Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

El Ojo izquierdo nació en El País en 2010 y prolongó su vida durante diez años en la cadena SER, con vivienda propia en el Programa Hoy por Hoy, primero con Carles Francino, después con Pepa Bueno y finalmente con Àngels Barceló.

Ahora se instala con comodidad en elDiario.es, donde es de esperar que se mantenga incólume la aviesa mirada de su autor, José María Izquierdo.

Que la toalla la tiren los otros. Trabajar, trabajar y trabajar

Imagen de archivo (18/06/2025) del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una intervención en la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso. EFE/Mariscal
7 de julio de 2025 22:29 h

63

Usted mira al frente y lo primero que se encuentra es una investigación de la UCO, una sala del Tribunal Supremo dictando unas veces orden de encarcelamiento y otras, los designios de las togas son siempre inextricables, de libertad condicional. Primera premisa para no equivocar el diagnóstico. Todo, absolutamente todo, el presente y el futuro, está pendiente del Supremo. ¿Qué audios se esconden entre tanto legajo? ¿Habrá anotaciones tipo tanto para ti, tanto para mí, tanto para varios ministros, directores generales o funcionarios, por no hablar de los secretos del número uno?

Segunda. Objetivo grabado a fuego en la frente, el pecho y hasta en los dedos de los pies: impedir a toda costa que ganen PP y Vox. Las razones para mantener tan cerrada posición le parecen obvias al Ojo, pero quizá nos sirva el catálogo de amenazas ciertas que nos aguardan si ese gobierno de coalición llegara a La Moncloa. Lo ha explicado en este diario muy bien, como siempre, Nicolás Sartorius. Permitan al ojo que les haga un apresurado resumen de ese texto, brillante, utilizando sus mismas palabras: volverá la tensión a Cataluña; deterioro de los servicios públicos, sanidad, educación, ciencia, como ya se sufre en las comunidades en las que funciona el pacto; preponderancia de las tesis de Vox sobre emigración; recortes para el colectivo LGTBIQ; pérdida de la memoria democrática en beneficio de olvido del franquismo; barra libre a los jueces y magistrados que tan burdamente han colaborado con el PP en el acoso, y una vuelta al nacionalcatolicismo y el sometimiento a la iglesia. También en este diario se preguntaba Andrés Gil, “¿cuánto tiempo le va a llevar a Trump desmontar los avances en derechos que tanto ha costado conquistar?”. Y él mismo se respondía: “Muy, muy poco, si sigue a este ritmo”. Feijóo y la derecha vengativa y rencorosa que él representa va a seguir el mismo camino. Llegar y romper, llegar y arrasar.

Pongamos letra a la música. Santiago Abascal, vicepresidente; presidenta del Congreso, Ana Millán o, quizá, Ester Muñoz; ministro de la presidencia, Miguel Tellado; ministra de Justicia, Cuca Gamarra; Ignacio Garriga, ministro de Administraciones Públicas; de Sanidad, el presidente del Grupo Quirón; de Educación, a algún distinguido personal shopper, hábil en el traslado de bolsas de ropa; de Exteriores, Hermann Tertsch. Como portavoz –portacoz, dicen los chistosos- se augura una dura pugna entre Miguel Ángel Rodríguez y Eduardo Inda. Lamenta el Ojo haberles inoculado el virus del insomnio, pesadillas aseguradas, pero este terror es consecuencia directa del Congreso del PP que hemos vivido este fin de semana, con la aparición estelar de José María Aznar, Sánchez a la cárcel, o el desahogo de M. Rajoy, anotación de puño y letra de Bárcenas, acusando de corrupción a los demás. Ya lo dijo Feijóo el domingo: “No haremos un cordón sanitario a Vox”. Más claro, el agua del Lozoya. Y añadamos los nombramientos. Antes bastaba con que los portavoces fueran insultantes, qué decirles, por ejemplo, de Rafael Hernando, pero ahora el nivel no baja de Hannibal Lecter: empanada de entresijos de Sánchez y filloas del tuétano de Bolaños. ¿Excesivo? Pónganse en bucle las intervenciones parlamentarias de Tellado, Muñoz y Álvarez de Toledo y luego me cuentan.

Pausa de hidratación, que nos arde la cabeza. Vamos a ver si somos capaces, con la facilidad expositiva de Epi y Blas, la sencillez elevada a su máxima categoría intelectual, de desenrollar el ovillo. ¿Qué alternativas se le presentan a Pedro Sánchez para afrontar esta evidentísima crisis? Dado que hay decenas de analistas y politólogos, algunos salidos de debajo de las setas, seguro que permitirán al Ojo, tan osado, que también entre al mogollón de la asesoría áulica. Recuerden la premisa que guiará cada una de nuestras palabras: que nunca, jamás, nos gobiernen estas derechas salvajes que amenazan nuestras vidas y haciendas, el diablo las confunda.

La primera posibilidad, el griterío es ensordecedor, la convocatoria inmediata de elecciones. Hombre, tontos son en el Gobierno, pero no tanto como para llamar a las urnas en el momento peor de su mandato, acusaciones ciertas unas e inventadas las más. Los mejor intencionados –alguno habrá- pretenden que la situación puede empeorar si los informes de la UCO nos ofrecen próximamente mil miserias de ministros o del propio presidente, digamos que furiosos videos de necrofilia. Es posible. Pero es la hipótesis de un futurible, y en Moncloa parecen bastante seguros –o así pretenden aparentarlo- de que tales desgracias no sucederán. Lo que es un hecho incontestable es que la situación hoy, mañana y pasado mañana, es nefasta para ir a las urnas y eso lo ve hasta un niño de pecho. Desnudemos la proposición. Se le pide a Sánchez que actúe así: si convoco ahora elecciones, vamos al matadero, luego convoquemos ahora las elecciones. ¿Verdad que da un poco de risa esta torpe acción para un político como él? Está bien que semejante simpleza se extienda en los argumentarios de Borja Sémper, ese chico tan moderado, pero cuesta oírlo en boca de un socialista como García Page.

Otra posibilidad sería que Sánchez se apartara y dejara su puesto bien a la vicepresidenta María Jesús Montero o, propuesta ya lanzada al viento desde múltiples sectores, incluido alguno propio, convocar un congreso extraordinario para elegir a un nuevo secretario general del partido y, por tanto, un nuevo candidato. Podría ocurrir, nada está escrito, que Pedro Sánchez opte por esa solución pero presentándose de nuevo a la reelección. ¿Se imaginan qué ocurriría si volviera a ganar, pronóstico más que posible, dado su dominio del partido? Pero en el caso de que no se presentara, es obvio que el ganador -¿ustedes ven en lontananza a algún mirlo blanco, o quizá se inclinan por García Page, la candidatura de la vieja guardia ya lanzada?- no tendría más remedio que volver a tejer la alianza con todas las fuerzas que ahora mantienen al gobierno de coalición, desde Sumar a Bildu, Junts o Podemos. Todo indica que el sendero es intransitable, así que volvería a plantearse la opción anterior, esto es, la convocatoria de elecciones, otra vez al matadero, que es lo que queríamos demostrar. Y en serio, con el hígado en la mano, ¿creen ustedes que el acoso salvaje de la derecha política, judicial y mediática, no se iba a cebar con el nuevo candidato o candidata? El objetivo de tanto cafre es acabar con Sánchez, desde luego, pero también con un gobierno de izquierdas, lo presida García, López o Martínez, Esa es la consigna de la derechona patria, pero también de la derecha mundial, acabar con el único gobierno progresista de este hemisferio. A sangre y fuego.

Se agotan las posibilidades. Queda la moción de confianza, que no sería mala solución si se tuviera atado y bien atado el apoyo de todos y cada uno de los hasta ahora sostenedores de la cosa. Problema: alguno de los partidos de la izquierda muy izquierda, digamos Podemos, ya ha dicho que si te he visto no me acuerdo. Es verdad que llegado el momento, habría que ver si Iglesias, Montero y Belarra aguantarían el peso infame de cargarse a un gobierno de izquierdas. Pero insistimos, ir sobre seguro, que el fiasco podía ser monumental. Habría que remontarse a 1980 para encontrar un suceso tan emblemáticamente estúpido como el pergeñado por los golpistas militares uruguayos, duros como el pedernal, para legitimarse en el poder. La propuesta fue rechazada por casi un 57% de los votos. Corolario: los plebiscitos o las mociones de confianza sólo se presentan si las tienes ganadas de antemano. Lo demás, ejercicio de bobos hasta caerse.

Queda otra salida. O eso cree el Ojo. Se trata de que Sánchez logre volver a tejer las alianzas, ahora en el alambre, y hacer posible la aprobación de los Presupuestos. Ya se sabe que es labor heroica. Pero ya hemos dicho aquí que esa opción sería mucho menos onerosa para el resto de partidos, que siempre podrían justificar que sólo estarían contribuyendo a la gobernanza del país y no a apuntalar a Sánchez. Trabajo finísimo de encaje de bolillos sin tener a mano, además, al hasta ahora encargado de los aquí te traigo y tú me das, el hoy enjaulado Santos Cerdán. Urge el relevo y urgen las ideas y los proyectos conjuntos para atraerse el apoyo de unos y otros. Mucho, mucho trabajo para recuperar la confianza, porque lo hecho hasta el momento es la nada con sifón. Hay una escena extraordinaria en El maquinista de la General del siempre genial Buster Keaton. Johnnie Gray (él mismo) necesita llenar de troncos la locomotora para huir de sus perseguidores, y su amada, Annabelle Lee, colabora ¡con un palito! Es de ver la cara de Keaton. Pues eso ha hecho hasta ahora Sánchez para solucionar la tragedia calderoniana: un palito aquí, un palito allá.

¿Sólo el miedo, el pavor que comentábamos al principio, es lo que debe movilizar el voto hacia la izquierda? Pues no, claro, que también hay que exigirle al Gobierno que haga varias cosas para recuperar el favor del respetable. Por lo pronto, evitar fiascos tan descomunales como el de Francisco Salazar. Qué desastre y qué vergüenza, caer una vez más en oprobio machista. Hay que sacarse de encima cualquier sospecha de corrupción, dictando las normas precisas dentro y fuera del partido, incluso con medidas enérgicas contra las posibles empresas corruptoras. Obligación de repasar con lupa todos los contratos de los ministerios afectados y contar el resultado de esas inspecciones con pelos y señales, además de depurar las responsabilidades pertinentes, sanciones o denuncias en los tribunales incluidos. Al tiempo, y para ello sería fundamental contar con los Presupuestos, emprender una agenda social potente con golpes de efecto bien visibles, por ejemplo en vivienda. Y más, mucho más, pero ustedes ya lo saben: acabar con la desigualdad, con la pobreza infantil, mejorar la sanidad y la educación públicas, lograr que la ley de dependencia llegue en tiempo y forma a quienes más necesitan esas ayudas. Y ya puestos, que se pueda viajar con normalidad en tren e incluso que no se nos vaya la luz. Cosas simples, ya ven.

Aún queda la sesión de mañana en el Congreso –ya verán qué insultos y pataleos- para que Sánchez convenza a los socios, pero sobre todo a la ciudadanía, de que está haciendo lo que hay que hacer para acabar con esta espantosa sangría. ¿Cambios de calado en el Gobierno? Pues quizá, porque el respetable necesita ver movimiento, que en estos casos de urgencia es insufrible ver que el médico permanece impasible ante la camilla. Se necesita agitación, actividad frenética, lo que estaba arriba ponerlo abajo y lo que estaba abajo echarlo a un rincón. ¿Con la cabeza fría? Helada, pero movimientos espectaculares y efectivos.

Y para que nadie lo dude, el Ojo cree que la única salida es resistir. A pie firme. Vendrá el contraataque y sólo los pusilánimes dan por perdido el partido al acabar el primer tiempo. Con el ojo puesto, evidentemente, en el arcano señalado en el primer párrafo.

Epi y Blas. Si todo es muy sencillo…

Adenda. ¡Qué desesperación tener que escribir una semana y otra sobre estas miserias, casi escatológicas! Porque habría que ocuparse del avance de la brigada acorazada de Trump con el beneplácito de los jueces reaccionarios, elegidos a dedo por el monstruo naranja, seguimiento bovino de los mandos republicanos y aquiescencia miserable y silente de una población que o aplaude o deja hacer. Como los alemanes en el régimen nazi o los españoles, que nunca se nos olvide, con el brutal dictador Francisco Franco. También deberíamos ocuparnos del asesino Benjamin Netanyahu y de su ejército salvaje, acribillando palestinos cuando van a recoger un trozo de pan para que coman sus hijos. O de la cumbre de Sevilla, un poco de atención a los pobres y desheredados de la Tierra.

Mordidas, machismo pringoso, navajas de truhanes. Puaj. ¡Qué asco, qué angustia, qué ahogo!

Sobre este blog

El Ojo izquierdo nació en El País en 2010 y prolongó su vida durante diez años en la cadena SER, con vivienda propia en el Programa Hoy por Hoy, primero con Carles Francino, después con Pepa Bueno y finalmente con Àngels Barceló.

Ahora se instala con comodidad en elDiario.es, donde es de esperar que se mantenga incólume la aviesa mirada de su autor, José María Izquierdo.

Etiquetas
stats