Los incendiarios ponen de nuevo en jaque a Cantabria: 47 fuegos en cuatro días y unos bosques que aún no se han recuperado de las quemas de febrero
Apenas un mes y medio después de que las llamas hiciesen estragos en Cantabria con hasta 60 fuegos activos, la situación ha vuelto a repetirse. Y es que el mes de abril entró en la comunidad autonóma con viento sur, lo que se traduce tradicionalmente en incendios descontrolados y provocados por la mano del hombre, y estos días no han sido la excepción ya que en apenas cuatro jornadas se han notificado hasta 47 focos. No obstante, si la cuenta se arranca desde el primer día con temperaturas elevadas, el lunes 29 de marzo, este número se incrementa hasta los 130 incendios provocados.
En el caso de los incendios de febrero, las zonas más afectadas fueron Cabuérniga, Rionansa, Riotuerto, Vega de Pas, Valdáliga o Cabezón de la Sal, aunque las llamas alcanzaron otros muchos puntos del territorio. En esta ocasión, la zona de los Valles Pasiegos también ha salido mal parada por los focos detectados en Vega de Pas o San Roque de Riomiera, pero la comarca del Asón-Agüera ha sido una de las más perjudicadas por los incendios de Soba y Ruesga, aunque a estas horas ya no queda ninguno activo. Sin embargo, y a pesar de que por el momento se desconocen las hectáreas afectadas por las llamas -se hace el balance a final de año-, desde la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ya han hecho un llamamiento a la ciudadanía para “acorralar a estos delincuentes radicales que destruyen la naturaleza”.
Sobre ello, desde Medio Ambiente han considerado que la mayoría de estos se inician en los momentos de mayor incidencia del viento sur y lo más cerca posible del anochecer o incluso en plena noche, “lo que demuestra la alevosía de los incendiarios, que aprovechan cuando las circunstancias son más desfavorables para la actuación del operativo, poniendo aún en más riesgo la vida de los empleados públicos que lo integran”.
En la misma línea, el departamento que dirige Guillermo Blanco (PRC) ha destacado su “apuesta” por la lucha contra la prevención y la colaboración con la Guardia Civil para identificar y detener a los autores, algo con lo que difieren desde la Sección Sindical de Comisiones Obreras en el Gobierno de Cantabria. Desde el sindicato han pedido “el cese inmediato” del consejero, al considerar que “tiene olvidado y abandonado todo lo relacionado con la gestión e investigación de los incendios”, porque, según denuncian, de los cerca de mil incendios producidos en Cantabria desde enero de 2020 (672 en el pasado año y 316 en lo que va de 2021), solo hay en marcha cuatro investigaciones.
“Sabemos que prácticamente el 100% de los fuegos son intencionados, pero de investigaciones de los mismos no sabemos nada”, denuncian desde el sindicato, para después pedir la creación de brigadas de investigación llevadas a cabo por los propios agentes forestales en colaboración con la Fiscalía de Medio Ambiente. “Somos de las pocas comunidades que no tenemos brigadas de investigación, pero somos la segunda comunidad con más incidencia de incendios de España”, señaló recientemente Javier Martínez-Sabater, responsable de los agentes forestales en CCOO.
El titular de Medio Ambiente, por su parte, ya ha indicado como uno de los objetivos de su Consejería la creación de grupos especializados y, entre ellos, el de investigación de las causas, aunque destaca que “nunca” en el Operativo de la Dirección General de Biodiversidad de la Consejería de Medio Ambiente ha habido una mejor dotación de personal y de medios. Este cuenta en la actualidad con 133 agentes del Medio Natural, 30 cuadrillas forestales, técnicos de guardia y emisoristas, y la Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF). Unos números que se han incrementado con casi 70 nuevos efectivos y la incorporación de 36 vehículos todoterreno para agentes y cuadrillas.
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