El Consejo de la Cultura de Santander se reunirá después de dos años sin la supresión de nombres franquistas del callejero entre sus prioridades
El Consejo Municipal de cultura de Santander volverá a reunirse el 31 de julio después de llevar si hacerlo desde marzo de 2018 y sin tener en su agenda inmediata el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, en lo que atañe a la retirada del callejero la quincena de nombres vinculados con el franquismo. El Consejo, que acaba de remozarse con nuevas incorporaciones, se dedicará al debate sobre las ayudas al sector por la crisis desatada por la pandemia, sin que tenga entre sus prioridades la retirada de nombres de 15 calles, una asignatura pendiente desde la aprobación de la ley hace más de 10 años.
María Luisa Sanjuán, concejala de Cultura (Cs), se expresó en estos términos al ser preguntada al respecto. El Partido Popular declinó hacer valoraciones, remitiendo al área de Ciudadanos para hacerlas.
Según la concejala de Cultura, lo perentorio ahora mismo son la batería de medidas del Plan de Choque en lo relativo a la cultura, plan que ha venido precedido por un consenso (aunque Vox se descolgó a la hora de votar) que no sería extensivo a su entender al debate sobre la retirada de nombres franquistas del callejero.
“Mi prioridad no son las estatuas ni las placas, no son las naturalezas muertas -comentó la edil de Ciudadanos-, sino el plan de ayudas y su gestión, que tiene que ver con el presente.”
Mi prioridad no son las estatuas ni las placas, no son las naturalezas muertas, sino el plan de ayudas y su gestión, que tiene que ver con el presente
En las calles de Santander aún se mantienen nombres vinculados a la Guerra Civil y la dictadura como el del general Fidel Dávila, al que se dedica una de las principales calles de la ciudad. Desde que se retirara la estatua equestre del dictador en 2008, la retirada de nombres se ha realizado con cuentagotas, pese a las protestas de la izquierda municipal. Este deberá esperar aún porque, según Cultura, la aplicación de la Ley de Memoria Histórica no toca ahora.
“Cuando toque hablar, hablaremos. Las leyes están para cumplirlas (por la de Memoria Histórica) pero ahora para mí no es una prioridad. La gente con la que hablo (del mundo de la cultura) no me lo pide. No le va a aportar nada a las industrias culturales. Cuando se toque, se tocará”, insistó Sanjuán.
La pasada semana, la Junta de Gobierno Local aprobó la renovación del Consejo de la Cultura, pasando a integrar el mismo las siguientes personas: Jesús Herrán, en representación del mundo editorial; Juan Antonio González Fuentes, en representación del ámbito de las letras; Marta Mantecón Pérez, en representación del ámbito de las artes plásticas; Mara Ferreño Blanco, en representación del mundo de la música; y Sara Huete Fernández, en su calidad de técnica municipal del área de Cultura.
Dicho consejo retomará los trabajos a finales de este mes. Integrado en él hay un grupo de Memoria Histórica, que ha realizado informes y hecho sugerencias, buena parte de ellas aún por cumplir.
El Pleno de Corporación municipal acordó por unanimidad en agosto de 2015 adoptar las medidas oportunas para determinar las menciones, nombres o símbolos que se debían retirar o cambiar. La encomienda de la tarea fue realizada al Consejo Municipal de Cultura y, en concreto, a su Comisión de Historia y Patrimonio, la cual cerró con un acuerdo unánime de modificación del nombre de 18 calles, mientras que para otras siete bastarían pequeños cambios para ajustarse a la ley.
Una nueva encomienda a la Comisión fue hecha casi un año después, en esa ocasión para que estableciera los criterios 'objetivos' con que se elegirían las nuevas denominaciones. El informe resultante fue aprobado un año después por la Junta de Gobierno Local y después el plenario de la Corporación hizo lo propio, lo que se reflejó en la reforma al Reglamento de Títulos, Honores y Distinciones de la ciudad, que es donde están los criterios a la espera de que alguien los aplique.
En agosto de 2017 se modificaron tres nombres de las 18 calles incluidas en el listado acordado por los expertos. La parsimonia vino justificada en los trastornos que se ocasionarían al vecindario por un cambio de todas las calles a la vez. Desde entonces no ha habido cambios en el callejero santanderino y los acuerdos políticos del Consistorio están aún en el debe del equipo de gobierno.
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