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La Audiencia de Barcelona dicta el ingreso en prisión del Robin Hood de los bancos

Enric Duran, el Robin Hood de los bancos, en el centro de la imagen, junto a unos compañeros, en una foto de archivo.

Noelia Román

Barcelona —

La Audiencia de Barcelona ha ordenado el ingreso en prisión de Enric Duran, más conocido como el Robin Hood de los bancos. El activista, sin embargo, no tiene constancia de la noticia, lanzada hoy por Catalunya Ràdio. Fuentes cercanas a Duran, que se enfrenta a una pena de ocho años de cárcel acusado de haber estafado casi medio millón de euros a diferentes entidades bancarias, han asegurado a este diario que el afectado no ha recibido ningún tipo de comunicación oficial de esta decisión. A su domicilio familiar de Vilanova, señalan, no ha llegado ninguna nueva notificación de la Audiencia de Barcelona.

Según Catalunya Ràdio, los jueces de la Audiencia de Barcelona encargados del caso han decidido ordenar la búsqueda y captura de Duran por eludir reiteradamente a la Justicia, y tras considerar agotadas todas las vías para dar con su paradero, desconocido desde que el pasado 12 de febrero no compareció ante el tribunal que debía juzgarle. El entorno del activista, que tiene prevista una reunión mañana para tratar de la situación, esgrime, sin embargo, que a Duran ni siquiera se le ha asignado un abogado de oficio para poder ejercer su defensa.

La falta de confianza en el que tenía fue el motivo aducido por Duran para justificar su no comparecencia en el juzgado el pasado 12 de febrero y en la citas sucesivas. Desde entonces, sin abogado y acogido a la desobediencia, el Robin Hood de los bancos permanece ilocalizable, aunque no desaparecido. A través de su blog, el activista ha reflexionado sobre el proceso en particular y, más en general, sobre un sistema que considera injusto, desfasado y antidemocrático.

Duran confesó, en 2009, haber estafado 492.000 euros a 39 entidades bancarias con el fin de financiar determinados movimientos sociales y, de paso, poner en evidencia al sector financiero. La denuncia de algunos de los bancos estafados le supuso entonces pasar dos meses de prisión. Enfrentado ahora a ocho años de cárcel, de nuevo por un supuesto delito de estafa y de insolvencia punible, el activista ha hecho saber a su entorno que hará todo lo posible para no repetir la experiencia carcelaria.

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