La Justicia abre la investigación contra el 'Monchín' Rafael R.L. por celebrar a tiros la Nochevieja de 2018 con un subfusil
La celebración a tiros de la Nochevieja de 2018 o la entrada del Nuevo Año 2019 podría resultar cara al 'Monchín' Rafael R.L, después de que el Juzgado de Instrucción número 4 de Valladolid haya acordado transformar las diligencias en sumario contra el investigado por delito de tenencia y depósito de armas de guerra, según informaron fuentes del caso.
El auto, recurrido en reforma ante el propio juez y, subsidiariamente, en apelación ante la Audiencia Provincial, ha sido confirmado en ambos casos, con lo que continúa adelante el sumario contra el 'Monchín' por tenencia de armas sin licencia o permiso, aunque Fiscalía de Valladolid anticipa ya que los hechos consisten en la tenencia y depósito de armas de guerra, en concreto de un subfusil.
Aunque no ha sido aprehendido material alguno, la acusación pública refiere que a tenor de los vídeos incorporados al procedimiento el arma utilizada por el investigado es un subfusil Ingram MAC 10, considerado como arma de guerra y que, por ello, su tenencia podría conllevar una pena de hasta diez años de cárcel.
El incidente se produjo en la madrugada del día 1 de enero de 2019 cuando el 'Monchín', quien se hallaba acompañado de su hijo José Enrique, contra quien se sigue procedimiento abreviado, efectuó varios disparos al aire en las inmediaciones de su domicilio en la calle Duero, en el barrio de Las Viudas.
“Un rito gitano más”
Rafael R.L. fue citado a prestar declaración indagatoria el pasado día 18 de febrero ante el juez instructor, si bien se acogió a su derecho de no declarar. Sí lo hizo en enero de 2019 en sede judicial para alegar que aquella noche se encontraba tirando petardos y que alguien cuya identidad no recuerda le pasó el arma con la que efectuó una ráfaga de tiros de fogueo al aire, en lo que calificó entonces como “uno más de los ritos gitanos”.
El 'Monchín', que fue condenado en 2005 y 2006 a penas que suman siete años de cárcel por tráfico de drogas, ya fue detenido el 29 de octubre de 2015 por un delito de tenencia ilícita de armas, tras ser interceptado en el bar 'Esquila', en el barrio de Pajarillos, en posesión de una pistola y dos cargadores municionados.
Alegó entonces que se hizo con el arma con el fin de proteger su vida por temor del regreso a Valladolid del clan de los 'Miguelones', uno de cuyos miembros fue condenado en 2006 por la muerte a tiros, dos años antes, de un sobrino suyo.
Además de Rafael y su hijo José Enrique, la policía detuvo aquellas Navidades a otras tres personas más por hechos similares, los también padre e hijo J.R.G. y A.R.S.J, de 58 y 24 años, respectivamente, por la autoría de los disparos en Las Viudas con una escopeta de cañones recortados, y a otro varón, A.J.J, por disparar un arma corta en Pajarillos.
En el caso de J.R.G. y su hijo A.R.S.J, el Juzgado de Instrucción número 3, por auto de fecha 8 de julio de 2019, dictó el sobreseimiento de las actuaciones al no aparecer debidamente justificada la perpetración del delito que dio motivo a la formación de la causa contra ellos.
Arma real o una simple detonadora
La razón no es otra que la dificultad de certificar que el arma utilizada por padre e hijo, que la Brigada de Policía Científica cree que, por las imágenes de la grabación de vídeo, pudiera tratarse de una escopeta de caza semiatomática con el cañón recortado, no sea en relidad un arma detonadora.
“Aunque del estudio de las imágenes resulten otros indicios como la munición utilizada y el movimiento de retroceso de la escopeta al ser disparada, de los que se pueda concluir que el arma es auténtica, lo cierto es que el simple hecho de que se admita la posibilidad, aunque sea muy poco frecuente, de que existan armas detonadoras de las mismas características, hace imposible atribuir a los investigados la comisión de un delito de tenencia ilícita de armas”, alega el instructor, por los que en este caso acuerda el sobreseimiento provisional de las actuaciones.
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