La desatención del patrimonio municipal

Nos llama la atención que la Concejalía de Educación, Cultura y Patrimonio Histórico de Toledo quede absorbida por actividades culturales que se asemejan más al espectáculo y se prestan más a lo que hacen el resto de las concejalías del área de igual título: Festejos, Juventud y Cooperación e, incluso, estén más atentas al dictado de la Promoción económica, Innovación y Turismo. Y es que, más allá de las actividades culturales, no encontramos una política efectiva hacia la conservación y divulgación del patrimonio toledano.

Y es lo que hace la Concejalía con el patrimonio documental, que gestiona de forma ejemplar el Archivo Municipal; con las actividades teatrales, la danza y la cinematografía, que lo hace el Patronato del Teatro de Rojas y el Cineclub Municipal, o la enseñanza musical que lo realiza la Escuela de Música.Y es que, la corporación municipal no lo hace con su propio patrimonio municipal. A no ser que pensemos que el Ayuntamiento capitalino delegue esta actividad en el Consorcio de Toledo, dejando así la gestión de un servicio que se debería realizar directamente desde el consistorio.

Desde la muerte de Luis Pablo Gómez Vidales no se ha cubierto la plaza de gestor cultural del Ayuntamiento de Toledo, puesto que tendría que volver a convocarse con la responsabilidad de la gestión del patrimonio cultural, adaptándose así al nuevo organigrama del área municipal. Además de convocarse una plaza de arqueólogo para que supervisara los informes que, hoy por hoy, lo realiza una empresa contratada al efecto. Este equipo técnico de gestión del patrimonio cultural municipal, completado con un arquitecto del área de urbanismo sería el que se introdujese en el equipo redactor del nuevo POUM de Toledo que, hasta la fecha, ha sido redactado siempre desde el servicio de arquitectura, sin ninguna intervención de técnicos en gestión patrimonial.

“Carencias notables” en los bienes inmuebles

La gestión de los bienes inmuebles sigue presentando carencias notables, así, la Puerta del Cambrón no se incluye en el inventario de bienes inmuebles municipales, al igual que las murallas, puentes y puertas de la ciudad. La Casa de las cadenas, en la calle de las Bulas sigue cerrada y sin uso, deteriorándose. Sigue privatizado el uso de la Posada de la Santa Hermandad. Y, pese a los buenos deseos, sigue sin darse un uso adecuado al edificio histórico de la alhóndiga. Por último, debería ser iniciativa municipal pedir la incoación de los expedientes de declaración de elementos protegidos a los mausoleos históricos del cementerio de Nuestra Señora del Sagrario.

También el citado equipo de gestión debería realizar un inventario-catálogo de los bienes muebles patrimoniales que posee el consistorio, pues, hasta la fecha, no se ha realizado uno específico -solamente en el área del archivo municipal-, siendo imprescindible en una institución que tiene siglos de historia que ha acumulado un rico patrimonio mueble.

Y, aunque se anunció antes de las elecciones, no se ha puesto en marcha la apertura de un museo de la ciudad, bien en alguno de los inmuebles citados o en el complejo de San Marcos. Una ciudad que recibe millones de visitantes anuales debería contar con un instrumento de divulgación del patrimonio cultural de la ciudad de estas características.