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“Hay que redistribuir la renta mundial, no reubicar refugiados o mandarles en pateras”

Refugiados

Carmen Bachiller

El profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), experto en Hacienda Pública, y decano de su Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Juan José Rubio Guerrero, ha defendido la creación de una agencia tributaria internacional que, entre otras cosas, se ocupe de la persecución de los delitos económicos a nivel mundial.

Rubio cree que esta Agencia Tributaria Internacional serviría para resolver los cada vez más frecuentes problemas económicos, financieros y sociales a nivel internacional “que se han globalizado y ya no afectan a un único país”. Pone como ejemplo la crisis de los refugiados en Europa. “No es un problema de Italia, España o Alemania sino de toda la Unión Europea y si me apuras a nivel global”.

Cree que determinados conflictos “no pueden estar sujetos a la voluntad de cada país” y apuesta por instituciones económicas, jurídicas o institucionales que “ordenen” el proceso de prestación de bienes y servicios y que, además, sean capaces de propiciar una “redistribución de la renta” a través de la cooperación internacional además de una “estabilización económica por áreas” porque los países a título individual “ya no son capaces de influir en decisiones económicas mundiales”.

La “mala fama” del FMI y el Banco Mundial

¿Cómo hacerlo? Propone la creación de instituciones “poco a poco” y que, de forma “escalar”, pudieran incorporar estos planteamientos en su toma de decisiones, partiendo de modelos ya existentes como el de la OCDE o Naciones Unidas porque otras como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial para los que trabajó como consultor “tienen mala fama sobre todo en los países menos desarrollados por acciones del pasado”.

Cree que estas instituciones serían capaces, por un lado, de “pacificar” conflictos internacionales y pone como ejemplo el caso de Siria. “Se trata de poder actuar en este tipo de países con un mandato internacional que no sea voluntad exclusiva de países como Estados Unidos”.

Por otro lado, en su opinión, faltan instituciones capaces de redistribuir la renta mundial. “En lugar de financiar la reubicación de refugiados se trata, primero de pacificar la zona, y después buscar mecanismos para crear riqueza en los territorios de origen”. Algo que considera fundamental en lugares como África para que “en lugar de mandar a su gente en pateras se cree riqueza en sus territorios a través de industrias, de la formación… que anclen población al territorio”.

En tercer lugar aboga por una estabilización económica global a través de estas instituciones para evitar turbulencias financieras y pueda ayudar en fases de crisis económicas. “Los hacendistas estudiábamos hasta ahora estos temas a nivel nacional. Ahora nos hemos dado cuenta de que trascienden porque los servicios se demandan a nivel global y deben regularse, gestionarse y prestarse a nivel internacional”, sostiene.

Reconoce que la idea aún está en “proceso embrionario, muy académico” pero empieza a ser “analizada” por los políticos. Apunta que la financiación para estas instituciones de ámbito mundial podría llegar a través de una Agencia Tributaria Internacional. Recuerda que el G20 ya actúa de manera similar ante determinados asuntos económicos o incluso bélicos. “Lo que yo propongo sería más democrático porque habría participación colegiada por estamentos o áreas geográficas y no sería una imposición de los países ricos con respecto a los pobres”.

Se acabaría, en su opinión, con el actual modelo de préstamos que endeudan a los países más pobres. “Tú no me prestarías a mí. Sería una colaboración, en la que todos participamos” y defiende la puesta en marcha de impuestos internacionales, por ejemplo vinculados a la contaminación, que podrían nutrir la caja de la Agencia Tributaria Internacional así como otro “aproximado” al Impuesto sobre la Renta con aportaciones sobre 0,7% del PIB de cada uno de los países.

“Reino Unido va a pagar su salida de una Europa que ahora será más fuerte”

Recuerda que existen ya mecanismos similares para financiar el presupuesto de la Unión Europea. “Se trata de hacer un procedimiento escalar y en lugar de hablar de un área geográfica o económica concreta como la Unión Europea, integrar áreas económicas y monetarias”. Algo que, por otro lado, ve “compatible” con el Brexit.

“El Reino Unido ha dado un paso en sentido contrario a lo que propongo pero estoy convencido de que lo va a pagar. Además, su salida dará lugar a una Europa más fuerte”. Cree que su vinculación con Estados Unidos o Canadá dará lugar a un área económica anglófona que se sumaría a otras como Mercosur-Pacífico. “Se están creando grandes áreas económicas que al final tendrán que reconocerse y colaborar”. Señala que “eso sería ya una aproximación a lo que estoy planteando. ¿Qué es muy académico? ¿Qué es muy utópico desde la perspectiva actual? Lo es. Pero es el camino y estoy convencido de que en un plazo de 50 años veremos algo parecido”.

Lo compara con lo que ocurría en 1953 cuando se constituyó la CECA (Comunidad Europea del Carbón y el Acero), germen de la Unión Europea. “Nadie pensaba que tendríamos una moneda común. Ahora estoy convencido de que tendremos una moneda única mundial”.

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