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Las bodegas españolas sufren duramente la crisis por el cierre de la hostelería  y la caída de las exportaciones a China

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El sector del vino está sufriendo durante la crisis sanitaria, ya que el cierre de decretado para los bares y restaurante durante el estado de alarma así como la caída de las exportaciones de vino a China han puesto al sector en una situación muy difícil. De hecho, las bodegas españolas no descartan acogerse a los Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) ante esta situación.

Así se desprende de una encuesta realizada por la Federación Española del Vino (FEV) entre sus asociados en los últimos días donde se pone de manifiesto que la mayoría de las bodegas españolas reconoce que se han visto impactadas negativamente por la situación del COVID-19 en China, mientras que el 42% considera que les ha afectado grave o muy gravemente

Así, “el 94% de las bodegas se han visto afectadas por la paralización de los pedidos de China en enero y febrero. Además, el 78% de las bodegas declaran haber tenido pérdidas en esos meses. Vemos como esta situación en China comienza a revertirse, pero ahora el mayor problema es el consumo interior, el cierre del canal Horeca afecta muy negativamente a todas las bodegas, y aunque siga habiendo ventas en alimentación, tampoco se van a compensar”, ha explicado a Europa Press el director general de la FEV, José Luis Benítez.

El sector del vino no esconde su preocupación en esta situación crítica, por el fuerte impacto que está teniendo sobre la industria el cierre de hoteles, tiendas especializadas, bares y restaurantes, que se une la crisis asiática.

“Las bodegas continúan abasteciendo a los supermercados, pero todo el vino que se vende a través de bares y restaurante, como es lógico, ahora se ha reducido a cero”, ha reconocido Benítez, que también ha señalado que en las cuentas de cada empresa “entra en juego” cuánto exporta cada bodega y a qué destinos, ya que la situación de las ventas a otros países también está siendo “tremendamente irregular”.

Por eso considera que la actual situación de estado de alarma afecta de forma “diferente” a cada bodega. “Sabemos que muchas están intentando por todos los medios proteger los puestos de trabajo, buscando soluciones como dar ahora las vacaciones de libre disposición para la empresa, y proteger también a aquellos trabajadores que se necesitan para garantizar la producción y el abastecimiento”, ha explicado.

“Probablemente tenga que haber ERTEs en algunas áreas como comercial, enoturismo, etc. En el caso de bodegas cuyo canal principal de venta es el Horeca, por desgracia tendrán que acometer estos procesos que deberían ser por causa de fuerza mayor”, ha reconocido.

Pide medidas al Gobierno

De esta forma, la FEV pide al Gobierno medidas para tratar de paliar esta crítica situación. “Consideramos muy positivo flexibilizar los plazos de pagos de impuestos, no solo para las pequeñas empresas. Aparte de lo aprobado por el Gobierno para pequeñas empresas, se podrían aplazar simplemente un par de meses los pagos para todas las empresas con el objetivo de facilitar la liquidez y evitar el colapso de tesorería”, ha señalado.

“Es absolutamente imprescindible que se implementen de manera urgente las medidas económicas del Gobierno para garantizar el crédito porque las empresas las van a tener que utilizar en menos de 15 días. Estas medidas deben facilitar la financiación al menos durante el período de confinamiento y al menos un par de meses después”, ha explicado.

Futuro complicado para las bodegas

Por su parte, el director general de Bodegas Protos, Carlos Villar, ha reconocido que el fuerte impacto que está teniendo en las bodegas el cierre de la restauración y tiendas especializadas. “Todos o casi todos los clientes han cerrado por orden del Gobierno y por tanto no compran y en muchos casos retrasan o dejan de pagar a sus proveedores y estos hacen lo propio con las bodegas”, ha explicado.

“Ante esta situación y sin tener claro que las bodegas estén incluidas en empresas que puedan hacer un ERTE por causas de fuerza mayor, su futuro a nivel de existencia está claramente comprometido en función del tiempo que dure esta crisis, al igual que el resto de la cadena”, ha reconocido.

Villar, además, ha subrayado que la exportación tampoco es “una solución” en este momento, ya que “esta crisis afecta con mayor o menor decalaje en el tiempo a todos los países”.

“El mayor enemigo es el tiempo que dure esta crisis. La concienciación y responsabilidad que los ciudadanos están mostrando es el mejor remedio para acortar los sacrificios y peligros a los que estamos sometidos”, ha indicado.

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