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Blas Herrero, el dueño de Kiss TV, desembarca en Castilla y León con licencias de televisión local en las nueve provincias

El empresario Blas Herrero

Laura Cornejo

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El empresario asturiano Blas Herrero, dueño de Kiss FM, ha conseguido la adjudicación provisional de licencias de Televisión Digital Terrestre (TDT) local en las nueve provincias de Castilla y León, según ha podido saber elDiario.es. La Junta de Castilla y León había convocado el concurso en junio de 2019 con 63 licencias y se prorrogó hasta septiembre de 2020 la apertura de ofertas. De las 63 en juego, 39 han quedado desiertas. Kiss Radio SA se hace con licencia en Ávila, Burgos, León, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora.

El desembarco de Herrero en Castilla y León se produce meses después de que el empresario, apoyado por un grupo de inversores, hiciese una oferta a Prisa para comprar sus medios por una cantidad que rondaba los 150 millones de euros, y que fue desestimada por el consejo de administración y calificada como “impresentable”, por considerarla muy a la baja.

Herrero, empresario de radio, tan solo tenía una licencia de TDT que consiguió en 2015, otorgada por el Consejo de Ministros en tiempos de Mariano Rajoy. En ella tan solo replica contenidos de Discovery, no tiene producción propia. Cuál es su objetivo en Castilla y León es una incógnita, pero difícilmente se entendería que montase centros de producción en las nueve provincias para hacer lo mismo que hace en Kiss TV. De hecho, para acceder al concurso había que presentar un proyecto de programación, entre otras cosas. Así, entre los criterios que se valoran está esa propuesta de programación, la producción propia de programas y la emisión de contenidos relacionados con los municipios de la demarcación de la licencia a la que se opta.

Las nuevas licencias que ha otorgado la Junta podrán explotarse durante 15 años. Entre las obligaciones de los adjudicatarios están el cumplimiento del horario mínimo al que se hayan comprometido en su solicitud de participación en el concurso, que establece un mínimo de emisión en todas las demarcaciones de siete horas diarias y cincuenta semanales. En esas horas mínimas no pueden computar emisiones meramente repetitivas o, en su caso, las consistentes en imágenes fijas, ni los tiempos dedicados a publicidad, televenta y a juegos y concursos promocionales, incluidas las emisiones consistentes en consultas y juegos a distancia en directo con participación del público. Además, los adjudicatarios están obligados a disponer de los estudios de producción en un municipio del ámbito de cobertura de la demarcación correspondiente a la licencia durante toda su vigencia.

Posible alternativa a Ulibarri, el 50% de Televisión Castilla y León acusado en Gürtel

Herrero podría constituirse como una alternativa en la actual corporación Televisión Castilla y León, formada por las teles de Promecal, del empresario burgalés Antonio Miguel Méndez Pozo y las de Edigrup, del leonés José Luis Ulibarri, acusado en dos causas de Gürtel e imputado en Púnica y Enredadera. La Junta de Castilla y León financia con subvenciones directas de 20 millones anuales lo que fue el gran proyecto del expresidente Juan Vicente Herrera, que optó por la corporación privada para crear una televisión autonómica. Las relaciones entre Promecal y Edigrup no pasan por su mejor momento debido a los problemas judiciales de Ulibarri. La situación es tan apurada –solo en una de las piezas de Gürtel la Fiscalía pide para él 14 años de cárcel– que ha tenido que abandonar todos sus cargos en Televisión Castilla y León, si bien es su hija Adriana la que ocupa su lugar en la tele y a la cabeza de los medios de comunicación que posee, desde radios a periódicos. El temor de la corporación es perder la millonaria subvención si Ulibarri acaba condenado en alguna de las causas que tiene pendientes. Incluso con su hija a la cabeza, si las acciones de las empresas siguen siendo de él, las subvenciones públicas quedarían comprometidas.

La única licencia de TDT autonómica es la que la Junta concedió a la corporación, así que la salida no es sencilla. Al menos hasta que acabe el plazo de concesión, en diciembre de 2023. Para entonces, la Junta deberá convocar de nuevo el concurso de adjudicación y, en ese momento, Blas Herrero podría estar asentado y cumplir con los requisitos imprescindibles del concurso. El empresario asturiano ya quiso hacerse con la licencia autonómica en 2008. Se presentó al concurso, pero carecía de uno de los requisitos más importantes, el de tener centros de producción en todas las provincias. Pero aún hay otras opciones que son más complicadas: una es que Promecal rompa con Ulibarri y busque la alternativa y otra que Herrero compre a Ulibarri su parte del pastel televisivo. En cualquier caso, desde la Corporación Televisión Castilla y León aseguran que no ha habido un solo movimiento de Herrero en ese sentido.

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