Las previsiones apuntan a una caída del 50% en la producción de almendra en Castilla-La Mancha
La reducción en la cosecha de almendra en Castilla-La Mancha podría llegar al 50%, según la previsión que ha realizado Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, tras realizar un análisis en las zonas productoras de todo el territorio. A nivel nacional, los datos analizados apuntan a una reducción del 20% respecto a la campaña de 2020.
La organización agraria prevé que la cosecha llegue a 76.035 Tonelada (Tn) de grano, destacando la reducción drástica en algunas Comunidades tradicionalmente productoras. Así, en Castilla la Mancha, Aragón, Cataluña y Baleares y Comunidad Valenciana habría caídas del 50%, 40%, 50% 50% y 20% respectivamente, a pesar de los ligeros aumentos que se han dado en Andalucía o Extremadura (5% y 10% respectivamente).
Unión de Uniones vincula estos malos datos a las adversas condiciones climatológicas de la primavera, pero también por los graves problemas fitosanitarios de la campaña pasada que han repercutido en una menor producción.
Precios bajo y la amenaza californiana
La organización señala que el 2020 fue una de las peores campañas que recuerda el sector, ya que el precio medio de la almendra comuna se situó en torno a los 3,08 €/kg, lo que supuso un descenso respecto de la campaña anterior del 38%.
Para esta campaña, la evolución semanal de los precios, con caídas permanentes – en el mes de mayo cotizaba a 2,92€/kg respecto a los 4,14 €/kg de mayo de 2020 -, está haciendo que cunda el desánimo entre los productores, según Unión de Uniones, que verán como sus rentas pueden caer a valores que supongan el abandono de muchas explotaciones tradicionales de secano.
En este sentido, Unión de Uniones considera que lo que más influye en el mercado de la almendra, con independencia de una mayor o menor producción, es la almendra californiana y la especulación que se deriva.
Su producción, según el USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos), se ve incrementada respecto a la campaña pasada en un 3%, pero un 48% más que la media de los últimos 10 años y una superficie que no para de crecer, llegando a un incremento del 73% respecto a 2010.
“Estamos en una situación catastrófica”, afirma Ricard Beltrán, responsable del sector de la almendra de Unión de Uniones. “Creemos que desde la Unión Europea y desde el Estado se deben hacer políticas que favorezcan la producción nacional y ponerla en valor frente a los consumidores”.
En este sentido, la organización propone, entre otras medidas, que se recupere de la ayuda de Estado para las plantaciones tradicionales de bajo rendimiento, así como que se incrementen o se mantengan las ayudas para el mantenimiento y la conversión al cultivo del almendro ecológico en el Programa de Desarrollo Rural por parte de las comunidades autónomas o se mejoren líneas concretas del seguro del almendro.
Asimismo considera indispensable que se pongan en marcha políticas de promoción de la almendra tradicional española a la misma vez que se inste al uso prioritario de almendras de origen nacional en todas aquellas producciones industriales que tengan la almendra como componente esencial.
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