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Entrevista
Diana Mirones, jefa de la Unidad de Coordinación de Violencia sobre la Mujer de Cantabria

“Estamos detectando una regresión preocupante en cuanto a tolerancia de conductas machistas entre los jóvenes”

Diana Mirones, jefa de la Unidad de Coordinación de Violencia sobre la Mujer de Cantabria.

Rubén Alonso

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Diana Mirones asumió hace casi un año la jefatura de la Unidad de Coordinación de Violencia sobre la Mujer de Cantabria, integrada en la Delegación del Gobierno. Con 20 años de experiencia en la Policía Nacional, asegura que es un privilegio para ella poder trabajar ayudando a personas y colectivos vulnerables, en este caso a mujeres víctimas de violencia machista. Especializada en este ámbito, sobre el que ofrece charlas y cursos de formación, esta profesional defiende la labor de la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en materia de asistencia y protección a las víctimas. Así todo, apuesta por la prevención para tratar de evitar la intervención policial y de la judicatura. “Estamos detectando una regresión bastante preocupante entre la gente joven en cuanto a tolerancia de conductas machistas, que sabemos que son el antecedente directo de las conductas violentas de violencia de género”, expresa sobre la necesidad de trabajar en esa materia desde edades tempranas.

¿Cuánto tiempo de media lleva sufriendo maltrato una mujer que denuncia ser víctima de violencia de género?

La violencia de género es la punta del iceberg de una serie de violencias más ocultas, sutiles, simbólicas que llamamos, que suelen ser el antecedente de esa violencia más visible y más física. La media de tiempo que una mujer tarda en denunciar la violencia de género está en ocho años. Lleva muchísimo tiempo aguantando, sufriendo todo tipo de vejaciones, humillaciones, amenazas, preguntas… hasta que llega a denunciar. Hasta que se llega a una violencia física muchas veces hay que pasar por diferentes escalones. El agresor va minando su autoestima con el objetivo de someter a la víctima y controlarla. El fin no es la agresión, sino el control. La agresión, las amenazas y las humillaciones son medios para conseguir ese fin. Y si para eso tiene que utilizar la violencia incluso con los hijos, lo que llamamos violencia vicaria, lo va a hacer, y de hecho lo están haciendo.

¿Cuáles son los principales motivos por los que hay mujeres que no denuncian o tardan en hacerlo?

Nos encontramos con que a muchas mujeres les cuesta identificar que son víctimas de violencia de género. Es muy difícil asumir que estás siendo víctima de algo y mucho más de que estás siendo víctima de una violencia de alguien. La violencia de género es la violencia que sufren las mujeres a manos de hombres que son pareja o expareja, y en el momento en que entran en juego los sentimientos o las dependencias emocionales es mucho más difícil denunciar porque te cuesta identificar que la persona a la que tú quieres o has querido te puede hacer daño. También afecta si hay hijos de por medio, porque algunas piensan que si denuncian al padre de sus hijos pueden estar perjudicándoles. A ello hay que sumar el miedo en las mujeres a que se las pueda estigmatizar, y a la expulsión en el caso de las mujeres migrantes irregulares. Quiero aclarar que a una mujer en situación irregular que venga a denunciar se la va a ayudar y se va a paralizar la expulsión si es que está decretada. Además, nos encontramos con el problema de que muchas mujeres vienen de países en los que la policía no es como en nuestro país, sino que son sistemas policiales corruptos, por lo que les cuesta confiar en nosotros. Aprovecho para decir que las mujeres pueden confiar en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad porque están en España muy profesionalizados, especializados, cualificados e implicados. Las van a creer, las van a asesorar, las van a apoyar y las van a acompañar en el proceso.

 ¿En qué consiste esa formación específica?

Desde que policías y guardias civiles tienen que preparar una oposición, el tema de la violencia de género es fundamental para entrar en el proceso. Se ha introducido en el itinerario formativo dentro de las academias formación inicial y formación especializada, y hay cursos de actualización continua. Además, desde hace ya tiempo, las instituciones ponemos el foco no solo en el agresor, sino en la atención integral a la víctima, es decir, si ella está preparada para poner denuncia, perfecto, porque la denuncia es la mejor manera de llegar a protegerla y de poner todos los medios a su disposición, pero si no lo está también se la va a asesorar. En ese caso, intentamos darle todas las herramientas psicológicas para que ella se recupere y afronte este proceso, se empodere y saque fuerzas para denunciar. Además, colaboramos desde la Delegación del Gobierno en la formación de las policías locales de Cantabria, porque su cooperación es fundamental. Ellos muchas veces son los primeros que acuden a una llamada, y están sobre todo en los territorios rurales, más cerca de las víctimas, por lo que queremos contar con su apoyo. 

Solo un cuarto de las mujeres que sufren violencia de género se atreven a denunciar

Sobre la protección, me viene a la mente el doble crimen de Liaño de hace casi un año en el que la víctima había denunciado y existía una orden de alejamiento. ¿Por qué falla a veces el sistema y qué consecuencias tienen casos como este en la confianza de las mujeres para denunciar?

Está claro que el sistema en ocasiones falla. La seguridad 100% nunca se puede garantizar y en algunos momentos les hemos fallado a las mujeres. Pero son excepciones que confirman la regla de que por lo general el sistema sí funciona y que cuando las mujeres piden ayuda se les otorga ayuda. Y sobre todo quiero recalcar que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hacen un trabajo muy importante y que han salvado muchísimas vidas a día de hoy. Aunque sí que es verdad que tenemos que seguir trabajando por mejorar en cuanto a formación de los agentes y a coordinación institucional. También creemos que es muy importante seguir trabajando en la prevención, porque estamos detectando una regresión bastante preocupante entre la gente joven en cuanto a tolerancia de conductas machistas, que sabemos que son el antecedente directo de las conductas violentas de violencia de género. Entonces queremos trabajar con los más jóvenes, con los adolescentes e incluso desde que son niños, porque es muy importante una buena educación afectivo sexual. La intervención de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y de la judicatura debería ser la última ratio, deberíamos evitar llegar a eso trabajando mucho la prevención desde las casas, por supuesto, ya que la familia es fundamental, y desde el ámbito educativo. De hecho, estamos dando formación en institutos a través de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y cada vez son más los que nos la solicitan porque es muy completa en prevención de violencia de género, de delitos de odio, de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, y de conductas peligrosas, sobre todo en internet.

¿Cree que esa regresión de la que habla en cuanto a conductas machistas entre los jóvenes está directamente ligada al aumento de discursos negacionistas de la violencia machista en determinados sectores políticos ligados a la ultraderecha?

Sí, las redes sociales desde luego han traído ventajas, pero también han traído muchos problemas a través de un acceso descontrolado y no guiado de nuestros jóvenes. Es importante fomentar en nuestros jóvenes el pensamiento crítico porque tienen muchísima información, más de la que teníamos nosotros, y es bueno tener mucha información, pero hay que saber discriminar y saber ver cuándo te están tratando de influenciar o cuándo te están dando información veraz con datos reales. La realidad se puede interpretar, pero no se pueden negar los datos. Desde 2003, fecha desde que tenemos datos en nuestro país, llevamos 1.168 mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas varones. En lo que vamos de año son 38 mujeres y dos niños, quienes son víctimas directas de violencia de género. Las cifras son terribles e inasumibles. Es cierto, viendo la evolución estadística, que en los últimos años las cifras de homicidios han ido descendiendo. Se está trabajando bien en ciertos aspectos, pero queda mucho por hacer.

Respecto a esos datos, según el Observatorio contra la Violencia de Género, vemos que periódicamente aumentan las denuncias. ¿Eso quiere decir que están aumentando los casos o que son los mismos o menos, pero que más mujeres se atreven a denunciar?

Realmente no lo podemos saber, pero sí que creemos en la labor de sensibilización que se está haciendo y sabemos que se presentan más denuncias porque las mujeres están perdiendo ese miedo del que hablábamos antes a presentar denuncias, a la estigmatización al qué dirán etc. Están perdiendo el miedo a no ser creídas por las instituciones, porque creo que estamos consiguiendo mucho en ese aspecto de que confíen en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y en el sistema. Estamos consiguiendo que la violencia de género no se quede en el ámbito de lo privado, sino que esto es una cosa de toda la sociedad. Todo el mundo tiene que estar implicado y ayudar. Muchas más mujeres se animan a denunciar, pero no tenemos que quedarnos en eso, tenemos que seguir poniendo el foco en todas esas mujeres que sabemos que aún no están denunciando, que son muchísimas. Solo un cuarto de las mujeres que sufren violencia de género se atreven a denunciar. 

¿Qué mensaje lanzaría a las mujeres que está siendo víctimas de violencia machista?

Que confíen en las instituciones, que hay una red de profesionales cualificados, especializados e implicados que las van a creer. Las van a asesorar, a apoyar y a acompañar en el proceso para poder salir de esa espiral de violencia. Se puede salir. Hay mujeres que han conseguido salir de esta espiral y para eso trabajamos entre todos a diario. Y en caso de que necesiten ayuda urgente no duden en llamar al 112 o a los teléfonos de Policía Nacional (091) o Guardia Civil (062). También recomiendo a las mujeres que pueden estar siendo víctimas de violencia de género que se descarguen la aplicación AlertCops del Ministerio del Interior. Tiene un geolocalizador y un botón de SOS que permite, si lo marcas, que se grave un audio, y esa señal va directamente a Policía Nacional o Guardia Civil. Aparte de ello, el Estado pone a disposición de las mujeres o de cualquier ciudadano, familiar, vecino o amigo que conozca algún caso de violencia de género y no sepa como ayudar, el teléfono 016. Es gratuito, confidencial y ofrece ayuda 24 horas, tanto psicológica como legal. También pone a disposición de las víctimas el dispositivo Atempro, que las conecta con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y otro autorizado por el juez denominado coloquialmente COMETA, que permite tener geolocalizados a agresores condenados.

Durante ese proceso de denuncia, ¿hay posibilidad de que una víctima pueda elegir ser atendida por una mujer si así lo prefiere y se siente más cómoda?

Lo más importante en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, como en todos los trabajos, es la profesionalidad, ya seas hombre o mujer. Pero es cierto que muchas mujeres de entrada se sienten más tranquilas y más confiadas cuando ven a una mujer, ya que se pueden ver reflejadas y creen que pueden empatizar más con ellas. Sabemos que es así y por eso en todas las unidades especializadas siempre contamos con mujeres. No obstante, yo siempre defiendo la profesionalidad de los guardias civiles y policías nacionales varones que pueden ser igual de empáticos que una mujer. De hecho, son unidades a las que la gente va voluntaria, y eso es por algo, porque creen en ello y realmente tienen vocación de servicio, y más a personas vulnerables.

Esta semana ha participado como moderadora de un ciclo de charlas sobre violencia de género, ¿qué importancia tiene seguir abordando este asunto a través de actividades como esa?

Estamos volcados en hacer formación, prevención, sensibilización y coordinación. Hemos invitado a representantes de diferentes sectores que trabajan en violencia de género, como por ejemplo el sector sanitario, médicas, enfermeras, farmacéuticas, y a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, a judicatura, a personas pioneras, activistas de la violencia de género, y a periodistas, porque creemos que los medios de comunicación tenéis un papel fundamental en la visibilización del trabajo que se está haciendo por parte de todas las instituciones y las asociaciones. También, por supuesto, hemos contado con las asociaciones de trabajo con víctimas de violencia de género, que son fundamentales. Hacemos un balance muy positivo y creemos que es fundamental seguir sensibilizando y formando. 

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