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DeciDir es un canto a la libertad. Una oda al amor fraternal y al respeto. Un espacio donde podemos conversar sobre todas aquellas cosas que nunca diríamos a nadie. Porque creemos que causan demasiado estridor y quizás los demás piensen que estamos locos. Pero sobre todo porque nunca las hemos conversado con nosotros mismos. Es hora de hacerlo. Hablemos, pues.

La eutanasia quiere entrar en campaña

Debate sobre la eutanasia / Asociación DMD

Derecho a Morir Dignamente (DMD) organizó, el pasado 22 de septiembre, el debate 'Partidos Políticos y Eutanasia', en el que representantes de PSOE, IU, Equo/Compromís, Podemos y Ciudadanos expusieron su postura al respecto. Introducir la eutanasia en el debate político, sensibilizar a los partidos para que la incluyan en sus programas electorales y arrancarles el compromiso de que impulsarán y apoyarán una ley que regule la eutanasia en la próxima legislatura, han sido los objetivos de este encuentro.

DMD invitó a los principales partidos con representación parlamentaria y a aquellos con más proyección de cara a las próximas elecciones generales. El Partido Popular, Convergència, Unió y el Partido Nacionalista Vasco excusaron su ausencia por problemas de agenda. Sí participaron PSOE, Izquierda Unida, Equo/Compromís, Podemos y Ciudadanos.

El debate, que fue conducido por la directora de El Huffington Post, Montserrat Domínguez, sirvió para que los representantes políticos se posicionaran abiertamente. Izquierda Unida, Podemos y Equo/Compromís se manifestaron a favor de la despenalización y la regulación de la eutanasia y se comprometieron a incorporarlo en sus programas y a defenderlo en el Congreso. A título personal, el representante del PSOE, José Manuel Freire (portavoz de Sanidad en la Asamblea de Madrid), manifestó su defensa de la eutanasia y se comprometió a presionar a su partido en este sentido. Ciudadanos reconoció que la eutanasia no está en su agenda política pero mostró su interés en abordar el tema a fondo y escuchar las distintas opiniones para tomar una posición clara.

Velar por el buen morir

Tras unas palabras de bienvenida del presidente federal de DMD, Luis Montes, el acto arrancó con la intervención de la representante de Sanidad del Consejo Estatal de Podemos, Ana Castaño. Defendió que el Sistema Nacional de Salud al velar por el “vivir bien” también debe velar por el buen morir. En este sentido, apostó por una “ley de disponibilidad de la propia vida” y por la despenalización de la eutanasia. Castaño aseguró que la llamada pendiente resbaladiza (teoría que asegura que la legalización de la eutanasia causaría muertes contra la voluntad de la propia persona, asesinatos por tanto) “es una falacia”.

Castaño arremetió contra la reciente modificación de la Ley de Autonomía del Paciente, que “deja a quien no tenga testamento vital a expensas de la voluntad del médico” y “judicializa” el proceso de la muerte. También aplaudió la labor de DMD y valoró el esfuerzo por llevar el debate a la calle. “Es necesario que se cambie el valor de que Dios da la vida y se piense en derechos humanos”, aseguró.

Por su parte, el PSOE estuvo representado por José Manuel Freire, portavoz de Sanidad en la Asamblea de Madrid. Freire defendió la despenalización de la eutanasia como “la última frontera de los derechos humanos a conquistar” e hizo un ejercicio de autocrítica: “En el PSOE no hemos tenido una postura muy fijada, es un zigzag”. Freire asumió la falta de presión de su partido para poner en el primer plano de la agenda política la regulación de la eutanasia, así como el hecho de que en 2004, pese a estar en el programa electoral, no se hiciera “nada” y desapareciera del de 2008. No obstante, se comprometió a “pelear” para que “este tema esté en el programa del PSOE para las próximas elecciones”. Finalmente, pidió “movilización social al respecto”, después de explicar que su partido depende mucho de los cálculos y análisis para decidir qué incluye o no en su programa.

Ciudadanos, sin una postura clara

Por parte de Ciudadanos, Daniel Álvarez, portavoz de Sanidad en la Asamblea de Madrid, reconoció que su formación “no tiene una postura clara”, que acusó a la “ingenuidad de quien lleva poco tiempo en política” y al “no haber puesto el foco” en este tema. No obstante, valoró la postura de su partido de “escuchar a quien tenga algo que decir”. Sí mostró su convencimiento en que “la autonomía del paciente, tenga más protagonismo en la toma de decisiones”. En este sentido, apostó por una campaña para que la sociedad en general y también el personal sanitario conozca el testamento vital, también llamado documento de voluntades previas, nomenclatura por la que Álvarez apostó.

Izquierda Unida mostró su total convicción de que disponer de la propia vida es un derecho. Su representante, Ricardo Sixto, diputado en el Congreso, recordó la iniciativa parlamentaria que su partido ha presentado en esta legislatura para modificar el Código Penal de forma que se despenalice la ayuda necesaria para morir y que no obtuvo el apoyo suficiente. Además de la “despenalización del auxilio necesario”, Sixto recordó que su partido apostó por una ley de mínimos que regule la eutanasia. Esto supondría la modificación de la Ley General de Sanidad y la de Autonomía del Paciente, para garantizar sus derechos. Sixto lamentó que su iniciativa no prosperara pero confió en el apoyo en la próxima legislatura. Finalizó su intervención citando a uno de los padres de la Constitución, Gregorio Peces Barba, quien reconoció que la eutanasia sí cabe en la Carta Magna.

Finalmente llegó el turno de Juvenal García, miembro de la Ejecutiva Federal de Equo, que habló en representación también de la coalición Compromís, de la que forma parte su partido. García arrancó su intervención explicando su propia vivencia, el encarnizamiento terapéutico que sufrió su padre y clamó porque regular o no la eutanasia no dependa “de lo que diga Dios”. En esa línea arremetió contra los partidos mayoritarios que temen posicionarse al respecto. “No veo dónde está el problema social”, aseguró, recordando que una mayoría de la sociedad se ha enfrentado o se enfrentará a una muerte dolorosa con encarnizamiento innecesario.

Tras un breve intercambio de opiniones filosóficas sobre la muerte digna como derecho de propiedad de la propia vida o como derecho de dignidad, Montserrat Dominguez abrió el turno de palabra a la llamada fila cero, formada por representantes de diversos ámbitos de la sociedad civil.

María Luisa Cuerda, catedrática de Derecho Penal, explicó que en 1991 el Grupo de Estudios de Política Criminal, del que forma parte, ya aprobó un manifiesto sobre el derecho a la disponibilidad de la propia vida. “Un manifiesto de mínimos que recibió el apoyo de la clase académica, de los fiscales progresistas y de Jueces para la Democracia”. Cuerda aseguró que tiene que desaparecer el artículo 143 del Código penal, porque no responde al sentir de la ciudadanía española. Y fue más allá: “Es inconstitucional porque es contrario a la idea de dignidad, a la libertad de una persona responsable”. Del mismo modo, aseguró que “penalizar al que ayuda es abocar a una muerte cruel y trágica”, lo que “no es compatible” con el sistema de valores ni responde al sentir mayoritario de la sociedad española. Cuerda instó a los partidos políticos a incorporar la despenalización y regulación de la eutanasia a su agenda política.

En representación de DMD, Carlos Barra, médico y abogado y miembro de la Junta de la asociación federal, presentó la batería de propuestas que la asociación hace a los partidos políticos para que las incluyan en sus programas electorales, y que tiene como eje central la despenalización y regulación de la eutanasia. “No valen hipocresías, en España hay miles de motivos para saber que se muere mal”. Apeló también al sentir mayoritario de la sociedad española para que se apruebe una ley que regule la eutanasia y al hecho de que el artículo 143 del Código Penal vulnera principios constitucionales: “La dignidad es superior y la libertad es el valor supremo de nuestro ordenamiento jurídico”. Barra citó a Saramago: “Si no nos movemos hacia el dolor e indignación, hacia donde están las propuestas, estamos muertos”. Finalmente exigió a los políticos “que no mareen la perdiz. No le demos más vueltas. Hagan una proposición de ley para que se debata en el parlamento una ley”.

Francisco Delgado, presidente de Europa Laica, centró su intervención en demostrar y criticar cómo la Iglesia está detrás del hecho de que la eutanasia esté penalizada, porque “vivimos en un Estado confesional dentro de una Constitución aconfesional”. Puso como ejemplo que en octubre 1995, cuando el Gobierno socialista reformó el Código Penal y aprobó el artículo 143 la eutanasia, unos meses antes, en marzo, el Papa Juan Pablo II había publicado una carta encíclica en la que aseguraba que “la eutanasia es una grave vulneración de la ley de dios (…) constituye un rechazo de la soberanía absoluta de dios sobre la vida o la muerte (…)”.

Delgado explicó que hace “más de 40 años”, una encuesta hecha a pie de calle, en las Ramblas de Barcelona, por un grupo del que él formaba parte, ya mostró como el 85% de los encuestados estaban a favor de despenalizar la eutanasia. “Quitémonos la careta. Una mayoría social de este país está por la dignidad humana”, insistió. Finalizó su intervención respondiendo a las declaraciones de José Manuel Freire, del PSOE: “No se trata de que presionemos, sino de que el partido atienda a las necesidades vitales que marca la Constitución”.

Antonio Sacristán, jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos del Área 5 de Madrid, “desde el barro, desde su experiencia atendiendo a los pacientes desde el Sistema Nacional de Salud. Según explicó, ”la eutanasia y los cuidados paliativos no tienen nada que ver“, su asimilación ”forma parte de mitos y creencias“. Sacristán se centró en desmontar los mitos al respecto.

El primer mito, explicó, es el que dice que los cuidados paliativos controlan los síntomas y mejoran la calidad de vida y que actúan como antídoto de la eutanasia. También existe el mito de que los cuidados paliativos en el domicilio son mejores que la atención institucionalizada, explicó, cómo piensan muchos médicos, incluido el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC). Pero “ni la eutanasia es un veneno ni los paliativos son un antídoto de nada”, aseguró. “La calidad de vida y la enfermedad son antagónicos”. En paliativos “intentamos frenar los síntomas, como el dolor o el insomnio”, pero cuando una persona tiene síntomas que no se pueden mejorar, lo que se puede hacer es dormirle: aplicarle la sedación paliativa, que no es eutanasia, prosiguió.

Desmitificar que las personas que piden la eutanasia lo hagan sin plena conciencia

También desmitificó que las personas que piden la eutanasia lo hagan sin tener plena conciencia, con mucho sufrimiento. La realidad es que, al contrario, estas personas aceptan la espera “con tranquilidad, demandando buenos cuidados paliativos y con un tratamiento adecuado para paliar sus síntomas. Son personas que en las últimas semanas de vida de su enfermedad terminal, consideran que no merece la pena vivirlas. Y piden la eutanasia, la muerte. Ni el médico, ni la propia sociedad, ni la familia pueden mirar a otro lugar si se aplica esa eutanasia”.

En este sentido, Sacristán añadió que cada vez son más los pacientes que, estando suficientemente informados “aceptan lo incuestionable”. Existen, no obstante, otros dos tipos de pacientes. Por una parte, aquellos que, con una posición fuertemente religiosa viven con naturalidad la muerte con calma, como el camino hacia una vida mejor. “Pero creo que hay pocos que viven la muerte así, ni siquiera muchos profesionales de la fe, como las monjas”. Finalmente, están los pacientes que niegan el proceso de su enfermedad terminal, que no quieren saber nada, no se quieren enterar.

Sacristán aseguró que “los cuidados paliativos son obligatorios en el Sistema Nacional de Salud. La eutanasia y el suicidio médico asistido son un derecho de la persona. Probablemente, el derecho más importante del individuo es decidir sobre su propia vida”.

Por su parte, Ignacio Sánchez-Cuenca, profesor de ciencia política en la Universidad Carlos III de Madrid, puso sobre la mesa la contundencia de la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS, año 2009) que hablaba expresamente de eutanasia y muerte digna. “Muestra que la sociedad está madura”, aseguró. Sánchez-Cuenca destacó cómo el 95% de los españoles respondió que desean tener derecho a la asistencia sanitaria que les permita no tener dolor al final de la vida. En una encuesta, “reunir un 95% es muy difícil”, destacó. También destacó cómo el 73% de los encuestados pidió que se regule por ley la eutanasia. Sánchez-Cuenca valoró explicó que hay muy pocas diferencias entre los votantes de distintos partidos. “Lo sorprendente es que más del 70% del electorado del PP quiere regular la eutanasia por ley”, destacó.

Según explicó, también una mayoría de votantes del PP se manifestó en 2004 a favor del matrimonio homosexual. Del mismo modo, cerca del 70% de votantes del PP y un 60% de las personas que se declararon católicas declararon que, de estar en fase terminal, desearían que los médicos les ayudaran a morir para evitar su sufrimiento.

“Quiero morir porque amo la vida”

Emilio de Benito, periodista de El País especializado en Salud, explicó cómo a nivel profesional le resultó gratificante haber conocido y podido escribir sobre la muerte de José Luis Sagüés, aquejado de un cáncer terminal de pulmón, y sobre pedro Martínez, enfermo de ELA. “Quiero morir porque amo la vida” y “Vivo en una cárcel que se estrecha” fueron los reportajes resultantes. De Benito criticó el inmovilismo de la OMC, con la guía que han aprobado recientemente junto con la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, para definir conceptos como cuidados paliativos y eutanasia, entre otros. A diferencia de Daniel Álvarez, portavoz de Sanidad en la Asamblea de Madrid por Ciudadanos, que aplaudió la iniciativa, De Benito consideró que “es dar pasos atrás”.

En este sentido, preguntó a los partidos políticos qué acción se puede tomar con grupos como la OMC y la Sociedad Española de Paliativos, que “aunque son representantes de una profesión, no defienden el sentir común de los ciudadanos”. De inmediato le respondió Álvarez, que se escudó en el peso de un órgano colegial y de una sociedad científica y de la importancia de definir términos. Por su parte, Freire, del PSOE, destacó el “impacto positivo” del actual presidente de la OMC, ya no tan inmovilista y más progresista.

El último miembro de la denominada Fila 0 en intervenir fue el experto en Bioética Javier Barbero. Sobre la regulación de la eutanasia, este apuntó a la existencia de “un conflicto de valores claro, entre la libertad que uno puede tomar para la gestión de su propio cuerpo y el valor de justicia, en el sentido de que la despenalización de la eutanasia no pueda llevar a que determinadas poblaciones depauperadas, excluidas etc, lo que en principio sería un derecho se convirtiera en una obligación”. Se refería de este modo a la hipotética posibilidad de que estos grupos de población “pudieran entrar en un proceso de eutanasia sin su voluntad”.

A su juicio, la izquierda debe velar porque se cumplan esas “garantías reales”. Según opinó, estas situaciones se producen “en un margen pequeño” en países con una ley de eutanasia. El acto continuó con un par de intervenciones desde el público, en que exigieron a los partidos políticos que legalicen la eutanasia en España. Luis Montes puso el punto y final con el deseo de que se abra el debate y que los partidos políticos incluyan en sus programas y apliquen las propuestas que DMD les ha hecho llegar al respecto. Se puede acceder al evento en diferido a través de la página web de DMD.

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