Hugh Everett III, en su tesis doctoral sobre la función de onda universal (1956), esbozó una idea que cada vez tiene más seguidores dentro y fuera de la comunidad científica (entre ellos, el sin par Stephen Hawking). Para este físico norteamericano, existen infinitos universos paralelos al nuestro. Cada vez que el universo se enfrenta a una elección a nivel cuántico se abren tantos universos como posibilidades de bifurcación existan. Una locura.
Algunos científicos, como Max Tegmark, han llegado a afirmar que existen infinitas copias de nuestro universo y, por lo tanto, de nuestro planeta y de nosotros mismos. Estos calcos son el producto de cada camino seguido a partir de cada una de esas posibles bifurcaciones. En cada uno de esos lugares podríamos ser parecidos a nosotros mismos o diferentes o, simplemente, no seríamos.
Universo para-lelo.
Pues bien, en uno de estos universos (uno muy, muy lejano) es donde deben de vivir algunos miembros de nuestro Gobierno. No encuentro otra explicación plausible. Cada una de sus afirmaciones sobre los grandes datos del paro y sobre la marcha de la economía no hace otra cosa que colocarlos a millones de años luz de aquí.
Esta semana hemos oído que el paro ha bajado el último mes en casi 75.000 personas y que hay casi 60.000 nuevos afiliados a la Seguridad Social. Y, aunque es una buena noticia, no sé puede decir que tras una legislatura de reformas y de severos recortes estos datos sean para que los festejemos. Sobre todo, porque la mayoría de estos contratos son estacionales (hostelería) y porque no llegan al 7% los indefinidos.
A la vista de estas cifras (y de las elecciones catalanas y generales), algunos miembros del PP (como Fernando Martínez Maíllo) llevan tiempo repitiendo que son “el partido de la recuperación” y que están cumpliendo su compromiso de “recuperación económica, crear empleo y salir de la crisis”. Poco imaginativas reformulaciones de aquella famosa frase del expresidente Aznar: “España va bien”.
Nuestro Universo.
Desconozco cómo será el universo en el que ellos viven. Quizá, en su mundo sea habitual que los unicornios troten por una mágica pradera al abrigo de un arco iris espectacular (algo que me llevaría a entender por fin al primo de Rajoy y sus dudas sobre el evidente cambio climático).
Lo que está claro es que en nuestro universo, en esta Vía Láctea que nos acoge, en este Sistema Solar que ya estamos llenando de basura espacial, en nuestra tierra y en nuestra España, María no ha podido poner la calefacción en todo el invierno porque no puede pagarla y Juan consume tres euros de luz al mes pero su factura asciende a más de treinta. Jorge y Ana van a comer a la cocina económica porque no llegan ni a medio mes y miles de personas van a morir antes de que les concedan la ayuda a la dependencia.
En este destartalado país, Lázaro ha tenido que cerrar su tienda porque el banco ya no le daba crédito corriente, los locales con carteles de Se vende o Se alquila se multiplican sin necesidad de ser regados y todos los indicadores de pobreza (incluida la infantil) se están multiplicando.
No puede ser que el mundo que nos aseguran que estamos habitando sea el mismo que el de los chicos que no pueden pagar las tasas universitarias, el de los que tienen que renunciar a sus herencias porque no pueden pagar el IBI ni las plusvalías o el de los desahucios indiscriminados.
Así que, aunque reconozco que yo no creía mucho en este rollo de los universos paralelos, a la vista de las evidencias, he de afirmar que existen. ¡Vaya si existen! El universo en el que nosotros vivimos y el suyo no es el mismo.
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Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
