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Los hosteleros cántabros responden al cierre del interior de locales con movilizaciones, recursos y demandas

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, con el presidente de la Asociación de Hostelería, Ángel Cuevas, y su directora, Bárbara Gutiérrez

Javier Fernández Rubio

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El sector hostelero de Cantabria ha arremetido hoy sin ambages contra el gobierno que hizo posible salvar con buenos resultados la temporada turística veraniega: el Gobierno de Cantabria. La orden de este que cerrará a partir de este sábado el interior de los locales hosteleros será contestada con recursos, demandas y una manifestación, ya que el sector considera que está abocado a la ruina si no se complementa la medida con exenciones de todos los impuestos locales que les afectan así como un paquete de ayudas regionales, un Plan de Rescate, equivalente al menos al 50% de las pérdidas mensuales de cada empresa durante el tiempo que dure las restricciones.

La Asociación de Hostelería de Cantabria se sigue considerando el “chivo expiatorio” de la pandemia por COVID-19 y su presidente, Ángel Cuevas, ha sacado a relucir un estudio sectorial en el que, con datos oficiales del Ministerio de Sanidad, ciñe al 1% la responsabilidad de bares, restaurantes y otras instalaciones hosteleras como foco de contagio. Además, Hostelería sigue apuntando al botellón y las fiestas privadas como principales causas de la expansión del SARS-CoV-2, volviendo a citar para justificarlo los datos del ministerio.

“Somos el chivo expiatorio de la incapacidad de la Administración para controlar las fiestas privadas, los botellones y hasta la propia pandemia”, ha dicho el presidente de la Asociación.

Sea como fuere la causa, Hostelería está preparando una manifestación en el centro de Santander que tendrá lugar el próximo miércoles, 11 de noviembre, a las 11.00 horas. Asimismo, prepara un nuevo recurso, el cuarto, contra la última orden del Gobierno, así como una demanda ya que entienden que hay vicios de inconstitucionalidad en la resolución.

El malestar es notorio por la situación confusa que se ha creado, dado que el cierre de locales por dentro se anunció para el miércoles y no será ejecutiva hasta el sábado. Este jueves, algunos hosteleros no abrieron, otros tenían sus puertas abiertas y la Asociación ha recibido cientos de llamadas ante las dudas sobre qué hacer.

“Un día triste, muy triste... -ha valorado este jueves Cuevas-. Estamos hartos, o mejor dicho, hasta las narices del constante ataque injustificado a nuestro sector, con contradicciones mayúsculas incluidas. Pero qué es esto de anunciarnos ayer por la mañana que esa misma tarde nos cerraban los interiores de los locales y hoy, a estas horas, aún ni siquiera se ha publicado (la orden). Muchos hosteleros han cerrado. ¿Y sus productos? ¿Quién se va a hacer cargo de ellos? Señores, no nos cierran, pero no nos dejan trabajar”.

La confusión generada va más allá, dada la ambigüedad de la situación (las terrazas podrán seguir abiertas) y los profesionales del sector no saben si podrán acogerse a un ERTE de impedimento o a un ERTE de limitación. “Una puñetera vergüenza como viene siendo desde el 13 de marzo. Señores, no vamos a poder mantener el empleo, es imposible”, ha dicho Ángel Cuevas.

Una puñetera vergüenza como viene siendo desde el 13 de marzo. Señores, no vamos a poder mantener el empleo, es imposible

Ángel Cuevas Presidente de la Asociación de Hostelería

Reclama Hostelería al Gobierno de Cantabria un Plan de Rescate que compense al menos el 50% de las pérdidas producidas, cálculo que tendría que realizarse sobre el año 2020, y le sugiere que recurra a las ayudas europeas, concretamente al Fondo Sure (confinanciable al 50% con el Gobierno autonómico), considerando en todo caso insuficiente la anunciada compensación de 500 euros por empresa, equivalente a lo que pierden al día 2.000 locales hosteleros por las restricciones, ha afirmado. Los hosteleros no quieren más moratorias ni créditos blandos, sino ayudas directas.

“Un local de 60 metros cuadrados necesita 3.500 euros mínimo de ayudas al mes”, ha dicho, reclamando ayudas proporcionales y precisando que serían “única y exclusivamente para cubrir los gastos, olvidándonos de ningún tipo beneficio empresarial”.

Para facilitar las cosas al Gobierno de Cantabria, los hosteleros harán llegar al Ejecutivo un borrador propio de Plan de Rescate.

“Cada restricción ha de ir acompañada de una ayuda real”, ha añadido Cuevas, quien también tuvo críticas para los ayuntamientos. De ellos quiere la exención de tributos (IBI, agua, alcantarillado...) y que faciliten, sin burocracia, la instalación de puestos en la calle de manera urgente. Cuevas emplaza a los alcaldes a que se dejen de vagas promesas y en 15 días hagan públicas medidas concretas.

¿Quién contagia más?

Para Ángel Cuevas es clara la responsabilidad de la escalada de contagios el no poner coto al 'botellón' y las fiestas privadas. Para él estos son los principales focos. “Señores, que no somos el foco de contagios, que no lo dice la Asociación, lo dice el Ministerio de Sanidad. ¿Por qué no cierran el transporte público, las fábricas, los bancos...? Sanidad nos imputa unos casos que no sabe a quién colocárselo”, ha declarado.

Hostelería vuelve a insistir en que el sector solo es responsable de entre el 0,90% y el 3,5% de los contagios, según el período que se examine. Hace referencia de este modo a un estudio de la asociación nacional que presentó a finales de octubre el secretario general de Hostelería de España, Emilio Gallego. El estudio se denomina “Conclusiones del impacto de la hostelería en la pandemia a partir de los datos del Ministerio de Sanidad” y fue elaborado por la consultora Foqus para Competur (de la que son miembros Hostelería de España y Cerveceros de España).

Como su nombre indica, el estudio está fundamentado en datos oficiales de Sanidad, pero igual de destacable es el período de muestra que se ha tomado como referencia: desde el 25 de mayo (durante el primer estado de alarma y aún en fase de desescalada) y el 16 de octubre (cuando la segunda ola de la COVID no había estallado en toda su virulencia). Salvo la segunda quincena de septiembre y primeros días de octubre, el estudio toma como referencia datos obtenidos durante un período de restricciones y la temporada veraniega, en que prácticamente no hubo limitación a la movilidad en todo el país tras el descenso de casos obtenido precisamente por las medidas aplicadas durante tres meses.

El estudio pone de relieve que 1 de cada 100 establecimientos fueron foco de contagio, con una incidencia 145 veces menor que en hospitales (se refiere a brotes detectados en estos centros), 62 veces menor que en mataderos y entre siete y ocho veces menor que en centros escolares.

El informe pretendía contribuir a que no se criminalizara el sector y también influir en las decisiones del Consejo Interterritorial de Salud, sin que haya tenido mucho éxito en ello, sobre todo en lo segundo.

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