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El río Tajo ha perdido en 20 años casi el 15% de sus aportaciones de agua

Río Tajo

Alicia Avilés Pozo

Tras la firma del denominado Acuerdo de París surgido de la última Cumbre del Clima, la situación del cambio climático ha pasado a ocupar un lugar más relevante a la hora de determinar y gestionar recursos como el agua. Las consecuencias de este fenómeno y la disponibilidad del agua en España conforme al estado de sus ríos ha llevado a Ecologistas en Acción a realizar un análisis detallado de cada una de las demarcaciones hidrográficas del país. Según este estudio, el río Tajo ha perdido en 20 años casi el 15% de las aportaciones de agua recibidas.

En este informe, que se presenta en vísperas del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, se desvela que como consecuencia de la reducción de las precipitaciones y el incremento de las temperaturas, se prevé para los próximos años una reducción en las aportaciones de agua a los ríos. Sin embargo, constata que este proceso ya se está produciendo en las últimas dos décadas y, además, en todas las demarcaciones hidrográficas españolas.

Esta reducción generalizada se ha producido en el periodo 1996/97- 2005/06, con relación al periodo 1940/41- 1995/96, con una media del 14,3 % para el conjunto del país. Además, los descensos se han producido de forma desigual, tanto por demarcaciones, como incluso dentro de la misma cuenca. En el caso del Tajo, la bajada de aportaciones de agua se sitúa en un 14,4%, pasando de los 10.533 hectómetros cúbicos de aportación anual media entre 1940 y 1995, a los 9.012 hectómetros cúbicos al año en el periodo de 1995 a 2005. Se da la circunstancia de que dentro del periodo 1996-2005 las precipitaciones se situaron por encima de la media y se consideraron en periodo de sequía tan sólo dos años.

En toda España, el volumen medio de agua que recogen los cauces fluviales españoles se ha reducido en un 20% como resultado de la escasez de precipitaciones y, muy especialmente, por la subida de las temperaturas. El estudio apunta así que los compromisos en la reducción de los gases de efecto invernadero por parte de los estados “nos condenan a un aumento de la temperatura superior a los 3 grados centígrados”, lo que se traducirá en un “continuo agravamiento de la escasez hídrica”.

Sin medidas reales para frenar el deterioro hídrico

A ello añade que España carece actualmente de unas medidas reales que frenen el deterioro hídrico dado que, a pesar del evidente agravamiento de los periodos de sequía, los planes hidrológicos “plantean un incremento neto del 10% de su uso debido, principalmente, a su aumento en las superficies dedicadas a los cultivos de regadío”. A juicio de Ecologistas en Acción, esta situación llevará tanto a “un auténtico colapso” en materia de agua, como a “gravísimas consecuencias medioambientales, sociales y económicas que nos alejan de las acciones que deberíamos tomar para frenar la desertificación”.

Este colectivo aboga así por abandonar cualquier acción que conlleve un incremento del gasto hídrico e incluso la reducción de superficies destinadas a los cultivos de regadío hasta un máximo de entre 3 a 3,2 millones de hectáreas. En este sentido, “no debería crearse ni una sola hectárea más de este tipo de cultivo en España” y se ha de apostar por la “eficiencia hídrica” mediante la modernización de los regadíos, la reutilización de aguas residuales depuradas o el fomento de plantaciones con un consumo menor de este elemento.

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