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El polvorín de las Cortes de Castilla y León que preside Vox: del “decoro” que se iba a imponer a los insultos y los gestos obscenos

Los portavoces de los grupos parlamentarios en las Cortes de Castilla y León ante el presidente de la cámara, Carlos Pollán.

Laura Cornejo

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El pacto de gobierno entre PP y Vox en Castilla y León incluyó dejar la presidencia de las Cortes en manos del partido de extrema derecha. Carlos Pollán juró su cargo comprometiéndose a que el “decoro” volviese a “imperar” en el Parlamento, a ser “un presidente al servicio de todos, cercano” y que trataría de “favorecer el diálogo”. Y desde entonces, en año y medio, el hemiciclo ha sido escenario de insultos, gestos obscenos y trifulcas.

La última se produjo el pasado miércoles, cuando Pollán se negó a retirar del Diario de Sesiones las palabras de una procuradora de su partido que se refirió a “la dictadura del señor Sánchez”. El presidente de las Cortes apeló a la libertad de expresión e intentó incluso cortar la intervención de la procuradora socialista Patricia Gómez Urbán.

El “decoro” ha estado ausente prácticamente desde que arrancó la legislatura, fundamentalmente por las salidas de tono del vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo y la incapacidad de Pollán para tirar de Reglamento, que han convertido las Cortes en un polvorín. De “imbécil” y “presunto delincuente” tildó García-Gallardo en septiembre de 2022 a su antecesor en el cargo, Francisco Igea que, atónito, recibió los insultos mientras Pollán le instaba a terminar su intervención.

Lo mismo le ocurrió al líder de Unidas Podemos, Pablo Fernández, en la sesión del día siguiente, cuando en pleno debate, fue increpado por procuradores de PP y Vox mientras el vicepresidente de las Cortes, Francisco Vázquez (PP), instaba a Fernández a concluir. La situación se tensó tanto que, sin ser consciente de que tenía el micrófono abierto, comentó: “Estoy por suspender la sesión, estoy por suspender la sesión y la reanudamos esta tarde, que se jodan”. No suspendió pero sí hizo un receso.

García-Gallardo, que suele increpar a los intervinientes de la oposición cuando se encuentran en el atril, de manera que los micrófonos no suelen registrar lo que dice, ha tenido intervenciones especialmente desafortunadas. En una ocasión en la que se debatía sobre discapacidad llegó a espetar a una procuradora socialista con capacidades distintas: “Le voy a contestar como si fuese una persona como todas las demás”. Además, afirmó que el PSOE insta a los padres a “triturar” a niños con discapacidad “en el vientre de sus madres”. Los abucheos y las protestas en el Pleno son habituales, y también el cuestionamiento de Pollán a la hora de aplicar el Reglamento. Sí lo hizo cuando García-Gallardo se refirió al PSOE como “banda criminal”. El presidente de las Cortes preguntó hasta tres veces al vicepresidente de la Junta si retiraba esas palabras, algo a lo que este se negó contumazmente intentando argumentar por qué lo consideraba así. Pollán tomó la decisión de retirar la frase del Diario de Sesiones, lo que provocó, según fuentes de Vox, que la relación entre ambos se enfriase.

La “peineta” de Mañueco y el supuesto gesto de felación de García-Gallardo al PSOE

Pero en las Cortes no hay sólo insultos, también gestos. Hace dos semanas, la socialista Patricia Gómez Urbán alertaba de que García-Gallardo estaba haciendo un gesto “obsceno”, en concreto de “felación” a la bancada del PSOE, lo que generó revuelo en todo el hemiciclo mientras que el vicepresidente de la Junta lo negaba y aseguraba que el gesto que había hecho era de “llorar”. “Ya verá cuando se vea en las imágenes que vergüenza”, le decía Gómez Urbán. Sin embargo no había imágenes: en el momento del gesto intervenía en el atril un procurador socialista y la retransmisión de las Cortes nunca hace planos de las bancadas, como mucho ofrece un plano general cuando se cambia de interviniente. Menos suerte tuvo Mañueco unos meses antes, a quien un fotógrafo captó haciendo una “peineta” mientras la socialista Rosa Rubio presentaba en el atril una moción sobre celiacos. La Junta se apresuró a negar que ese gesto fuera intencionado e insistió en que la cámara captó algo “involuntario”. Sin embargo, al día siguiente un vídeo de Televisión Española mostró que la “peineta” fue intencionada. En las imágenes se puede ver cómo Mañueco, de espaldas a Rubio que le estaba reprochando que se fuese, hacía ese gesto mirando hacia la bancada del PP.

La supuesta “felación” que no fue captada en imágenes ha provocado que en el Pleno del pasado martes, el PSOE colocase una cámara enfocando a García-Gallardo, en la tribuna de invitados, una zona considerada prohibida porque en más de una ocasión se han hecho y publicado fotos detalle de las pantallas y ordenadores de los procuradores. La presidencia ordenó retirar la cámara. Aún así, la situación provocó incomodidad en el vicepresidente, que el pasado miércoles llegó a apuntar con su móvil al cámara de una agencia de noticias que estaba haciendo su trabajo en el hemiciclo. El cámara publicó en X un post en el que se ve cómo García-Gallardo le mira y disimuladamente orienta el móvil hacia él. Ese post fue citado por el Grupo Parlamentario Vox, que tachó al cámara de “peón” del PSOE al tiempo que recriminaba que hubiese estado “cinco horas” haciendo un “plano fijo” del vicepresidente.

Pero más allá de los insultos, las peinetas o los señalamientos a la prensa, el presidente de las Cortes despidió el 2022 con uno de los momentos más chocantes en toda la historia del Parlamento. Ocurrió cuando se votaba la Ley de Medidas que acompaña al Proyecto de Presupuestos y PP y Vox votaron a favor de todas las enmiendas del PSOE. Casi de inmediato, cuando en la pantalla se proyectó el recuento y en sentido de los votos, empezaron los aplausos, los silbidos y las voces. Rápidamente el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Raúl de la Hoz, intervino para pedir que se repitiese la votación, algo que prohíbe el Reglamento, y a lo que el PSOE se opuso. Pollán abandonó el hemiciclo y no apareció hasta pasada más de una hora para anunciar que no se podía anular la votación. La solución llegó en febrero cuando PP y Vox votaron contra su Ley de Presupuestos con las medidas de acompañamiento del PSOE y el proceso tuvo que volver a empezar.

No todo lo que pasa en las Cortes pasa en el hemiciclo. A Pollán se le recrimina además que imponga en la institución la agenda de Vox. El edificio de las Cortes ha dejado de iluminarse en violeta el Día Internacional Contra la Violencia de Género, tampoco el Día del Orgullo. En este último caso, el PSOE desplegó una bandera arcoíris desde las ventanas del Grupo Parlamentario Socialista, lo que provocó que el presidente de las Cortes instase a su retirada o intervendría seguridad para hacerlo. Desde las Cortes ya no se condenan asesinatos por violencia machista sino que se lamentan fallecimientos.

Este año no se ha concedido la Medalla de Oro de las Cortes porque la propuesta de Pollán no obtuvo el apoyo esperado. Él proponía para la Medalla a la Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil, mientras que el PSOE quería que fuese para el operativo de incendios, que incluye no sólo a los brigadistas o agentes medio ambientales, también a cuerpos de seguridad como la Guardia Civil. El Partido Popular también tenía otra propuesta que no coincidía con la de su socio de gobierno.

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