Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).

“Solo en Tblisi malviven en la calle unos 70.000 perros, necesitamos una ley de protección animal desesperadamente”

Teimuraz Tsikoridze, fundador y director de la Sociedad Georgiana para la Protección y Seguridad de los Animales (GSPSA). Foto: Almudena Alameda

Almudena Alameda

  • Su petición puede firmarse aquí

¿Has estado en Georgia? En Georgia de Estados Unidos, ¿verdad?

¿Has estado en Georgia? En Georgia de Estados Unidos, ¿verdad?No, en Georgia, el país.

No, en Georgia, el país.

Aunque la historia de Georgia es milenaria y, entre otros hitos, se le atribuye (o al menos los georgianos lo hacen) ser la cuna del vino, todavía es un destino turístico poco conocido. Sin embargo, se trata de un pequeño país con mucho mérito, ya que ha logrado mantener una identidad propia. Y es que, a lo largo de los siglos, su estratégica situación entre Europa y Asia, clave en la Ruta de la Seda, conectando el Mar Negro y el Mediterráneo, y en la historia reciente por el control del flujo de petróleo y gas natural a través del mar Caspio, ha propiciado que sea un territorio codiciado por romanos, turcos selyúcidas, rusos… De hecho, hasta 1991 formó parte de la URSS.

Desde entonces la evolución de Georgia como nación independiente también está siendo complicada. Aunque la denominada Revolución de las Rosas en 2003 depuso pacíficamente al presidente Shevardnaze y perseguía reforzar la integridad del país, solo logró algunos avances económicos, pero a costa de excesos que han llevado al ex presidente Mijeil Saakashvili a estar acusado por crímenes contra los derechos humanos. Durante la etapa de gobierno de Saakashvili, en 2008, se produjo, con intervención militar rusa incluida, el conflicto de la independización de las regiones de Abjasia y Osetia del Sur, que generó más de 250.000 desplazados. Muchos de ellos viven aún en casas prefabricadas en las cercanías de la capital, Tblisi. Una herida abierta en un país de poco más de 3,5 millones de habitantes.

Por todo ello, la sociedad georgiana se debate entre el amor hacia Europa y la decepción por las fallidas expectativas de bienestar económico que ha traído el capitalismo. Y es que en Georgia el sueldo medio equivale a 300 euros y las pensiones no llegan a los 100. Es cierto que Tblisi es una bonita ciudad, hasta el punto de que algunas revistas de estilo de vida empiezan a tildarla de ciudad “de moda”, pero no es representativa de Georgia, un país eminentemente rural (parte de su encanto) y una sociedad muy influida por la Iglesia cristiana ortodoxa.

En un escenario como este, ¿queda espacio para la sensibilidad hacia los animales? Pues sinceramente, poco. De ahí que en Georgia el activismo animalista sea muy limitado. De ello nos ha hablado Teimuraz Tsikoridze, fundador y director de la Sociedad Georgiana para la Protección y Seguridad de los Animales (GSPSA). Teimuraz es un pionero en la protección animal en Georgia. Hace 14 años dejó su trabajo como arquitecto para dedicarse en cuerpo y alma al refugio para perros que la GSPSA tiene en Tblisi, donde actualmente viven 42 perros (7 de ellos con una pata amputada por accidentes o agresiones, muchos de ellos con las orejas cortadas…) y un gato.

Ahora, con 58 años, Teimuraz sigue luchando por mantener ese refugio, que ha sufrido varios ataques (han instalado una cámara de vigilancia en la entrada porque desalmados han tirado piedras a los perros a través de la verja) y, sobre todo, para lograr que en Georgia exista una ley de protección animal, ya que actualmente el país ni siquiera acata las más básicas normas internacionales.

Georgia es un país con muchos atractivos para el turista, paisajes impresionantes en el Cáucaso, iglesias antiguas muy bien conservadas… Pero también ofrece postales muy tristes, como son los numerosos perros y gatos en las calles, tanto en zonas rurales como urbanas. ¿Se conoce el número aproximado de animales abandonados?

La única cifra que tenemos es de 2015, cuando el Ayuntamiento de Tblisi calculó por primera vez el número de perros callejeros. El recuento fue de 42.000. Sin embargo, nuestros cálculos sitúan la cifra en unos 70.000. La cantidad de gatos no se conoce y tampoco el número de perros callejeros en otras regiones de Georgia.

Es una cantidad enorme. ¿Los georgianos no están sensibilizados con esta realidad? ¿Cuál es la postura del Gobierno?

Se podría decir que hay una falta de interés hacia los animales por parte de los georgianos y que el Gobierno no se preocupa por su situación ni por cambiar la mentalidad hacia ellos. Ni siquiera existe una ley que los proteja.

¿Puede influir la difícil situación económica de gran parte de la sociedad georgiana en esa falta de sensibilidad hacia los animales? ¿Cómo era la actitud hacia los animales durante el período en el que Georgia formó parte de la URSS?

No se trata de problemas económicos, es simplemente la falta de interés por el bienestar de los animales. Es triste, pero la crueldad no ha variado demasiado desde la época de la URSS. Tal vez la única diferencia ahora es que entonces se eliminaba a los perros callejeros disparándoles con armas a la vista de cualquiera o con unos ganchos de metal que capturan y ahogan al animal (nos enseña uno y se nos hiela la sangre).

La Iglesia ortodoxa es muy influyente en Georgia, ¿cuál es su postura con respecto a los animales? ¿Ha intentado usted contar con su apoyo para mejorar la situación?

Nuestra Iglesia no está interesada en los animales. De hecho, sacrifica a algunos en nombre de Dios como ocurre en algunas fiestas tradicionales en las que se matan cabras. No creen que los animales tengan alma, sentimientos. Incluso sabemos, por ejemplo, que un patriarca encargó hace unos meses a un empresario que cazara un rinoceronte en África, cuya cabeza cuelga ahora en una de las paredes de su salón. Lamentablemente, esta mentalidad perdura en los sacerdotes jóvenes. Piensan que es lo correcto según el planteamiento divino. Por ejemplo, no consideran adecuado que perros o gatos vivan dentro de los hogares.

Entonces, ¿en Georgia sólo organizaciones como la GSPSA se preocupan por los animales? En su web leo que, además de mantener el refugio de Tblisi, hacen, en la medida de vuestras posibilidades, seguimiento de las perreras municipales, organizan eventos para promover la adopción de animales, cooperan con otras organizaciones de protección animal, tratan de influir en los medios de comunicación y, sobre todo, buscan convencer al Ministerio de Protección Ambiental y Recursos Naturales de Georgia de la necesidad de una legislación que proteja no solo a perros y gatos sino también, por ejemplo, a los animales salvajes.

Con nuestros muy limitados recursos sólo podemos ayudar a algunos animales, pero no tenemos ningún derecho real para protegerlos porque en Georgia no existe una legislación a la que podamos acogernos. En cualquier caso, somos la primera organización georgiana de protección porque, aunque en 2003 existía un pequeño refugio para perros en Tblisi, hasta 2006 no se creó la GSPSA. Hoy en día hay alrededor de cuarenta organizaciones registradas en el país, pero realmente pocas son de verdad activas, diría que unas cinco. Son organizaciones que, como nosotros, tienen muy poco apoyo financiero, y no podemos acoger a todos los animales que lo necesitan. En nuestro caso, acogemos principalmente a los que han sufrido algún accidente o agresión. En Tblisi, de todos modos, ahora hay otro refugio, además de la perrera del Ayuntamiento. Muy poco, pero algo se avanza. Por ejemplo, los medios de comunicación nos apoyan y reflejan nuestro trabajo y nos hacen entrevistas. Esto es positivo para sensibilizar a la población sobre el bienestar animal.

En lo que respecta a bienestar animal, ¿cuáles son las mejores y peores regiones en Georgia?

La situación es mejor en Tblisi porque es donde hay más actividades y organizaciones de protección animal. En el resto del país la situación es peor y las autoridades municipales encargan a empresas que “limpien” ciertas zonas. Estas empresas simplemente matan a los perros porque no tienen un refugio para mantenerlos y tratar de que sean adoptados. Kajetia, la región de los viñedos, es la peor.

¿Cómo es la situación de los animales en Abjasia y Osetia del Sur, las dos regiones que declararon su independencia en 1992 con el apoyo de Rusia?

No tenemos información sobre lo que sucede allí. Nosotros, como georgianos, no podemos entrar en esas regiones, pero creemos que la situación es muy mala. En Abjasia, por ejemplo, no hay veterinarios y a veces la gente viene a Georgia en busca de ayuda veterinaria para sus animales.

¿Cuáles son sus prioridades para la protección de los animales en Georgia?

Definitivamente, que el Gobierno de Georgia establezca una ley para proteger a los animales acorde con la legislación internacional de protección animal. Para lograrlo hacemos todos los esfuerzos posibles por tener reuniones con representantes del Ministerio de Medio Ambiente y mostrarles casos específicos de abuso animal. También usamos plataformas online de peticiones. Pero el nivel de apoyo es muy bajo en Georgia, así que aprovecho la ocasión para solicitar firmas para este objetivo en la petición que ahora tenemos activa.

Usted era arquitecto y dejó su profesión hace catorce años para cuidar de los animales, creando la GSPSA, primera organización de protección animal en Georgia. ¿Por qué tomó esa decisión?

Hubo un momento clave para decidir dedicar todo mi tiempo a la protección animal y fue cuando en 2003 vi en el camión de una empresa contratada por el Ayuntamiento de Tblisi una gran bolsa con 70 cachorros que iban a ser sacrificados. Fue una imagen impactante que me hizo replantearme todo. Tenía 44 años en aquel momento, ahora tengo 58 años y sé que tengo que seguir trabajando para los animales, aunque sea muy difícil. A veces me he sentido completamente solo y he pasado la mayor parte del tiempo en el refugio, pero sigo creyendo que lo que hago es muy importante.

El refugio de la GSPSA es posible gracias a donaciones privadas. Una de sus donantes es la Fundación Brigitte Bardot, ¿cómo se ha producido esta relación?

Efectivamente, sobrevivimos gracias a donaciones privadas y de empresas como AVERSI o INVET. En el caso de la Fundación Brigitte Bardot, nos conocieron a través de una señora francesa que fue voluntaria nuestra mientras vivía en Tblisi. Nos puso en contacto con la Fundación Brigitte Bardot, que financió la esterilización de sesenta perros en 2013 y otros materiales como jaulas.

Pero no sólo se necesita ayuda financiera para mantener un refugio y llevar a cabo actividades de protección de los animales, sino también manos, los voluntarios son vitales. ¿Con cuántos voluntarios cuenta la GSPSA actualmente?

Es muy difícil contar con voluntarios para ayudar a los animales en Georgia. En el refugio de la GSPSA somos sólo cuatro voluntarios fijos. Yo estoy totalmente dedicado a la organización y vengo todos los días al refugio. Ahora tenemos grandes esperanzas de conseguir ayuda a través del programa Erasmus y contar con voluntarios a partir del próximo otoño. Necesitamos desesperadamente más ayuda. Por ejemplo, nos gustaría pasear a los perros del refugio todos los días, pero no es posible con un número tan reducido de voluntarios.

Además, estamos haciendo esfuerzos por ponernos en contacto con otras organizaciones europeas de protección animal para informarles de nuestra situación. Podrían ayudarnos a obligar a que nuestro Gobierno creara una ley de protección animal.

También dedican esfuerzos a proteger los animales salvajes, ¿podría destacar algunos de los problemas relacionados con estos animales?

La caza ilegal es un gran problema en Georgia. Matan a osos pardos, incluso a las madres, dejando a las crías a su suerte en la zona del Gran Cáucaso, en Svanetia. Es muy triste, necesitamos más vigilancia por parte del Gobierno.

Una estampa habitual en las carreteras georgianas son las vacas, cruzando o simplemente descansando en medio. ¿Cómo es la situación de los llamados animales de granja, viven relativamente “felices”, como pudiera parecer?

Bueno, lo que puedo decir es que animales como las vacas o los cerdos no sufren aún en Georgia el maltrato que padecen los de las granjas industriales. De momento, no tenemos esa situación.

¿Es posible ser vegano en Georgia?

Calculo que solo dos o tres personas pensamos que no es ético comer animales en Georgia (risas). Quiero decir que en un país con tantas comidas basadas en la carne, como Khinkali o Kebab, la mayoría de la gente piensa que estás loco si eres vegano o vegetariano. De todos modos, la gastronomía georgiana tiene deliciosos platps con verduras, como las berenjenas con nueces o la ensalada de espinacas.

¿Qué pediría a los extranjeros o turistas que visitan Georgia, de qué forma podrían ayudar a mejorar la situación de los animales en su país?

Sería útil mostrar la situación de nuestros animales en las redes sociales y, por supuesto, necesitamos donativos para seguir ayudando. Por ejemplo, uno de nuestros donantes es DIGU, una compañía danesa. Vinieron a Georgia como turistas, vieron la situación y se hicieron donantes nuestros. Además, en unos meses volverán para ayudarnos en el refugio. Otra acción es no dar dinero a las personas que utilizan en las calles animales, como monos o loros, para fines lucrativos. Lamentablemente esa situación no es ilegal porque, como he dicho antes, no tenemos leyes de protección animal.

Sobre este blog

El caballo de Nietzsche es el espacio en eldiario.es para los derechos animales, permanentemente vulnerados por razón de su especie. Somos la voz de quienes no la tienen y nos comprometemos con su defensa. Porque los animales no humanos no son objetos sino individuos que sienten, como el caballo al que Nietzsche se abrazó llorando.

Editamos Ruth Toledano, Concha López y Lucía Arana (RRSS).

Etiquetas
stats