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El juez levanta el secreto de sumario del caso del cráneo de Castro Urdiales tras nueve meses de investigación

La Guardia Civil frente a la casa donde se encontró el craneo.

elDiario.es Cantabria

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El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Castro Urdiales ha

levantado el secreto de sumario del caso del cráneo hallado en septiembre de 2019 en una caja, y que corresponde al jubilado vasco de 67 años, Jesús María Baranda, después de nueve meses de investigación.

Durante este tiempo, el juez ha prorrogado hasta ocho veces el secreto de las actuaciones, de forma que sólo ha tenido acceso a ellas el Ministerio Fiscal, hasta que este lunes ha decidido levantarlo, y ahora también podrán acceder al mismo las partes.

Así, una vez que se ha levantado, la defensa de la acusada, Carmen Merino, pareja del fallecido, que se encuentra prisión provisional comunicada y sin fianza en el penal de El Dueso (Santoña), podrá tener acceso a la investigación judicial y empezar a realizar las diligencias que considere para ejercer su cometido.

Pese al levantamiento del secreto, del que han informado a Europa Press fuentes judiciales, el juez no va facilitar ninguna información sobre el sumario, han indicado las mismas fuentes.

El juez decretó secreto de sumario al iniciarse las investigaciones y lo ha prorrogado de nuevo cada mes hasta ayer.

Tras aparecer el cráneo, el 28 de septiembre se detuvo a la pareja del fallecido, Carmen Merino, de 61 años y natural de Sevilla, que residía con él en una vivienda situada en la calle Padre Basabe, de Castro Urdiales, desde hace siete años. El hombre, empleado de banca jubilado, se encontraba desaparecido desde febrero de 2019.

La detención de la acusada se produjo después de que una mujer encontrara el cráneo al abrir una caja que Carmen le habría entregado hace meses para que la guardara. Ante el mal olor que despedía, abrió la caja y, ante el hallazgo, tuvo que ser atendida por los servicios sanitarios y trasladada al centro de salud Cotolino de Castro Urdiales.

Durante los días siguientes, la Guardia Civil de Cantabria, con apoyo de especialistas de Madrid y con ayuda de perros, inspeccionó el piso de la pareja, terrenos que tenía el fallecido en la zona, y hasta se desplazó al vertedero de Meruelo, el más grande de Cantabria, para informarse sobre tratamiento de residuos.

El hallazgo del cráneo desató todo tipo de conjeturas sobre lo ocurrido, y su identidad se determinó días después de su aparición por las pruebas forenses que se practicaron.

Tras decretar el juez el secreto de las actuaciones, y cuando ya han pasado más de nueve meses desde que se descubrieron los hechos, quedan por despejar muchas dudas sobre el caso. Entre ellas, el motivo del crimen, si se produjo, y el autor o autores del mismo; así como dónde se encuentra el resto del cuerpo del fallecido.

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