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ENTREVISTA
Berna González Harbour, periodista y escritora

“Lo bonito de la literatura es que te va abriendo puertas en la vida que no preveías”

Berna González Harbour, periodista y escritora.

Javier Fernández Rubio

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“Siempre leyendo. Siempre escribiendo”, dice en su perfil de la cuenta de Twitter. Berna González Harbour (Santander, 1965) se ha pasado la vida escribiendo, bien periódicos, bien novelas; y ahora, todavía sin sobreponerse del todo de la emoción de ver cómo sus criaturas pasan del papel al celuloide, ha vuelto a coger sus útiles de escribir para concluir este verano una novela y retomar ya en septiembre su actividad en 'El País', medio al que ha dedicado su faceta periodística.

Ganadora del premio Dashiell Hammett 2020 y el Granada Noir 2022, González Harbour es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, y actualmente es periodista en el diario 'El País', crítica literaria, y colaboradora de 'Hoy por Hoy' en la Cadena Ser y de la revista cultural 'Zenda'. Periodísticamente, ha trabajado en la sección de Internacional entre 1988 y 1990 y, tras su paso por El Sol y El Periódico de Catalunya como corresponsal en Moscú, regresó a 'El País' en 1996.Ha sido subdirectora de este diario, editora del suplemento cultural Babelia y actualmente es la responsable del boletín diario.

En 2012 apareció su novela 'Verano en rojo', protagonizada por la comisaria Ruiz y que se ha llevado al cine este año. Suyas son las novelas 'Margen de error' (2014), 'Las lágrimas de Claire Jones' (2017), 'El sueño de la razón (2019, premio Hammett), 'Los ciervos llegan sin avisar' (2015) y 'El pozo (2021).

La entrevista transcurre junto a un vagón histórico de la estación de Canfranc, reconvertida en hotel y a donde la autora ha acudido estos días para asistir a la entrega del Prix Fomentor 2023 al escritor Pascual Quignard y a las conversaciones que han convertido a este evento en un clásico ya de la vida literaria e intelectual del país.

Acaba de estrenarse la versión cinematográfica de su novela 'Verano en rojo'. ¿Qué sensaciones le ha producido internarse en un mundo nuevo para usted?

He asistido a ello con mucha felicidad. Ha sido un salto increíble. Ver tu novela, además la primera, convertida en algo en que está Coronado, Marta Nieto, decenas de actores, un presupuesto millonario, las salas llenas; algo que está en el 'Top 10'... Y aunque no lo estuviera, es un proceso que he disfrutado muchísimo.

¿Está satisfecha con el resultado?

Tengo muy claro que la novela es mía y la película es suya [dirige Belén Macías]. Se trata de una versión porque, llevada al cine, tendría que convertirse en una película de siete horas. Han elegido, ha contado con mi opinión y, sí, es una experiencia. Además quieren hacer las dos siguientes, una trilogía al menos, y me han encargado un guion. Lo bonito de la literatura es que te va abriendo puertas en la vida que no preveías. Pasa un tren y dices: “Tienes que subir”.

En 2021 publicó una biografía de Goya ('Goya en el país de los garrotazos', Arpa) y el thriller periodístico 'El pozo' (Debate). Desde entonces, han pasado dos años. ¿Tiene alguna novela en ciernes?

He logrado poner la palabra 'fin' el 30 de agosto a mi última novela. Eso no quiere decir 'acabar' [ríe]. Es una novela que me ha costado muchísimo esfuerzo mental, tal vez la que más.

¿Puede adelantar algo de su contenido?

Yo soy medio inglesa por lo que es una novela diferente, difícil y loca porque parte de la historia de mi abuelo, quien trabajó para el Servicio Colonial Británico en África. Es una historia sobre una familia dividida a la hora de mirar el pasado colonial de su abuelo. Yo crecí con la idea de que el Imperio británico era decente y en la búsqueda de la realidad. Por eso es rara, pero a la vez nos sirve para observar nuestra propia aproximación a un pasado que hemos recibido con un lenguaje bondadoso y que debemos cuestionar. Yo lo cuestiono. Se hicieron salvajadas.

La novela me ha servido para observar nuestra propia aproximación a un pasado que hemos recibido con un lenguaje bondadoso y que debemos cuestionar. Yo lo cuestiono. Se hicieron salvajadas

¿Está novela llevaba mucho tiempo en su cabeza o ha surgido ahora? Lo digo porque es algo diferente al tipo de novela negra que ha caracterizado su trayectoria...

Parte del entierro de mi abuelo, que fue en el año 2000. En ese momento no se me ocurrió una novela, pero dos tíos míos ingleses pronunciaron un discurso sobre mi abuelo y cada discurso era sobre una persona completamente distinta. Uno hablaba de su lado científico, aperturista, renovador; y el otro hablaba de su lado artístico, porque se dedicaba también al teatro. Años después he visto el germen de una novela sobre un enfrentamiento familiar sobre una figura dual. Con el tiempo, conversando con amigos hace cinco años, pensé que ahí había una novela y al ir investigando me he encontrado con la dualidad misma de nuestra historia. Así que es una historia familiar de división que me da pie a mirar el pasado. Pero es una ficción absoluta.

He tenido editores de todo tipo, pero normalmente suelen tener razón

Me imagino que sobre una persona haya tantas versiones como puntos de vista. En el caso de esta novela, ¿la cierra con un juicio de valor o deja que el lector saque sus conclusiones?

Va a sacar sus conclusiones, porque es también una novela de personajes. Es una saga familiar con siete u ocho personajes importantes, muy representativos con el mundo de hoy y me imagino que el lector se alineará con unos u otros.

¿A la hora de construir una historia importa sobre todo la definición de los personajes?

Esa pregunta tiene respuestas distintas según qué novela. En mis inicios me resultaba más fácil la trama que los personajes y aquello que me resultaba tan difícil, como los personajes, es lo que ahora he intentado trabajar más.

¿Cómo sabe que ha llegado el momento de poner 'fin'?

Se podría estar reescribiendo continuamente. He puesto fin cuando he terminado la trama. Ahora estoy en ascuas porque lo está leyendo mi agente y su equipo y ya me han dicho que pronto empiezan el proceso de 'editing'. Estoy temblando porque es una novela que pudiera crecer hasta el infinito, ya que se basa en personajes. Aunque hay una trama que lo hila, me da miedo que quieran más porque puede crecer 100, 200 páginas...

¿Hasta qué punto le cuesta aceptar los consejos y sugerencias que le trasladan?

Son todos muy profesionales. He tenido editores de todo tipo, pero normalmente suelen tener razón. Igual, de primeras, cuesta, pero al cabo de unos días o unas semanas acabas diciendo “Van a tener razón”.

¿Dónde queda el periodismo en su vida?

Todo enriquece. He compatibilizado ambos mundos con la convicción de que ambos se enriquezcan. El periodismo es chispa que muere al día siguiente, mientras que la literatura te permite un poso. Ver la película de 'Verano en rojo', novela que publiqué en 2012, ha dado una nueva vida a mi obra, a mis personajes, a todo. Pero el periodismo va muriendo cada día.

¿La emoción que produce el periodismo es comparable a la emoción de la literatura?

No, es de otro tipo. Es una segunda velocidad, que cuesta mucho más. Para lograr un párrafo, un capítulo, son días y días de romperte la cabeza.

¿Tiene un lector imaginario, una idea de persona en mente cuando escribe?

Quiero empatizar con él. Al fin y al cabo, la escritura es una actividad solitaria.

Pero también es comunicación...

... Claro, pero el trabajo en sí es solitario. Cuando empiezas a romper tus barreras sociales -tu agente, tu editor, los primeros lectores- se produce ese desnudo de algo que era solo tuyo. Luego vienen las ondas expansivas: si hay un premio, una traducción, una película. ¿En qué lector pienso? En el más exigente.. De hecho en mi carrera yo podría seguir haciendo novelas negras, una detrás de otra, siguiendo el canon, pero intento romper la barrera porque pienso en el lector más exigente, del mismo modo que yo soy una lectora exigente.

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