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La memoria de Amparo: “Nuestras casas, nuestras vidas”

Los vecinos han enterrado simbólicamente el vial de la S-20 que acabó con la casa de Amparo. | PGN

Paco Gómez Nadal

La muerte de Amparo Pérez un 15 de febrero de 2015 dejó muchas huellas. Una fue en el historial político de Iñigo de la Serna, el entonces alcalde de Santander y hoy ministro; otra, en los movimientos sociales que acompañaron en su resistencia a la mujer de 86 años que defendió su terreno y su casa ante la expropiación por parte del Ayuntamiento para construir el vial que hoy conecta la Avenida de los Castros y la S-20.

Por eso hoy, en el tercer aniversario de la muerte de Amparo, cerca de 40 personas han retado a la lluvia y al viento para marchar desde la parroquia de Monte hasta el lugar donde alguna vez estuvo la casa de esta mujer que se convirtió en un símbolo de la resistencia ante los planes urbanísticos del Ayuntamiento. “Amparo vive, la lucha sigue”, gritaban los asistentes. “Los barrios no se venden, los barrios se defienden”. El grupo ha caminado desde Monte coreando consignas y cargando una pancarta en la que se leía: “Enterrar el vial, enraizar la lucha”. No olvidan a Amparo y tampoco olvidan a De la Serna… de hecho la caminata también la ha hecho un “pelele” con el rostro del ex alcalde que amenazaba a los vecinos en el camino con expropiar sus casas “para levantar urbanizaciones”. Mientras, la columna de vecinos gritaba: “¡Nuestras casas!, ¡nuestras vidas!”.

Al llegar al ya conocido como Vial de Amparo, las personas manifestantes han arrojado tierra en la carretera para “enterrar simbólicamente” esta infraestructura. En el segundo aniversario de la muerte de Amparo, cuya salud se deterioró al extremo conforme se acercaba la fecha del desalojo de su casa, los manifestantes plantaron árboles en su memoria y el Ayuntamiento se encargó días después de arrancarlos.

En el manifiesto que hoy repartían a los pocos viandantes que se cruzaba la marcha, se podía leer: “El conjunto de operaciones de especulación urbanística, que nada tiene que ver con la mejora del bienestar social y económico de la población son perpetuadas en nuestro territorio por empresas como Copsesa, Dragados, Real de Piasca, Ayuntamiento de Santander S.A., etcétera y afectan a diversas áreas de Santander como en estos momentos los barrios de Prado San Roque, El Pilón, Polio o los pueblos de Monte y Cueto”. El texto animaba a organizarse y resistir: “Por eso estamos hoy aquí, para juntarnos, para organizarnos, para reapropiarnos de nuestras vidas y territorios desde la fuerza de las personas unidas, de los barrios cohesionados y para recordarnos que mientras el Ayuntamiento no pare, nosotras no podemos descansar”.

Este tercer aniversario de la muerte de Amparo coincide con un repunte de la lucha vecinal, en este caso concentrada en el servicio público de transporte colectivo y en los cambios operados por el Ayuntamiento en el TUS, que, como han denunciado desde Cueto o Monte, “sacrifica a las periferias para favorecer al centro de a ciudad”.

Al acto simbólico de hoy ha asistido uno de los nietos de Amparo Pérez, Marco Santamaría, el concejal de Santander Sí Puede en el Ayuntamiento, y algunos miembros de Podemos Santander.

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