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ENTREVISTA Miriam García, arquitecta, urbanista y paisajista

“Si los ciudadanos pudieran comprender el horror del plan para las Estaciones, no creo que haya una sola persona en Santander que estuviera a favor”

Miriam García, arquitecta, urbanista y paisajista, directora de Landlab

Javier Fernández Rubio

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Miriam García no es neófita con Santander. Esta arquitecta, paisajista, urbanista y docente, pero sobre todo arquitecta, que nació en Asturias, ha vivido desde los 3 años en la capital de Cantabria y es ahora la directora de uno de los principales gabinetes de urbanismo del país, Landlab, al que se ha encargado convertir la ciudad de su infancia en un espacio sostenible y regenerativo allá por 2055.

El resultado, el Modelo de Ciudad que lleva por título 'Santander, hábitat futuro', ha sido elaborado en colaboración con la empresa Paisaje Transversal y el resultado está siendo objeto de debate en el ámbito político, profesional y vecinal de los barrios de Santander.

Aunque 'Santander, hábitat futuro' no detalla las soluciones concretas aplicables a la ciudad sí que establece unas condiciones mínimas que se han de dar. En este contexto, considera un “horror” y “una oportunidad perdida” el plan para reordenar el espacio de las Estaciones, ya que la 'losa' de hormigón que cubrirá las vías puede responder a las necesidades del gestor de infraestructuras ferroviarias, ADIF, pero no a las de Santander.

No cree, no obstante, quien fuera también directora general de Urbanismo (2003-2007) del Gobierno de Cantabria, que el Modelo de Ciudad nazca sin vida. La proximidad de las elecciones y la probable desaparición del escenario político, y más que seguramente del equipo de gobierno municipal, del promotor del proyecto, Ciudadanos, no quitará valor a lo planificado. A su juicio la propuesta ya es realidad y seguirá siéndolo en el futuro, gobierne quien gobierne.

Autora del Plan de Ordenación del Litoral de Cantabria (POL) y el de Galicia, la empresa de Miriam García ha recibido el Premio de la XII Bienal de Arquitectura y Urbanismo española y el 'Good Practice' 2012 del Comité Un-Hábitat. A ello se suma una trayectoria académica que la ha llevado a impartir sus conocimientos en universidades de todo el mundo.

¿Hasta qué punto son realistas las hipótesis que barajan en el Modelo de Ciudad?

El futuro no va a ser un presente expandido. Los retos son tan grandes que el proceso de transición ecológica que tenemos que hacer todas las ciudades y empresas pasa por innovar en los campos de la economía para ofrecer modelos de negocio que tengan capacidad regenerativa, y dejen de ser extractivos. Las propuestas que hacemos están respaldadas por un amplio número de profesionales y están ejemplificadas con casos llevados a cabo en otras ciudades. Así que, si se ha hecho en otros sitios, se puede hacer en Santander.

¿Qué futuro tiene Santander como ciudad habitable?

Este trabajo tiene una cosa maravillosa, que es pensar una ciudad intermedia. Santander es una ciudad abarcable desde los pequeño y comprensible desde lo grande. Es bonito proyectarte hasta 2055 y ver qué retos va a tener el mundo e intentar trabajar hacia atrás, trabajar el futuro desde el presente.

Los problemas de Santander ya son conocidos. Es una ciudad en que siempre se ha invertido en unos ejes, en unos espacios prioritarios, con un territorio más amplio y desequilibrado que son los barrios, que no tienen los mismos equipamientos, las mismas condiciones de accesibilidad, ni calidad de vivienda, ni de espacio público.... Trabajar con toda la ciudad permite ver eso y ver las oportunidades que tiene desde la regeneración urbana.

Viendo el resultado de su estudio, que está accesible al público, y a pesar de que uno de los cuatro ejes que proponen es el de potenciar la actividad económica, ¿no cree que el Santander de 2055 que han pensado es una ciudad más para disfrutar que para trabajar?

El urbanismo regenerativo es el resultado de una manera de vivir, de una actividad económica. La idea es pasar de procesos extractivos lineales a procesos circulares. Lo que hemos hecho es identificar los aspectos más destacados de la actividad económica de Santander (Puerto, Universidad, Hospital Valdecilla, turismo, industrias...) y lo que se propone es la generación de espacios que complementen esos espacios desde una óptica de circularidad.

¿Puede poner un ejemplo?

Si Santander tiene una actividad económica vinculada al turismo, lo que se pretende es que en el futuro no se base en los mismos presupuestos, sino que sea un turismo más activo, más vinculado a la agricultura o vinculado al cuidado de las personas mayores, vinculado a la sanidad, a la alimentación...

¿Vamos hacia una ciudad autosostenible, sobre todo en lo concerniente al ciclo del agua?

La idea de equilibrio, de balance, de autorregulación, de sostenibilidad está en el proyecto porque la comunidad científica nos dice que los períodos de sequía y de lluvias serán cada vez más intensos, que habrá más pandemias... todo lo que nos está ya empezando a pasar. Se trata de tener cada vez más recursos, más próximos, que nos hagan menos dependientes.

En esta dinámica, ¿qué papel tiene la movilidad basada en el vehículo a motor?

Lo que está claro es que se trata de modificar las fuentes de consumo que tenemos, es decir, utilizar energías limpias. En 2055 habremos renunciado a muchos tabúes: mucha gente habrá abandonado el vehículo privado para moverse dentro de la ciudad; lo tendrá para hacer viajes y probablemente sean eléctricos. Por eso proponemos un trabajo intenso en los barrios. Si todo lo que se necesita en la vida cotidiana se encuentra en el barrio se irá abandonando el uso del vehículo privado y mejorará la calidad del aire.

Ese es el patrón de la ciudad de los 15 minutos, en donde la proximidad impere...

Es el espacio público en el que vuelven a aparecer las pequeñas tiendas, una actividad económica vinculada a la vida cotidiana. Se hacen bajos comerciales, hay también bajos habitables, surgen otro tipo de empresas, el parking no debería ocupar el espacio público que ocupa. Eso es algo que ya está pasando y que también llegará a Santander.

¿Esto es factible en un mundo cada vez más interconectado digitalmente y con una mayor presencia de la venta online?

Si la gente tiene un espacio físico en el que se siente arropado y se genera comunidad, sí. Los seres humanos somos seres sociales. En la historia de las civilizaciones siempre ha sido así, siempre ha habido un ágora, un espacio central, un espacio de comercio que seguirá siendo así.

El principal reto de Santander para 2055 tal vez sea el efecto del cambio climático en zonas inundables y frente marítimo. ¿Cómo afronta el Modelo de Ciudad estos espacios?

El reto del calentamiento global es universal. Pero hay que diferenciar los efectos de mitigación, que reducirán los gases de efecto invernadero, de una atmósfera que ya está a punto de rebosar con este tipo de gases. Ello quiere decir que aunque se reduzcan las emisiones, la Tierra va seguir caliente durante mucho tiempo. En ciudades como Santander, el cambio climático tendrá efectos vinculados a la inundación y a la erosión. Muchas de las playas de la ciudad van a ver disminuida su superficie de playa útil porque se van a erosionar. Lo que proponemos, como se propone en otras ciudades, es la sustitución paulatina o la acomodación de otros espacios públicos para albergar esos usos, como deportivos o de ocio. El espacio público de la ciudad ha de ofrecer alternativas y que se convierta en 'refugio climático' para proporcionar equipamientos de proximidad con mayor confort que el que se pueda tener en casa por ejemplo en una ola de calor.

En ciudades como Santander el cambio climático tendrá efectos vinculados a la inundación y a la erosión.

Miriam García Arquitecta y directora de Landlab

El espacio público de la ciudad ha de ofrecer alternativas y que se convierta en 'refugio climático' para proporcionar equipamientos de proximidad con mayor confort

El espacio costero de Santander no va a ser como lo conocemos, quiere decir. Lo que proponen es reubicar espacios públicos.

Sí. Se está haciendo ya en Marbella y en Barcelona, con unas gradas que se aproximan al mar.

Cuando proponen una paulatina 'ocupación' de espacios actualmente comerciales del Puerto, como es el Muelle de Maliaño. ¿A dónde se trasladaría esa actividad si ya no se prevén más rellenos de la bahía?

Las ciudades que tienen puerto han vivido históricamente ese conflicto entre la ciudad y lo que demanda el puerto. Pero no es menos cierto que los puertos se están convirtiendo cada vez más en espacios de logística y no demandan ya tanto. Hay una franja donde acaba el espacio público, desde el Centro Botín hasta la Dársena de Maliaño (Barrio Pesquero) en el que podría ya empezar a pensarse una manera, al menos temporal, para que la ciudadanía pueda acercarse al mar, aunque haya ocasiones en las que el puerto lo demande. El espacio que ocupa [el Puerto] está sobredimensionado. Pensar en una gestión compartida de los espacios portuarios entre la ciudad y el Puerto para que los ciudadanos puedan acceder al mar debiera ser algo en lo que empezara a trabajarse. Es una cuestión de voluntad y de coordinación.

El espacio que ocupa [el Puerto] está sobredimensionado. Pensar en una gestión compartida de los espacios portuarios entre la ciudad y el Puerto para que los ciudadanos puedan acceder al mar debiera ser algo en lo que se empezara a trabajar

¿Cómo se podría acelerar este proceso?

Proponemos una mesa, como la hay en Barcelona, Puerto-Ciudad en la cual se intenten proponer pequeñas ocupaciones.

En el Modelo de Ciudad las llaman islas, que con el tiempo se unirían en corredores, que acabarían ocupando el Muelle de Maliaño.

(Ríe). Sería como empezar una metástasis que fuera articulando espacios...

La integración ferroviaria es una 'patata caliente' desde hace años en la capital de Cantabria. ¿Qué solución propone?

Los espacios ferroviarios ofrecen una oportunidad para curar las heridas. Desde el Modelo de Ciudad decimos que [el proyecto de unificación] no es solo una operación ferroviaria, sino una operación de ciudad. Se trata de una operación muy importante de transformación de la ciudad y por lo tanto hay que repensarlo, por el impacto que va a tener, desde ese punto de vista para que no se limite al ámbito ferroviario sino a la unión de la calle Alta con la calle Castilla.

¿Qué proponen?

Un concurso de ideas, que ha de tener un conjunto de objetivos, como la mejora de las conexiones entre la ladera del Parque de Agua y la calle Castilla, generando bancales, cubiertas, equipamientos... Otras de las condiciones es que se convierta en una oportunidad de contar con un parque que infiltre al acuífero. Y luego está todo el eje desde las Estaciones hasta Peñacastillo, que puede ser un gran corredor verde. Otro objetivo más es la reactivación económica del barrio de Castilla-Hermida, impulsando equipamientos, nuevas actividades, porque la unificación ferroviaria supondrá una oportunidad para atraer empresas. Sabemos que ADIF es el operador ferroviaria, pero la ciudad tienen la obligación de reflexionar en un sentido más amplio.

Sabemos que ADIF es el operador ferroviaria, pero la ciudad tienen la obligación de reflexionar en un sentido más amplio

Pero el Modelo de Ciudad no entra a concretar el proyecto para ese espacio.

Proponemos las condiciones que hay que cumplir. Hay cosas que, de ser así, caerían por su propio peso. Una losa, tal y como está concebida ahora mismo, no las va a cumplir. Por eso entendemos que tiene que haber un concurso de ideas con todos los objetivos encima de la mesa para encontrar la mejor solución. Una solución mucho mejor a la de ahora la hay.

¿Hay precedentes de decisiones equivocadas?

La operación ferroviaria y la 'losa' que se construyó en Oviedo. Véale mediante Google Maps y se le pondrán los pelos como escarpias. fue una solución de hace 15 años y que ahora ya se han desechado. Yo no digo que sea sencillo de conseguir ni que sea una negociación fácil; lo que digo es que los retos son los que están encima de la mesa y muchos más. Si los ciudadanos pudieran comprender el horror y la oportunidad perdida si se desarrollaran las cosas tal y como están previstas en el proyecto de ADIF, no creo que haya una sola persona en Santander que estuviera a favor.

¿Es consciente de que este Modelo de Ciudad tal vez no se lleve nunca a cabo por las circunstancias políticas que puedan darse tras las elecciones?

Yo creo que ya es realidad. El futuro es algo que ocurre en el mismo momento en que se imagina. Hay un futuro para el hábitat de Santander que está en un documento muy consistente y que está recibiendo ya muchas propuestas y peticiones desde dentro y fuera de Santander. Acabará generando cambios, seguro, porque tiene vida propia, porque ya es algo, ya ha salido a la luz.

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