En un año claustrofóbico, se agradece todo lo que nos lleve lejos. Hay un vídeo de la llegada de ‘Perseverance’ a Marte.
Y ahora, con los pies en la tierra, vamos con lo fundamental del día.
Puedes anotar cuántas veces escuchas hoy la frase 'Quieto todo el mundo'. Estamos a 23-F y encontrarás en todos los medios contenidos de conmemoración y reconstrucción del golpe de Estado de 1981, y otro intento más de desentrañar los secretos de aquella noche: los tanques de Milán del Bosch, el proceso de radicalización del Ejército, el verdadero papel del general Armada, etc. Pero lo cierto es que a pesar de los esfuerzos creativos y periodísticos, el Congreso lleva siete años bloqueando la reforma de una ley que permitiría arrojar luz sobre el 23-F.
Felipe VI acude al Congreso a pronunciar un discurso sobre aquel terrible episodio, cosa que nunca hizo Juan Carlos I. Habrá que escuchar qué palabras tiene el rey para el papel que entonces jugó su padre, con el que ha tratado de marcar distancias y que escuchará a su hijo desde Emiratos Árabes Unidos.
Pero la polémica vendrá esta vez por la ausencia en el acto de los partidos independentistas y nacionalistas, que han decidido dar plantón al Jefe del Estado en esta ceremonia.
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El PP quiere ser noticia por algo más que los juicios por corrupción en marcha o los resultados de las elecciones catalanas. Tras anunciar que se mudarán de sede, y ahora que no hay elecciones a la vista, Pablo Casado empieza a levantar el bloqueo institucional con el que hostigaba al PSOE. Son sobre todo tres frentes:
Ciudadanos, en la lona. En paralelo, Casado quiere aprovechar que Ciudadanos deambula medio sonado por el ring político tras el estrépito de Catalunya para asestarle golpes definitivos. Primero, gancho de derecha: Casado ha intentado seducir a Albert Rivera para negociar una posible fusión. Y ahora, un directo a la mandíbula: los populares están intentando fichar a destacados militantes de la formación naranja.
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Es imposible seguirle el ritmo a las diferentes medidas que van tomando las distintas comunidades autónomas en la gestión de sus competencias sobre la pandemia. Los bares abren y cierran, los toques de queda varían, la desescalada va por barrios.
Tampoco es fácil aclararse con lo que cada comunidad autónoma está priorizando dentro del margen de acción que les da el plan nacional de vacunación. Por ejemplo: Baleares, Catalunya, Extremadura, Navarra y Madrid no han empezado a vacunar a mayores de 80 años. Euskadi arranca ahora con los mayores de 100. Aragón usa AstraZeneca en estudiantes de Ciencias de la Salud, Andalucía en profesores y Valencia en grandes dependientes.
Por si te quieres poner al día, tienes un repaso de todo aquí.
Mientras tanto, en Reino Unido. La verdad es que la comparación es sonrojante. Boris Johnson ha anunciado una desescalada tan lenta que los colegios, ahora cerrados, no abrirán hasta marzo; dos personas podrán sentarse en una terraza a tomar café (ahora no pueden) en unos quince días; los pubs y restaurantes tendrán que esperar hasta mayo. Mayo. Y con cifras de incidencia que son mucho mejores las de España.
Y eso que estamos mejorando rápido. Este lunes hemos alcanzado el nivel de incidencia más bajo en lo que va de año, 252 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Estamos ya muy cerca de volver al nivel de contagios justo anterior a la Navidad. Justo dos meses después.
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Y desde aquí, un abrazo a Julia Otero.
Nos leemos de nuevo mañana. Cuídate.
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