Trabajaban en precario porque, primero la figura del fotógrafo de plantilla no estaba instaurauda, la mayoría eran freelance y tenían que hacer la fotografía, ir a casa, positivar, correr hacia la redacción, llegar antes que el resto y vender la imagen. Una instantánea que conseguían subidos a farolas y árboles, estirados por los campos de fútbol y asistiendo a todas las recepciones y banquetes. Siempre cargados con máquinas y trípodes, compitiendo a codazos, compartiendo inevitablemente espacio.
Los políticos, obreros, deportistas y bellezas ponían ante sus objetivos. Corrían arriba y abajo de una Barcelona que se modernizaba, a golpe de manifestaciones y grandes eventos, en un momento en que periódicos y revistas atraían sus lectores a base de fotografías de actualidad cada vez más espectaculares.
Entre 1900 y 1939 sus rostros eran conocidos, su actividad, noticia. Hoy, han perdurado algunos nombres. La mayoría, sin embargo, han caído en el olvido. De ahí la importancia del libro Reporteros gráficos. Barcelona 1900-1939, un intento de reconstrucción de nuestra memoria gráfica, amputada por la implantación del régimen franquista, por la pérdida o desaparición de archivos y por el menosprecio en tiempos de democracia.
El material fotográfico y la investigación sobre las vidas de los reporteros que presenta son en la mayoría casos inéditos. Un punto de partida en forma de dos volúmenes para leer y mirar. Una de las mejores maneras de aproximarse a la historia social, política y cultural de nuestra ciudad y reivindicar un oficio, el de fotoperiodista, de forma colectiva.
Así lo han concebido, después de cinco años de trabajos exhaustivos, los autores del libro, el historiador, Pablo González Morandi, el antropólogo, Andrés Antebi, la periodista, Teresa Ferré, y el diseñador gráfico, Roger Adán. La colaboración del Ayuntamiento de Barcelona y el Archivo Nacional de Cataluña ha permitido la publicación de esta obra de 450 páginas (y que salga por 40 euros), con una maquetación original y un trabajo de archivo desbordante.
El primer volumen (Oficio), dedicado a la evolución de la profesión, ilustrado con fotografías de todos los fotoperiodistas de la época gracias a documentos obtenidos de archivos y, sobre todo, familias, y rematado con las biografías de 32 profesionales (12a de ellos, más el cineasta Joaquim Soler, especialmente destacados), un primer canon de la profesión seleccionado entre los 160 fotoperiodistas activos en el período que los autores han identificado.La historia de Cataluña gracias los miles de fotos de los Centelles, Badosa, Torrents, Casas, Gaspar, Claret, Sagarra, Brangulí, Ballell, Pérez Rozas, Mas o Merletti. El segundo (Kiosk), una antología de fotografías, prevaleciendo las inéditas o de autores olvidados o desconocidos y muchas de ellas en el contexto de los medios en que fueron publicadas.
Reporteros gráficos. Barcelona 1900-1939 va camino de convertirse en una obra de referencia imprescindible. Fueron los primeros reporteros gráficos en abrir y cerrar una etapa de la historia con todo un mundo para retratar que acabaría con el final de la Guerra Civil y el inicio del franquismo. La labor de reconstrucción de la memoria y la restitución de la dignidad de estos artesanos construyen la historia con mayúsculas del país.