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El Gobierno aprueba fondos para arreglar un embalse de Burgos que pierde agua tras 20 años en construcción

La presa de Castrovido durante su construcción

Javier Ayuso Santamaría

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El embalse de Castrovido, en la comarca burgalesa de la Sierra de la Demanda, suma un nuevo problema. Tras veinte años desde que se puso en marcha el proyecto la obra no acaba de ser rematada y su puesta en marcha se complica. El Gobierno ha ratificado este martes la declaración de obras de emergencia parar tratar de solucionar su problema con un sumidero que dificulta el llenado y que, fruto de esta dificultad, “se podrían producir daños de entidad aguas abajo del embalse por la posible puesta en carga”.

Así lo ha reconocido el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico quien además ha explicado que, después de casi dos décadas desde que se empezó a mover tierras, se realizarán trabajos de sondeos y ensayos geosísmicos para investigar las características del entorno, así como la restauración ambiental de la zona afectada por las obras. Este proyecto cuenta con un presupuesto de 1,8 millones de euros, que suman a los más de 250 millones que la presa burgalesa ha precisado hasta la fecha.

Las actuaciones, según el Miteco, buscan el mantenimiento del llenado del embalse y disminuir la permeabilidad del macizo rocoso, “para garantizar la seguridad aguas abajo de la presa”. Asimismo, insisten en que la intervención es necesaria, según los datos hidrológicos disponibles, ya que “existe un importante riesgo de que durante los primeros meses del año hidrológico 2022-2023 se sobrepase la cota de entrada del sumidero localizado”.

El desarrollo de los trabajos se realizarán en dos fases. La primera, se contratará asistencia técnica a la Dirección Facultativa para labores de seguimiento de las obras, y apoyo en la toma de decisiones. La segunda abordará el sellado del sumidero, en el que se incluyen trabajos de sondeos y ensayos geosísmicos para investigar las características del macizo, así como la restauración ambiental del entorno afectado por las obras. 

Sumidero inesperado

Este sumidero, según explicó la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) a este periódico, se ha localizado durante el llenado de la presa, iniciado en 2021: “Durante la fase de puesta en carga, dentro de los trabajos de inspección realizados durante la primera fase de llenado, sin que se tuviera constancia del mismo previamente, se detectó la existencia de un sumidero, situado aguas arriba de la presa y en una zona aún no cubierta por las aguas”. En un principio, el llenado estaba previsto para que se realizase durante dos años, comenzando en junio de 2021, y con esta fuga se pone en duda el calendario fijado una vez más.

Ese sumidero inesperado –y no detectado en dos décadas de proyecto– tiene paralizada la segunda fase de carga de la presa, la que se considera como embalse principal, con la mayor capacidad de almacenamiento. La primera etapa se alcanzó en diciembre de 2021 y supone solo el 11% de la capacidad total de agua que es capaz de albergar, con un volumen cercano a los cuatro hectómetros cúbicos. Desde mediados de año que se detectó, Castrovido espera un nuevo parche a los problemas que van surgiendo durante su construcción.

Este tipo de fuga de agua en los embalses puede ser habitual, según fuentes consultadas por este periódico, y se debe a que en ocasiones los estudios no contemplan bien el peso que ejerce la propia agua, por lo cual pueden aparecer estas fisuras. También, han explicado, que, dependiendo de la composición del suelo, este líquido tiende a buscar una escapatoria natural de ahí que existan estas cavidades. Lo que no se entiende es que se haya detectado ahora y no en una fase más temprana.

El procedimiento de detección de este tipo de sumidero, según han detallado el Ministerio de Transición Ecológica, se ha realizado durante la inspección de las las zonas del vaso del embalse que quedarán sumergidas “con el fin de verificar un adecuado comportamiento del conjunto”. Previamente al siguiente escalón de llenado, y fruto de esa revisión del vaso del embalse realizada con mayor profundidad, se detectó la existencia de un sumidero en el cauce del arroyo Vaquerizas (afluente del río Arlanza por su margen derecha, que lleva agua de forma intermitente), en una zona que quedará inundada por el embalse de Castrovido una vez se termine de llenar.

La gran superficie que ocupa el vaso del embalse de Castrovido y las reducidas dimensiones que tiene este sumidero hacen que su detección no se haya producido en fases tempranas y sea ahora, con la inspección en detalle de las zonas del vaso del embalse que quedarán sumergidas en cada etapa de llenado parcial, cuando se haya descubierto su existencia y se vaya a proceder a su sellado.

Más de 20 años de retrasos

Hay que recordar que este proyecto, situado en la parte alta del río Arlanza, aspiraba a regular las inundaciones que afectaban más allá de Salas de los Infantes y servir de reserva para los usos agrícolas. Entre los años 80 y 90 comienza a idearse y no es hasta el año 2000 cuando el Ministerio de Medio Ambiente lo aprueba. Se tarda otros cuatro años más para poner la primera piedra y se da una estimación de prologarse las obras hasta 2007. Tres años de construcción que se han dilatado hasta finales de 2020, cuando se dio por finalizada y comenzaban las tareas para empezar a preparar el llenado. Y aún así, la presencia de un sumidero pone en jaque el rendimiento de la prensa.

Además de los numerosos retrasos, rechazo de los pueblos vecinos y el accidente que costó la vida a cuatro trabajadores y en el que otros dos resultaron heridos de gravedad, el plan para el embalse ha sufrido numerosas modificaciones, el plan inicial poco o nada tenía que ver con el actual debido a los constantes cambios: al principio contaba con 75 millones de presupuesto para ser luego ampliados hasta los 100 millones. Quizás una de las modificaciones más significativas se dio en 2010, cuando el Gobierno autorizó la modificación del contrato de ejecución para cambiar de redefinir la cimentación de la presa en aras de aumentar la seguridad. Esta actuación supuso aumentar en más de 95 millones de euros el coste de construcción. El constante aumento de presupuesto, hasta los más de 250 millones dan una muestra de todas las alteraciones sufridas.

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