1990 a través de nuestro socio internacional ActionAid y contamos con proyectos en zonas afectadas por las inundaciones. En Mozambique, trabajamos en tres de las provincias más castigadas: Zambezia, Nampula y Cabo Delgado; mientras que en Malawi tenemos proyectos en Machinga, uno de los distritos donde se ha declarado el Estado de Emergencia, y Neno, también afectado por las inundaciones.
Durante los primeros días de esta emergencia, era fundamental que apoyásemos en las tareas de verificación e identificación de personas, participado en las acciones de rescate de la población que permanecía aislada y realizado distribución de alimentos y productos de primera necesidad. Sin embargo, no es suficiente, motivo por el que estamos recaudando fondos para continuar apoyando a las familias damnificadas con alimentos y productos básicos en el corto plazo. En una segunda fase, diseñaremos planes a medio y largo plazo para garantizar que las personas afectadas puedan regresar a sus hogares tan pronto como sea posible y restablecer sus medios y forma de vida de una manera segura y digna; y que asimismo los niños afectados puedan volver a las escuelas y seguir disfrutando de un derecho a la educación que, durante las últimas semanas, se ha visto truncado.
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Sobre este blog
Ayuda en Acción es una Organización No Gubernamental de Desarrollo independiente, aconfesional y apartidista que trabaja en América, África y Asia con programas de desarrollo integral a largo plazo en diferentes ámbitos para mejorar las condiciones de vida de los niños y niñas, así como el de las familias y comunidades a través de proyectos autosostenibles y actividades de sensibilización.