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Lo que la COVID cambiará en las guarderías públicas cántabras: sin juguetes, grupos burbuja y comida y siesta en el aula

Interior de una guardería.

Javier Fernández Rubio

Santander —
26 de agosto de 2020 11:05 h

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Sin juguetes, salvo aquellos que se desinfecten fácilmente, sin contactos más allá de otros cinco o seis niños y el técnico que conforme el grupo, y comiendo y durmiendo en el aula, siempre que sea posible, son las medidas establecidas para las cinco guarderías públicas (Centros de Atención a la Primera Infancia, CAPI) que ha dictado el Gobierno de Cantabria mediante decreto publicado en un Boletín Oficial extraordinario que unifica toda las normas dictadas hasta ahora para desenvolverse en los centros sociales de la Comunidad, atendiendo a las medidas adoptadas por la COVID-19.

Los cinco CAPI dependientes del ICASS se ubican en Santander, Laredo, Colindres, Castro y Santoña y atienden a cerca de 400 niños. 

El funcionamiento de los Centros de Atención a la Primera Infancia (CAPIS) seguirá las normas básicas ya establecidas por decreto (BOC, 7 de junio) para centros infantiles, y en concreto el anexo elaborado por el Instituto Cántabro de Seguridad y Salud en el Trabajo y que lleva por título: “Guarderías privadas y centros de asistencia infantil (centros privados no integrados)

Prioridad y condiciones

En estos centros públicos, en caso de haber más solicitudes que la ratio permitida, se dará preferencia a las familias en que los dos progenitores o el progenitor monoparental trabajen, también si los padres tienen algún tipo discapacidad que les impida valerse por sí mismos, a las familias con vulnerabilidad socioeconómica, y en situaciones de desprotección del menor.

En el día a día de los tiempos de la COVID no se permitirá el acceso de familiares al centro, los cuales no podrán dejar las sillas de los bebés en las instalaciones ni llevarán juguetes, cuentos ni otros materiales que no sean de uso higiénico personal.

Los grupos serán 'burbuja', manteniendo relaciones con su cuidador y otros cinco niños. Los grupos deben mantenerse a lo largo del tiempo y no solo durante la jornada diaria. Además, se les retirará del aula “los juguetes, manteniendo aquellos que sean de fácil limpieza y desinfección” y se procurará que estén en el patio, con actividades al aire libre, las cuales estarán pensadas para un mínimo contacto entre niños.

Los niños que duerman la siesta lo deberán hacer en su “aula de trabajo”. Cunas, hamacas y colchonetas serán desinfectadas a diario y se lavará cada día la ropa de cama.

Habrá turnos para el acceso al comedor “cuando no se puedan realizar en el aula para mantener los grupos separados y guardando las distancias de seguridad”, procediendo a la limpieza de las superficies y de los espacios entre los turnos.

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