El Tenerife se despide a lo pobre ante un Numancia que desciende

Curro Sánchez celebra su gol ante Šipčić y Javi Muñoz

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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El CD Tenerife despidió la temporada de la pandemia con una derrota en Soria en la que puso los errores suficientes para permitir la victoria de un Numancia que, pese al 2-1, regresa a la Segunda B después de veinte años en el fútbol profesional. Desajustado a ratos, falto de tensión casi siempre, el grupo de Baraja remata el curso con una permanencia sobrada y una segunda decepción, tres días después de despedirse de la promoción ante el Lugo.

El cierre de los blanquiazules, como el adiós posterior de Rubén Baraja, quedará en circunstancia menor frente al hito de asegurar la estancia en la Segunda División tras un invierno que presagiaba descenso. La obra reconstructora del entrenador vallisoletano es indiscutible. Hizo solvente a un equipo ingenuo de la mano de López Garai, sufrió la baja de Lasso cuando más importante era y lo devolvió del confinamiento listo para luchar por cotas de ascenso, como luego fue.

Hasta ahí, solo hay haber en el balance de Baraja. El debe se ha llenado, poco a poco, mientras el objetivo del CD Tenerife mutaba al de una promoción de ascenso impensable el día que se decretó el estado de alarma. En ese camino, asomaron los empecinamientos que el tiempo acabó desautorizando: por exprimir hasta el límite el mismo once base —mientras el Fuenlabrada, es un caso, escalaba hasta la sexta plaza rotando y rotando—, por contrariar la evidencia de que hay quien no está para jugar en este equipo a un nivel asimilable y por dar marcha atrás cuando puede que ya fuera inútil.

Así, por ejemplo, resulta que el de las botellas de agua era Javi Alonso, muy a su pesar. Después del parón de marzo, once jornadas, todo el mundo acabó teniendo su oportunidad. Jorge Padilla y Elliot, visto lo visto, tarde; Suso, con el tiempo suficiente para jugar siempre acelerado; Dani y Carlos Ruiz, el último día, como veteranos de guerra que son. El chico de Adeje, nunca. Trece meses después de asomarse en un Tenerife-Zaragoza —con notable y noventa minutos, seguro y correcto— merecía algo más que morderse las uñas en la grada.

Pero Baraja entendió este lunes decepcionante a su modo. El día en el que a su equipo no se le pedía otra cosa que tensión sí dio la titularidad a Elliot y Jorge Padilla. El uno dejó claro en 79 minutos que igual, a lo mejor, tal vez —si se permite— hay en casa extremo izquierdo para rato. El otro, recién exjuvenil, no tuvo su mejor media tarde, relevado en el 53 —hoy sí hubo cambios tempranos—, pero mucho ha demostrado, de acuerdo al tiempo del que disfrutó y la edad que luce.

Lo que vino tras la alineación es un partido que confirmó lo habitual cuando el interés no es máximo. El Tenerife se echó lastre encima con un soberbio gol de Zlatanovic desde cincuenta metros en el que tomó a Dani desprevenido, en la segunda parte se redimió con un cabezazo imperial de Šipčić —el serbio compensó así varios errores de marca y entrega detrás— y encajó el 1-2 tras un despeje fofo de Undabarrena que armó la segunda jugada del Numancia para el gol de Curro Sánchez.

Entre esos sucesos, el Tenerife trató de sobrevivir con Elliot —un jugador que hace casi todo con sentido—, el empuje de Álex Muñoz —devenido definitivamente propietario del lateral izquierdo— y la omnipresencia de Milla: buscando el pase vertical, llegando desde su línea para rematar, sacando cualquier jugada a balón parado, poniendo centros de gol… el madrileño está maduro para que el club haga caja o para echarse a la espalda un nuevo proyecto, que también podría ser.

Y poco más, que pudo ser al menos un empate, si Dani Barrio no hubiera parado un remate a bocajarro de Álex Bermejo (90+3’). Para entonces, Javi Muñoz cerraba su ciclo entronizado como el jugador que tanto vale para un extremo, el otro, para intentar hacer de Lasso o como segundo delantero. Trece partidos después de un debut de un cuarto de hora en Almendralejo que apuntaba lo que luego no fue, puede que mareado, ola va, ola viene.

(2) CD NUMANCIA: Dani Barrio; Iván Calero, Admonio, Bernardo, Héctor Hernández; Erik Morán, Escassi; Curro (Moha, 71’), Zlatanovic (Marc Mateu, 67’), Nacho (Gus Ledes, 84’); Higinio.

(1) CD TENERIFE: Ortolá; Lluis López, Šipčić, Carlos Ruiz, Álex Muñoz; Moore, Undabarrena (Aitor Sanz, 70’), Milla (Javi Muñoz, 53’), Elliot (Suso, 79’); Joselu (Alex Bermejo, 70’) y Jorge (Dani Gómez, 53’).

ÁRBITRO: Rubén Ávalos Barrera (Comité Catalán). Amonestó a Higinio (41’), Curro (62’) y Calero (82’).

GOLES: 1-0, Zlatanovic (11’). 1-1, Šipčić (60’). 2-1, Curro Sánchez (64’).

INCIDENCIAS: Partido de la 42ª jornada de Liga, undécimo desde la suspensión de la Liga por la COVID-19, jugado a puerta cerrada en el estadio de Los Pajaritos.

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