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ENTREVISTA

Andrés Suárez, músico: “No soy una máquina que reproduce canciones: tengo ideas y el cantautor siempre fue el transmisor del pueblo”

El cantautor Andrés Suárez durante un concierto.

Celia Álvarez

9 de septiembre de 2023 22:42 h

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Andrés Suárez (Ferrol, 1983) está más intenso que nunca. Lo dice él, que ve la vida de otra manera después de la pandemia. Le han invadido las ganas de vivir, de reír y de hacer disfrutar. “El humor me salvó”, asegura. Ha dejado la pena y el dolor para otro rato y ha resurgido del derrotismo que le invadió en 2020 para cantarle a la vida lo bonita que es, abroncar a quienes intentan incordiar a otros y reivindicar lo mucho que todavía queda por hacer: “No soy una máquina que reproduce canciones, tengo ideas y creo que el cantautor siempre fue el transmisor del pueblo”. Ya no le interesa quedar bien, ahora quiere que le escuchen. “La igualdad no existe” pero “el cambio climático sí” y “el maltrato animal es una tortura en forma de tradición”.

El cantautor se ha quedado tan a gusto en esta entrevista con elDiario.es como en su último trabajo, 'Viaje de Vida y Vuelta', en el que denuncia la falta de medios de los ciudadanos para defenderse ante los ataques en las redes sociales, vuelve a honrar a Galicia, alza la voz para dar visibilidad al Parkinson, agradece la labor de los sanitarios durante la pandemia y rinde un homenaje a las dos personas más importantes de su vida. El cantante hará todo eso en directo el próximo miércoles 13 de septiembre dentro del ciclo La Plaza Santander, en una noche en la que compartirá escenario con Luz Casal. Artistas como María Peláe, India Martínez, Miguel Poveda, Pastora Soler o Los Secretos también actuarán en este evento, que celebrará su tercera edición en la Plaza de Toros de la capital cántabra.

Antes de 'Viaje de Vida y Vuelta' compuso un disco desde el dolor de lo vivido en 2020 y fue entero a la basura. ¿Qué le hizo tomar esa decisión?

El momento vital que nos rodeaba en 2020, que no quiero ni recordar, hacía que fuese un disco derrotista y eso no lo perdono. Es decir, caí en una suerte, no sé si de depresión o ansiedad porque no soy psicólogo ni psiquiatra, pero supongo que acorde a la situación de aquellos días, de monotonía repetida en la que me apetecía hablar del hijo de la sanitaria, de los que ya no estaban, de la gente que perdí, como todos... Imagínate que después de haber sobrevivido a una pandemia, porque si tú y yo estamos hablando es porque somos supervivientes, vengo a contarte en un disco la muerte, la despedida, el dolor, la soledad, el llanto repetido... No sé si lo escucharías, sinceramente. Te lo digo porque yo como consumidor de arte, de música, cine, literatura... no soporto la obra derrotista y sobre todo rendida en la que uno se abandona a su suerte. No me apetece. Últimamente me apetece reírme, fíjate. Me apetece pegar saltos en el escenario con mi banda, ver una serie que me haga reír, una película que me entretenga pero que también me de luz... Esas canciones, como te digo, más que lloronas, derrotadas y de rodillas, se fueron a la basura y no me pesa nada. Estoy muy orgulloso de haberlo hecho.

¿Dónde se encuentra más cómodo a la hora de crear una canción, en el dolor y la tristeza o en la alegría y la vitalidad?

Desde el dolor uno escribe, tal vez, de una manera más sincera. Si hago un disco en el que solo te cuente lo feliz que soy, que mi vida es maravillosa, que paseo por el parque y hago el amor cada dos días, igual llega un momento en el que eches de menos sentir, vibrar... Las canciones de Sabina, Aute, Serrat, Silvio, de quienes más me interesan, son las que son desgarradoras, las que te hacen llorar de dolor y le das a repeat, que dices: “Hostia, pero qué masoquismo, ¿no?”. No, es que te hago sentir tan vivo, te remueve por dentro de tal manera que yo creo que eso es el arte. Una cosa es el entretenimiento, que es maravilloso hacer una canción entretenida, bailable y jocosa, pero otra cosa es escribir Contigo o Yolanda, eso es la música clásica del futuro. No trato de abandonar la melancolía porque soy también eso, soy un gallego melancólico, la tristeza, el dolor, porque le sientan bien a las canciones, al que no le sienta bien es a mí.

Me decía que se encuentra en un momento profesional de mucha vitalidad. ¿Ha sido esa la forma que ha tenido de afrontar la vida después de la pandemia?

Absolutamente. A mí mi madre pasando tres o cuatro olas con la misma mascarilla que se le caía y currando 42 horas sin dormir, llegaba a casa y me mandaba memes para que me riese. Si esa gente no se rindió, ¿quién coño soy yo para rendirme? Estoy vivo, he salido de un hospital volviendo a respirar, tengo una banda, una familia y unos amigos increíbles, ¿de qué carallo me quejo? Me levanto por la mañana, escribo canciones y pago mis facturas con eso. No tendría ni derecho a quejarme. Me queda la alegría y evidentemente el recuerdo, pero una cosa es sufrir de alzhéimer precoz y otra es no ser optimista en los tiempos que caen. Estamos aquí, viviendo un verano maravilloso y volviendo a los conciertos. Te decía antes lo de saltar y reír en el escenario porque yo no pude tocar, como tanta gente, con mi banda, mi equipo, mis músicos. Hice conciertos con mascarilla y eso que llamábamos cultura segura, pero ahora que puedo ir con todas las luces, sonido, técnicos... es una fiesta. Hacemos un brindis antes de salir, nos morimos de la risa porque somos grandes amigos y creo que el público agradece esa risa de la que te hablo, el buenrollismo que creo que nos hace mucha falta a todos.

¿A quién se refiere cuando habla de que algunos tienen alzhéimer precoz sobre todo aquello?

Me refiero a quien no recuerda absolutamente nada de esto. Soy el primero que no quiere echar la vista atrás y que esta entrevista esté cargada de la palabra pandemia. Las palabras pandemia, coronavirus y confinamiento nos llevan a un lugar tan horrible que las borré en aquel disco, en aquellas canciones de las que te hablaba. No me da la gana de publicar eso y de hacer una entrevista hablando de un lugar que lleva 20 años cuidándome que se llama Cantabria y que amo, y vamos a celebrar la vida y nada más y nada menos que al lado de Luz Casal en un concierto, ¿cómo no te voy a hablar de eso? Pero me abruma que haya gente que ni siquiera recuerde a los sanitarios que literalmente dieron la vida por nosotros, a los que reponían los supermercados, a la gente que salía a la calle a salvar a los demás. Por eso me abruma tanto. La gente que ha sido desagradecida, de algún modo, con los que nos salvaron en los momentos más fastidiados. Trato únicamente de mantener viva la llama del recuerdo, de la gratitud hacia esa gente. Sin vivir, por supuesto, anclado en el pasado. Todo lo contrario. Trato de mirar hacia delante. Si algo he aprendido es que no sé lo que nos depara el futuro. Joder, vivo la vida aún más intensamente. Si ya era intenso antes, imagínate ahora. Si miras a 2020, al menos en Madrid ¿qué no nos pasó?: la gran nevada, la inundación, Filomena, la guerra de Ucrania, la isla de La Palma... hay una suerte de días, de meses, de semanas... que es que la realidad supera la ficción.

De la pandemia me quedo con el humor, que fue lo que me salvó

En 'Pienso en ti' sí que echa la vista atrás y plasma cómo se vivió esa época en términos generales. ¿Con qué se queda usted?

Quizá no íbamos a salir mejores o quizá haya escenas y momentos que nos hayan marcado la vida, tal vez haya otra visión después de 2020 para todos por escenas que vimos por vuestra labor, que por cierto gracias a los que trabajabais al otro lado de la información y os tocaba retransmitir el infierno, lo más parecido al infierno que vivimos. Yo me quedo con el aplauso, con la gente que le hacía una tarta a una señora que vivía sola, con la gente que hacía reír al de al lado porque estaba desesperado y de repente salía alguien al balcón a hacer el payaso y le hacía llorar de la risa. Con esas escenas sí que me quedo. Me quedo con el humor, que fue lo que me salvó. Ahora mismo me acuerdo de Dani Rovira, Martita de Graná... los humoristas que gratuitamente en redes sociales nos hacían reír a diario. De eso me acuerdo y me acordaré toda la vida.

La igualdad entre el hombre y la mujer en el año 2023 en España no existe

Dejando atrás el pasado y mirando hacia el futuro escribe 'Nuestra generación', en la que habla de igualdad, maltrato animal, guerra, cambio climático... ¿Cuál de las causas que cita le parece que se debería abordar con más urgencia en España?

Uf, aquí hay demasiado que abordar con demasiada urgencia, opino yo. Tengo un público de extrema izquierda, de extrema derecha, de centro, de medio lado, nacionalistas, no nacionalistas, ácratas... y pese a quien le pese, porque hay gente que hace negocio con esto, con el enfrentamiento, con confrontarnos, con dividirnos, va a seguir siendo así el resto de mi vida. Ahora bien, si alguien deja de escucharme por lo que considero que es justicia, así me enseñaron mis abuelos y mis padres a defender lo que creo que éticamente y socialmente hay que defender. Estoy hablando de la igualdad entre el hombre y la mujer, que en el año 2023 en España no existe, no es real. A día de hoy es cierto que hay mujeres que con el mismo cargo laboral que un hombre no cobran el mismo sueldo. Y yo me voy a posicionar y voy a decir que me parece injusto. Si alguien, repito, no me escucha por esto, no queda más que tenderle la mano y darle las gracias.

Estamos viviendo en redes sociales escenas de un maltrato animal gratuito, de unas torturas escondidas en forma de tradición

En este país estamos viviendo, y lo digo porque has citado esta canción, escenas en redes sociales de un maltrato animal gratuito, de unas torturas animales escondidas en forma de tradición en pueblos y en lugares en los cuales me voy a posicionar porque me parece la maldad humana. Me parece que estamos educando a una generación diciéndole: “Esto es lo normal. Hay que coger a este animal, hay que torturarlo públicamente y ver cómo se muere. Y lo grabamos en vídeo con los móviles”. Lo siento pero me van a tener enfrente. Estamos hablando del cambio climático más atroz del mundo, de que en Galicia ha habido momentos de sequía. ¡En Galicia! Lugar donde yo no vi el sol de niño. Entonces me posiciono y digo que existe. Tengo 40 años, escribí nueve discos y dos libros, y no creo ya en el bienquedismo, en el bienqueda que en su día fui, y lo reconozco. No puedes quedar bien con todo el mundo. Tienes que hablar, por supuesto, desde el respeto, palabra que uno echa de menos en estos días, y posicionarte. Decir: “Señor, esto me parece injusto y lo voy a decir en mi canción”. A lo mejor hay gente de un sector que siente que no está de acuerdo en lo que digo, pero yo no soy una máquina que reproduce canciones, tengo ideas, tengo una manera de sentir y creo que el cantautor siempre fue el transmisor del pueblo.

¿Ve un futuro tan desalentador como parece en la letra del tema?

Veo que vivimos escenas en las que parece que posicionarse es malo. Ahora que se habla tanto de la libertad, una cosa es la libertad, otra cosa es degradar al prójimo y otra es que no existan barreras. Lo vemos en redes sociales. Hay una canción que se llama 'Por no decir tu nombre' y que habla de esto que llaman ciberbullying o ciberacoso. ¿Y qué es lo que sucede? Que escondidos en la palabra libertad uno puede amenazar, insultar, degradar a otro ser humano incluso menor de edad y que aquí no pase nada. Yo no creo que haya un futuro desalentador: creo que hay que luchar con fuerza hoy en día para que no lo sea.

'Por no decir tu nombre' es una canción dedicada a los haters. ¿Hasta qué punto tiene en cuenta a esas personas?

Yo estoy de ida, estoy aprendiendo. Ahora bien, sí me vienen ya de vuelta esto que llaman haters, trolls y demás. Me hicieron llorar y me hicieron daño en su día, por supuesto. Es gente que sabe hacer daño porque, en mi caso, mi oficio y la música es tan importante que escondidos en un perfil falso comienzan a insultarte públicamente sabiendo que tu madre o tu padre leen ese comentario, comienzan a darte donde más te duele, que tu música es esto, y tú eres aquello... En su día te duele, te hunde, te metes en la cama y lloras. A día de hoy te digo: “¿Qué carallo me va a importar lo que diga @_J25?”. Me importa lo que diga mi madre, mis hermanos, mi oficina de mánager, mi discográfica, mis músicos, mi compañera... Eso me importa mucho. Pero que te lo diga una persona que te quiere hacer daño... Estás dándole todo el poder. ¿Por qué hago esta canción? Mi pregunta es hacia los de arriba. ¿Cómo puede ser que no haya una ley que proteja a los más débiles? Por ejemplo, una menor de edad que se suicida por ciberacoso. Es que ha habido casos de suicidio, y perdona por llegar a este punto de dramatismo, pero es que hay que hacerlo. A esto es a lo que me refería con pronunciarse y posicionarse. Coño, se ha suicidado gente en nuestro país, en España, por gente que se dedica a atacar por un aspecto físico o psicológico a una persona hasta generarle la muerte. ¿Nadie va a hacer nada? ¿No va a haber una ley que reclame un DNI para saber quién es la persona que escribe esto y que haya unas consecuencias reales? En internet no hay una repercusión real, yo puedo poner lo que sea cuando quiera. Averigüé bastante sobre esto y es muy difícil que haya una acción legal en contra de estas personas.

Cuando le das amor a alguien que nunca lo recibió no sabe cómo reaccionar

Yo les mandé una canción dándole la vuelta, mandándoles un abrazo, porque detrás de esto hay infancias torcidas, temas muy serios como para frivolizar sobre ello. Les mandé el abrazo que creo que no tuvieron, vengo a traerte las flores que no te dieron, a jugar contigo en el recreo todo lo que no jugaron. Sucedió que mucha gente a la que le envié esta canción de manera privada se bloquearon, se quedaron en silencio, en shock, no sabían contestar. Cuando le das amor a alguien que nunca lo recibió no sabe cómo reaccionar. Por eso creo que la canción valió la pena.

En las antípodas de todo eso hay una canción que rinde homenaje a sus padres. ¿Por qué la incluyó en este disco?

El símbolo de la triple V, el eslogan de este disco y las diez canciones con estructura circular y demás es todo el rato la V de 'vida', era este optimismo y la luz de la que te hablaba, salir de un pozo muy oscuro, tanto como una pandemia, y volver íntegramente a la vida. Si había tanta vida y tanto amor pensé que hacía tiempo que no le hacía una canción a mi padre y a mi madre. Sí a mis abuelos, a Galicia, que siempre la tengo presente, pero no a ellos. Sabía que se iban a cabrear porque tienen mucha clase, mucha elegancia y no quieren salir en la foto ni en la firma. Cuando vienen a verme se quedan en la última fila, no quieren reconocimiento alguno. Son personas muy humildes, dos currelas que toda la vida tiraron de tres niños adelante sin quejarse. Nunca les oí quejarse. Lo hice ya casi incluso para fastidiarlos. Sois tan buena gente, nos habéis criado tan bien y nos habéis cuidado tanto que vais a tener una canción y vais a salir en la radio si hace falta. Me cayó una buena bronca pero es un honor presumir de las dos mejores personas que he conocido en mi vida, que son Teresa y Andrés.

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