Un elefante y 38 poemas en 'La alegría de Aníbal', el nuevo libro de Javier Manzano Fijó
Un par de siglos antes del nacimiento de Cristo, el estratega cartaginés Aníbal Barca se propuso cruzar los Alpes con su ejército y 38 elefantes para plantar cara al todopoderoso Imperio Romano. Los mismos animales también le acompañaron en la conocida 'batalla del Tajo', con un río como protagonista que, en esta ocasión a su paso por Toledo, va a ser escenario de la puesta en escena de otro elefante, el que se ilustra en la portada de 'La alegría de Aníbal' (Huerga y Fierro, 2021), el último poemario de Javier Manzano Fijó.
El dibujo, de Noelia Manzano Fijó, precede precisamente a los 38 poemas que forman parte de esta obra que se “puede leer como si todos ellos fueran uno”. Y es que el autor, tal y como señala en una entrevista con este medio y se puede ver en sus anteriores publicaciones, no titula los versos que presenta en cada página. No hay epígrafes pero sí hay epílogo, escrito por su amigo y poeta Federico de Arce, quien precisamente se pregunta al inicio del mismo: “¿Quién es Aníbal? ¿Aníbal Barca?”.
“Hay varios Aníbal. El cartaginés es un gran estratega y un hombre muy valiente pero que al final es un derrotado que yo sospecho que da la batalla sabiendo que va a perder. Pero luego también está Aníbal Núñez, otro referente, que es un poeta no muy conocido pero que a mí me gusta mucho”, explica Manzano sobre la denominación de este poemario en el que traslada una idea que marca también su forma de vida: considerar a “la derrota como un punto de partida, pero para llegar a la alegría, que es lo realmente valioso”.
Aunque buena parte de los poemas de 'La alegría de Aníbal', o incluso todos, fueron escritos antes de que comenzara la pandemia, su autor cree que las reflexiones que plantea cobran ahora aún más sentido. Vivimos una etapa que, dice, “debería servir para reforzar la idea de que dedicamos muchísimo tiempo a cuestiones que quizás no merezcan tanto la pena”, así como para alejarnos de “la sensación de derrotismo y trabajar en cambiar este estado de cosas deplorables”.
A su juicio, el mundo está “mal”. Y de la crisis generada por la pandemia se han beneficiado “los de siempre”, “las grandes multinacionales y capitales”, mientras que “la desigualdad ha aumentado todavía más”. Ahora bien, siendo conscientes de esta situación, la decisión, explica, se balancea entre situarnos en “el desencanto o la derrota” o elegir, como en su caso, “la alegría”.
Fragmento del poema 11 de 'La alegría de Aníbal'
“A veces, la verdad no resulta verosímil,
pero siempre es real.
Una sustancia creíble
necesita matar al cerdo macho.
Ese animal que golpea las paredes de hormigón,
viaja en coches negros
y mira taimado al vacío
donde deberían estar los ojos.
Pero no estamos aquí para hablar de la tristeza,
sino de la alegría de Aníbal.
Cuando la mirada es algo inmóvil,
cuando vemos el final antes
de que el tiempo viva aplastado
definitivamente,
volvemos al futuro,
una y otra vez,
ese lugar en el que esperamos
y no deberíamos.“
La lentitud y la sencillez
“La pandemia también viene a demostrar otra cosa que me interesa que es la lentitud como algo bueno. Vivimos en un mundo donde todo es rápido y no miramos atrás ni a los lados. Se trata de consumir, consumir e ir rápido. Y resulta que en esa forma de actuar, que la propicia el sistema capitalista, dejamos de lado muchas cosas y acabamos destruyendo la naturaleza”, reflexiona Manzano, que aspira también a reflejar en su narrativa la preocupación que le caracteriza por “la ecología, lo común o la solidaridad”.
En este sentido, subraya que su libro se podría situar “dentro de una estética ecosocialista”. “Como yo la entiendo, la poesía es un lugar para la resistencia y para imaginar nuevos futuros. Es un sitio en el que uno se para, piensa, certifica el desastre pero decide seguir”, remarca sobre su manera de escribir, y de vivir. Un estilo que le aleja, en su día a día y en sus letras, del “elitismo”, porque cree que lo correcto es aspirar a “ser gente humilde que llegue a los demás, hacer un esfuerzo por hacernos entender y en donde lo popular y lo culto vayan de la mano”.
Esta premisa se refleja en su apuesta por la sencillez en la escritura, la misma que no impide en cada verso interpretar sus influencias poéticas o filosóficas. “Cuando lees un poema que en apariencia es más somero no quiere decir que no puedas sacar cosas. Pero no hay que obsesionarse con ver qué quiere decir un poema u otro”, señala Manzano, que entiende la poesía como “un ejercicio de intimidad” que, no obstante, ha de “llegar a la gente”.
Así, para dar a conocer esta última publicación y compartirla con la sociedad, el autor hará una presentación el próximo sábado, 4 de septiembre, en la plaza del paseo (¿Aníbal?) Barca de Pasaje -en el Casco Histórico de Toledo-, una actividad que se enmarca también en la programación del Festival Internacional de Poesía Voix Vives.
Se trata de un enclave que le gusta especialmente y con el que se puede relacionar también la metáfora que sigue el libro: “El río Tajo en la actualidad es una cloaca, pero si te pones en la Barca del Pasaje y ves todo el entorno dices: este sitio es maravilloso. Es un sitio ideal para vivir, disfrutar, para la alegría. Aunque todos sepamos que la alegría tiene esta cara b que es el estiércol” de un río que también cruzaron los elefantes de Aníbal, en una batalla que, según los últimos estudios, pudo darse en las cercanías de Driebes (Guadalajara).
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