Barcelona dedica una plaza a Sonia Rescalvo, asesinada por ser transexual
Sonia Rescalvo Zafra, asesinada hace 30 años por el mero hecho de ser una mujer transexual, tendrá una plaza a su nombre en Barcelona desde este miércoles. La placa oficial se estrenará coincidiendo con el homenaje que se le dedica cada 6 de octubre y en el mismo lugar en el que fue golpeada hasta la muerte por un grupo de neonazis: la explanada del Parque de la Ciutadella junto a la cascada monumental.
El Ayuntamiento de Barcelona ha organizado para este miércoles un acto con los distintos colectivos LGTBI de la ciudad, que fueron los que propusieron incluirla en el nomenclátor. En la placa, que descansará sobre una base al lado de la cascada, se leerá su nombre entero, Sonia Rescalvo Zafra, acompañado de una breve descripción: “Mujer trans. Asesinada por un grupo fascista”.
Rescalvo murió la madrugada del 6 de octubre de 1991 tras ser brutalmente golpeada por seis nazis vinculados a los ultras del Barça 'Boixos Nois'. Mientras dormía al raso en el Parque de la Ciutadella junto a una compañera, Doris, esta mujer trans, que tenía 34 años, fue asaltada y golpeada hasta su muerte. Su caso, considerado uno de los primeros crímenes de odio registrados en España, provocó una oleada de indignación dentro de la comunidad transexual y supuso un antes y un después en la lucha contra la LGTBIfobia, sobre todo en Catalunya.
Si hasta ahora se conocían pocos detalles de su vida, elDiario.es pudo aportar recientemente documentación y testimonios para reconstruir parte de su trayectoria. Rescalvo nació en un pueblo de Cuenca el 12 de octubre de 1956 y llegó a Barcelona muy joven, para poder vivir su identidad con mayor libertad. Durante años fue artista y vedet en distintos teatros y clubs de striptease, pero encadenó dos relaciones sentimentales turbulentas que la llevaron a la depresión y posteriormente al consumo de drogas, según explica su excompañera de piso, la cabaretera retirada Silvia Reyes.
En una entrevista concedida a la revista ‘Lib’ a finales de los 70, cuando tendría poco más de 20 años, Rescalvo ya se reivindicaba sin complejos como mujer transexual. “Yo no me considero travesti, pues durante todo el día soy una mujer”, aseguraba.
Tras su muerte, los colectivos LGTBI convirtieron la glorieta del Parque de la Ciutadella, el punto exacto en el que dormía esa noche, en un espacio de recuerdo y memoria. Ya en 1993 la Coordinadora de Frentes de Liberación Homosexual del Estado Español instaló allí una placa en su nombre y en 2013 el Ayuntamiento de Barcelona colocó una panel informativo con el nombre “Glorieta de la Transexual Sonia”.
Pero esta vez el consistorio va un paso más allá y Sonia Rescalvo entra oficialmente en el nomenclátor, en la que es la primera persona transexual que integra el callejero de Barcelona y probablemente de cualquier otra ciudad española. Para hacerlo posible, el Ayuntamiento no solo ha tenido que someterlo a validación por la ponencia del nomenclátor –se aprobó el pasado mes de junio junto a otros 20 nombres–, sino que ha tenido que crear una plaza que hasta ahora no existía, puesto que era solamente una explanada.
Jordi Rabassa, concejal de Ciutat Vella y de Memoria Democrática, defiende que el cambio de nombre es fruto del proceso de “democratización” del callejero, que se ha abierto a “colectivos que tradicionalmente no habían tenido espacio en él”. Otro ejemplo que se aprobó junto a Rescalvo es el de Idrissa Diallo, un joven interno del CIE de Barcelona que falleció en 2012, y que dará nombre a la actual plaza Antonio López López, el Marqués de Comillas. “Es un homenaje a Sonia Rescalvo y a todas las mujeres trans, porque supone la ocupación del espacio público por parte de un colectivo que hasta ahora había sido menospreciado”, valora el edil.
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