El ocio nocturno cántabro estima que dejará de facturar este verano “20 millones mensuales” por las restricciones de la pandemia y pide ayudas
El sector del ocio nocturno de Cantabria dejará de facturar este verano “cerca de 20 millones de euros mensuales” por las restricciones impuestas por la pandemia del coronavirus, que conllevaron primero limitaciones en el horario de apertura y el cierre después de estos negocios.
La patronal ha trasladado este cálculo a la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones (PSOE), a la que ha expresado la preocupación de los empresarios por tener que asumir el pago de alquileres y gastos de locales cerrados sin poder acogerse a ayudas, que han solicitado.
Y además, le han advertido de que se está “constatando” que “la alternativa al ocio seguro que nuestras empresas ofrecen, es un ocio de riesgo”, como ha expresado Ángel Suárez, presidente de la asociación que reúne a estos locales, que aportan un 1,6% del PIB autonómico, “lo mismo que la agricultura”.
Sin embargo, sostienen que a “nadie se le ocurriría decretar el cierre inmediato de las explotaciones agrícolas sin buscar alternativas para las familias que viven de ellas”, al contrario de lo que les ha sucedido a 300 empresarios cántabros por la decisión de los gobiernos regional y central de cerrar el ocio nocturno para tratar de frenar los contagios por COVID-19 en todo el país.
Los representantes de la Asociación de Empresas de Ocio Nocturno consideran que las administraciones han “dejado de lado” al sector y han reclamado a Quiñones que se habiliten ayudas que les permitan continuar asumiendo los gastos que se siguen produciendo mientras los locales están cerrados.
Riesgo de desaparición
“Nuestra preocupación es el riesgo cierto de desaparición a corto plazo de 300 empresas y 7.000 empleos en Cantabria, dado que no nos resultará posible continuar indefinidamente asumiendo los gastos y sin poder trabajar”, han alertado, a la par que han urgido que se actúe para evitar ambos extremos.
Además, han recordado que se encuentran en esta situación de cierre después de haber invertido en Cantabria más de un millón de euros para adaptar sus espacios y procesos de trabajo al protocolo que el Ministerio de Sanidad elaboró el pasado mes de junio para garantizar un trabajo “seguro” a los empleados y un ocio igualmente “seguro” para el público.
“Consideramos que las empresas del sector estamos siendo objeto de un trato injusto por parte del Gobierno central y del autonómico”, ha insistido Suárez.
Para finalizar, ha considerado que “Cantabria no cuenta ni contará con efectivos suficientes para controlar estos auténticos focos de contagio que cambian de lugar, se organizan sin publicidad y van a continuar produciéndose por lo que la alternativa al ocio seguro que nuestras empresas ofrecen es un ocio de riesgo”.
0