El poder de la mente
Cualquier corredor de maratón reconocerá perfectamente el término de “lesión fantasma de precompetición”. Estas ¡molestias antes de la competición aparecen de dos a tres semanas antes de la carrera, se describen como dolor difuso, tensional, sin respuesta al esfuerzo, de carácter mecánico, y sobre todo de origen o causa desconocida.
Para los sanitarios que nos dedicamos al deporte, entendemos que puede existir una causa objetiva que sugiera la aparición de esta lesión o sobrecarga muscular, pero en muchas ocasiones se relaciona con un estado de ansiedad o estrés provocado por la inminente realización de la prueba.
En el fondo no existe una lesión clínicamente objetiva, y sí un grado de tensión emocional que puede afectar al desarrollo de la prueba. La solución más correcta en la mayoría de los casos es dar confianza al corredor, después de realizar una exploración exhaustiva descartando lesión alguna. El corredor necesita confirmar que se encuentra en un estado de forma física correcto y por lo tanto descartar una lesión. Yo no voy a pretender psicoanalizar a mis corredores, para ello contamos con unos psicólogos deportivos, pero si podemos animar al corredor que sufre este estado de ansiedad a seguir algunos métodos de relajación que le ayuden a prepararse.
Barreras fisiológicas
Correr un maratón urbano o alpino supone una prueba física y emocional de alta intensidad. Recordar que muchos corredores profesionales destacan la capacidad que llegan a desarrollar para enfrentarse a estados de máximo esfuerzo adaptando su organismo para identificar la sensación de esfuerzo como algo previsible y reconocido. Una frase muy extendida dentro del mundo del corredor es “correr es aprender a sufrir”, pero no por ser una frase tan repetida carece de significado, ya que responde a las adaptaciones fisiológicas de nuestro cuerpo que se desarrollan a lo largo de la prueba.
Todos reconoceréis la existencia de barreras fisiológicas durante la competición, posiblemente la más clara se localice alrededor del kilómetro 25 al 30, en sujeto de complexión normal, entrenado y estado de salud presumiblemente correcto. Es curioso pero esta barrera es en muchas ocasiones la que marca la mayor sensación de esfuerzo durante la prueba, al igual que la barrera de los veinte minutos durante los entrenamientos es marcador de aparición de lesiones o sensaciones de sobrecarga. Existen muchas razones que pueden justificar estas sensaciones. La más convincente es la adaptación del organismo a las respuestas fisiológicas de gasto de energía, ya que es entonces cuando presumiblemente se realizan cambios en los mecanismos de obtención de energía. El organismo ha utilizado las despensas de hidratos de carbono y glucosa que semanas antes de la prueba se aseguraron de llenar y es entonces una vez limitas estas despensas cuando abres la vía de obtención de energía a través de las grasas. Reconocer estos mecanismos fisiológicos y tener experiencia de los mismos ayudan a superar esta limitación durante la prueba. Por eso los corredores veteranos no tienen episodios tan acentuados como los principiantes.
Existen multitud de técnicas o métodos de relajación, aquellas que pueden ser desarrolladas por el propio corredor mientras está corriendo o bien guiadas por un profesional (médico, psicólogo deportivo, fisioterapeuta,...). También existen otras que preparan al corredor antes de la prueba o incluso técnicas que ayudan a relajarnos tras la competición. Por supuesto que lo ideal es que un psicólogo deportivo analice cual se adaptará mejor a nuestro perfíl de corredor y grado de ansiedad.
En lo que respecta a la sección de fisioterapia existen varias posibilidades y el corredor optará por aquella que más se adecue a las circunstancias.
El fisioterapeuta sensibilizado con esta forma de trabajo tiene un complemento muy potente para poder ayudar a su paciente y estas pueden ser empleadas en afecciones respiratorias, neurológicas, traumatólogas, reumatológicas, ginecológicas, en algias del raquis, etc...
El objetivo de primordial es la disminución de la tensión del individuo, que le impide desarrollar con fluidez aquellas actividades de su vida diaria o seguir con su entrenamiento diario.
La relajación permite la consecución de un bienestar psíquico y emocional que le permita disfrutar de un dominio de si mismo. Permite el descubrimiento de las capacidades corporales y la adquisición de un descanso que sirva para reparar los tejidos y disminuir las tensiones.
Existen una gran variedad de efectos que las técnicas de relajación van aportar al organismo entre ellos; mejora el esquema corporal, descanso mental, disminución del tono muscular tras competición, aumento de la temperatura corporal, descenso de la tensión arterial, aumento de la capacidad pulmonar y disminución de la respiración, regulación del ritmo gastrointestinal, disminución del cortisol y colesterol, aumento de la prolactina, disminución del ritmo cardiaco y equilibrio de las constantes fisiológicas.