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La quinta ola epidémica eleva el nivel de alerta de Cantabria y acerca nuevas restricciones a los municipios

Varias personas, en un dispositivo de vacunación masiva frente a la COVID.

Javier Fernández Rubio

9 de julio de 2021 13:22 h

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La rápida escalada de la pandemia en Cantabria hará que este fin de semana, probablemente este mismo sábado, Cantabria se sitúe en Nivel 2 de alerta sanitaria y habrá municipios en el Nivel 3 a partir del martes, cuando se publiquen los datos de evolución local de la pandemia en el semáforo COVID. Con las restricciones que conlleva el riesgo alto, la Consejería de Sanidad, cuyo titular es Miguel Rodríguez, no descarta medidas suplementarias, que pueden incluso llegar a confinamientos municipales y toques de queda. La quinta ola ha sido declarada oficialmente en la comunidad autónoma, a la vista del crecimiento exponencial de los contagios estos días. “Todas las posibilidades están sobre la mesa”, ha dicho el responsable sanitario.

En este contexto, el consejero de Sanidad y su director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann, han recomendado a la población cántabra que vuelva a utilizar la mascarilla en la vía pública de núcleos urbanos y que evite las relaciones sociales con aquellas personas con las que no tengan contacto habitualmente. Esta última recomendación -que se refiere sobre todo a celebraciones y encuentros propios de las vacaciones- ha sido especialmente hecha a las personas que no han sido vacunadas y a la población más vulnerable, principalmente personas mayores con otras patologías.

A día de hoy, la Consejería de Sanidad no descarta ninguna medida drástica para atajar de raíz la transmisión comunitaria de la pandemia que se está produciendo en Cantabria. Preguntado al efecto, Rodríguez no descarta confinamientos municipales, toques de queda, cribados generales u otras medidas que se puedan adoptar, aunque no ha dicho que ninguna sea necesaria ya.

No se esperan cambios próximamente de la tendencia ascendente. Todo lo contrario: la tendencia del virus todavía es creciente, como determina el parámetro de la incidencia acumulada, que a 14 días es de 438 casos por cada 100.000 habitantes y a 7 días, de 281 casos. Teniendo en cuenta que esta última cifra, si se multiplica por dos, es superior a la primera, significa que la tendencia sigue subiendo y que, de seguir sin frenarla, la próxima semana la incidencia a 14 días será mayor.

Todo está pendiente de la evolución de la quinta ola, que no se espera que remita en breve. La situación es muy preocupante. Los 358 casos declarados el jueves fueron producto del fin de semana y, según un estudio de Salud Pública, el 71% de los contagios están asociados al ocio nocturno.

Actualmente hay activos en la comunidad 69 brotes identificados, algunos tan ramificados ya que se solapan entre sí. De 1.151 casos, con 4.248 contactos, el origen de los mismos tendría mayoritariamente raíz en el ocio nocturno. De hecho, los tres casos más importantes están vinculados con él. Un brote con 314 positivos en una discoteca de Santander, seguidos de dos brotes de 166 y 80 contagios. Aparte de la situación en Santander, a las autoridades les preocupa especialmente un brote producido en Aguilar de Campo y que ya ha producido 95 casos y 213 contactos estrechos en Cantabria.

El decorado de la pandemia ha cambiado drásticamente desde que ha empezado a incrementarse rápidamente la hospitalización de contagiados. Es este parámetro el que eleva el nivel de alerta, y lo significativo de estos días con respecto a jornadas anteriores en donde se producían múltiples contagios pero la hospitalización era baja. Ahora se espera que haya un centenar de casos dentro de unos días, de personas jóvenes o mayores, vacunados o no, con un predominio cada vez más frecuente en los contagios de la variante Delta (India), que pronto será predominante en Cantabria. De hecho, a la Consejería le preocupa “la velocidad” de la hospitalización, pues “vamos a diez ingresos por día”, por lo que, si hoy hay 52 pacientes en los hospitales, “dentro de una semana es posible que haya el doble”.

Perfiles y variante Delta

Las máximas autoridades sanitarias de la comunidad también han explicado que ha cambiado el perfil del afectado por coronavirus. El 80% de los nuevos contagiados tiene menos de 40 años. Esto se lleva comprobando desde hace cuatro semanas, en que llama la atención cómo la tasa de incidencia en jóvenes de entre 20 y 29 años es de 1.820/100.000 habitantes. Dicho con otras palabras, ahora mismo dos de cada 100 jóvenes de esta franja de edad tienen COVID, lo sepan o no. La situación es más preocupante, porque la proporción real se considera más alta. “Hay un número oculto mucho más alto”, ha dicho Wallmann.

Por áreas sanitarias, el nivel de incidencia es alto en toda Cantabria, pero es especialmente preocupante en el colectivo de mayores de 65 años en Santander y Reinosa. Se estima que el 1% de los contagiados acabarán ocupando una cama de hospital y la probabilidad de que sea una persona de hasta 30 años es actualmente seis veces superior (404 casos sobre 1.119 estudiados)

En cuanto a los 54 hospitalizados de este jueves, la media de edad es de 42 años. Ocho ingresados tienen menos de 30 años. En la UCI proliferan los mayores, pero también hay jóvenes de menos de 30 años, concretamente uno. El perfil del hospitalizado es triple: personas jóvenes con neumonía que se restablecen rápidamente; ingresos de personas de entre 40 y 60 años, por lo general parientes de jóvenes infectados y que tienen muchas papeletas para acabar en la UCI; personas con patologías previas, vacunadas o no, que corren un riesgo serio de fallecer al ser las más vulnerables.

Cambia el perfil del infectado, pero también el vector de contagio. Aunque la variante Lambda (Perú) es mayoritaria en Cantabria con un 40% de casos sospechosos y 14 brotes activos, esta va a ser superada pronto por la Delta (India), que ya se sitúa en el 33,2% de los casos sospechosos. En apenas tres semanas esta variante, altamente contagiosa, ha pasado de significar el 4,4% al dato actual.

Vacunación

La variante Delta está afectando también a la efectividad de las vacunas, la cual, según estudios, se rebaja al 60-70%. De hecho, entre los nuevos casos, 329 personas contagiadas habían recibido previamente las dos dosis de vacunas, mientras que entre los hospitalizados un 15% tiene la pauta de vacunación completada.

El consejero de Sanidad rechazó que el ritmo de vacunación se altere por otras circunstancias aparte del suministro de vacunas. El proceso con las vacunas que llegan sigue siendo el mismo, ha dicho: se apartan las necesarias para segundas dosis y el resto se destina a nuevos vacunables. De hecho, la próxima semana se va a llamar a que se vacunen en el Palacio de Exposiciones de Santander a los cántabros de entre 30 y 39 años, mientras que se procurará adelantar al máximo la segunda dosis pendiente del colectivo de entre 60 y 69 años.

Sí que es cierto que se están detrayendo recursos humanos para vacunar (este viernes ya están operativos dos coroautos nuevos, en Reinosa y Torrelavega), lo que se nutre de los equipos de rastreadores, los cuales se limitan a hacer un retrorrastreo de nuevos casos de hasta dos días antes, el mínimo establecido por Sanidad para localizar contactos.

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