Castilla-La Mancha pedirá entrar en la fase 1 por cumplir todos los indicadores requeridos por Sanidad

Mañana termina el plazo para que las comunidades autónomas remitan al Ministerio de Sanidad la evaluación de los indicadores que determinarán si pueden pasar o no a la fase 1 de la desescalada o desconfinamiento por la pandemia de COVID-19. El Gobierno de Castilla-La Mancha así lo solicitará a la luz de las cifras que maneja. Según apunta, cumple con los requisitos fundamentales para dar el siguiente paso: una tasa de contagio por debajo de la media nacional, una capacidad asistencial suficiente en número disponible de UCI y respiradores, y un protocolo eficaz de vigilancia epidemiológica.

Así lo ha detallado, preguntada al respecto, la portavoz del Gobierno castellanomanchego, Blanca Fernández. Ha informado de que esta comunidad autónoma ya ha finalizado la evaluación de sus indicadores que mañana compartirá con el Ministerio para solicitar el paso a la siguiente fase.

En general, ha destacado que los datos de la pandemia han evolucionado con una curva claramente hacia abajo, “aunque nos gustaría que tanto los contagios como las personas fallecidas fueran cero”. Por eso ha insistido en la necesidad de seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias y de que se mantenga el estado de alarma, cuya prórroga se debate esta semana en el Congreso con el voto en duda de varios partidos políticos.

“Primero está la salud y la vida”

“Creo que la ciudadanía espera que los partidos políticos sepan ponerse de acuerdo. Ahora lo que interesa es la salud y la vida, y después, cómo podemos reactivar la economía sin poner en riesgo la salud y la vida. Para ello es necesario la colaboración y la unidad frente a la bronca; y el estado de alarma es un elemento de cohesión y coordinación muy importante para que la desescalada sea coherente en todos los territorios”, ha remarcado la portavoz de la Junta.

A este respecto, ha puesto como ejemplo el hecho de que el Consejo de Gobierno regional haya dado luz verde hoy a la contratación para la compra de nuevo material sanitario de urgencia por valor de 19,4 millones de euros, algo que “no se habría podido hacer” sin el estado de alarma. “Somos conscientes de que tenemos que convivir con la COVID-19, y por eso debemos ser prudentes y capaces de coordinarnos”.

De hecho, en el caso de que no hubiera apoyos suficientes en el Congreso para prorrogar el estado de alarma, Blanca Fernández ha avanzado que Castilla-La Mancha seguiría coordinándose con el Ministerio de Sanidad porque “esa es la forma de hacer de cosas”. Así, ha advertido de que si se impone “la precipitación y la irresponsabilidad, nos afectará a todos” y “hoy no importan los votos, ni la aritmética parlamentaria, solo la salud y la vida, e inmediatamente después, la supervivencia del tejido productivo”.