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Barcelona instalará sensores y controlará el acceso a las playas a partir del lunes para evitar las aglomeraciones

Primer día de uso deportivo de las playas de Barcelona

Oriol Solé Altimira

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El Ayuntamiento de Barcelona volverá a permitir el baño –de forma oficial, porque varios ciudadanos han hecho caso omiso a la prohibición– en sus playas a partir de este lunes si la capital catalana pasa a fase 2. Pero la vuelta al mar también estará condicionada por las medidas de distanciamento físico obligadas para evitar un rebrote del coronavirus.

La temporada de verano de Barcelona tendrá como novedad la presencia de “vídeosensores”, que controlarán la ocupación de la arena pero no desvelarán la identidad de los bañistas, en todas las playas y controles de acceso en las playas más populares. El concejal de Ecología, Eloi Badia, ha pedido además a la ciudadanía que antes de acudir a las playas consulte en la web municipal el estado de ocupación de las playas antes de salir de casa. Las playas se clasificarán en cuatro tipos: ocupación baja, media–baja, media–alta y alta.

“No habrá saturación de espacio durante las primeras semanas, lo que tenemos que hacer entender ahora a la gente es distribuirnos de forma correcta. No irnos todos a primera línea de mar”, ha aseverado Badia, que sí prevé mayor volumen de bañistas a partir de la segunda quincena de julio y el mes de agosto, coincidiendo además con la llegada de los primeros turistas.

La afluencia máxima en el conjunto de playas, ha explicado Badia, no podrá pasar de las 38.000 personas, que deberán mantener las distancias de seguridad. Para ello el Ayuntamiento controlará el aforo de las playas mediante videosensores, que detallarán el nivel de ocupación de cada playa. En las playas de mayor afluencia, como la Barcelona, Sant Miquel o Somorrostro, se instalarán además vallas de madera y puntos de acceso, que impedirán el paso cuando la playa se sature. Badia ha cifrado en 700.000 euros el coste del dispositivo para controlar la afluencia a las playas.

“Es importante que hagamos un cambio de hábitos: antes de salir de casa, mirar la ocupación de la playa a la que queremos ir para no ir a las de menor ocupación”, ha afirmado Badia, que ha insistido en la “corresponsabilidad” de la ciudadanía –distribuirse en las distintas playas y en todas las franjas horarias– para evitar la saturación.

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