Hoy comienza a juzgarse otro caso derivado del uso de dinero negro en la financiación del PP. En la Audiencia Nacional se rascará sobre la utilización de 880.000 euros en B para pagar las obras de remodelación de la sede principal de la calle Génova de Madrid. Las implicaciones para el PP pueden ir mucho más allá. En calidad de testigos, pasarán por el tribunal Mariano Rajoy, Aznar, Cospedal, Arenas, Acebes y Francisco Álvarez Cascos. Su testimonio será incómodo, porque casi todos aparecen directa o implícitamente como receptores de los sobresueldos que salieron de la contabilidad paralela manejada por Bárcenas. Aquí un repaso de dos décadas de “entregas” en “sobres”.
Evolución de los importes cobrados por cada dirigente cada año entre 1990 y 2008
Fuente: Papeles de Bárcenas
Este nuevo juicio será un suplicio jurídico y mediático para los populares, que se puede alargar hasta el mes de mayo y con semanas de hasta tres sesiones matinales. Pablo Casado trata de marcar distancias. A pesar de ser pupilo y delfín en diferido de José María Aznar, se vende como el líder que vino a acabar con las malas prácticas. Su mano derecha ha llegado a decir que si Casado no hubiera ganado las primarias, “el PP estaría ahora mismo en disolución”.
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La gran farmacéutica norteamericana Pfizer calcula que ingresará más de 12.000 millones de euros en 2021 por la venta de sus vacunas contra el coronavirus. El margen de beneficio será del 20%.
No se nos puede escapar que esta información la incluye Pfizer en un informe que hace para sus accionistas y es el típico documento que siempre tiene tono positivo. Pero aún así es relevante otra afirmación: según la empresa, la COVID-19 no va a desaparecer a corto plazo y habrá una “potencialmente duradera necesidad a largo plazo de vacunas”.
Sobre plazos y mirando específicamente a España, Belén Remacha te hace un repaso de lo que hay que saber para ser realistas: cuántas vacunas tenemos, para quién son y a qué ritmo debemos ponerlas.
Tenemos la sensación de que los colegios no han sido durante los últimos meses el gran foco supercontagiador que muchos padres nos temíamos. Ha habido casos y clases cerradas, claro que sí, pero no ha sido el drama continuo que veíamos venir.
Pero, ¿cómo les va a los colegios en esta tercera ola? Hemos mirado datos y tenemos malas noticias: el número de brotes en colegios se ha multiplicado. El viernes 22 de enero en 95 los brotes semanales detectados en centros educativos en España; para el viernes 29 ya eran 241; y este 5 de febrero subían hasta 413, un récord desde que se registran. Son más que los identificados en residencias (161) o en el entorno laboral (270).
El cierre de los colegios sería una medida con tremendo impacto para las familias y la actividad económica. Ya en la primera ola, las administraciones no supieron cómo facilitar la conciliación. Así que la clausura general de las aulas, que sí se da en Portugal o Reino Unido, no parece una opción aquí. La ministra de Educación ha dicho que se ha llegado a un “consenso con las comunidades autónomas de mantener los centros abiertos lo máximo posible”.
Mientras tanto, 7.500 militares que fueron formados como rastreadores de contagios de Covid-19 siguen sentados a la espera de que alguna comunidad autónoma los llame para trabajar.
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